La vida de los cuatro militares cubanos, en manos de Castro

Fidel Castro tiene en sus manos la vida de los cuatro militares de la conexi¨®n cubana condenados por narcotr¨¢fico. Tras la decisi¨®n del Tribunal Supremo de ratificar las penas de muerte impuestas al general Arnaldo Ochoa, al coronel Antonio de la Guardia, al mayor Amado Padr¨®n y al capit¨¢n Jorge Mart¨ªnez, el Consejo de Estado, m¨¢ximo ¨®rgano de poder controlado por Castro, se reuni¨® ayer con car¨¢cter de urgencia para determinar si los cuatro reos terminar¨¢n o no sus d¨ªas ante un pelot¨®n de fusilamiento.

Castro preside el Consejo de Estado, entre cuyos miembros se encuentran su hermano Ra¨²l y la esposa de ¨¦ste, Vilma Esp¨ªn. Apenas existen dudas de que, en la pr¨¢ctica, ser¨¢ el propio jefe de Estado cubano quien tomar¨¢ la decisi¨®n de conmutar o no las penas de muerte y asumir¨¢ la responsabilidad pol¨ªtica que se derive de la misma.Si opta por la clemencia, perder¨ªa la posibilidad de poner en pr¨¢ctica una acci¨®n ejemplificadora. Si apuesta por el pelot¨®n de fusilamiento, se har¨ªa acreedor a una imagen de crueldad ante la opini¨®n p¨²blica internacional, informa Antonio Ca?o.

En el plano interno, parece claro que nadie derramar¨ªa una l¨¢grima por tres de los condenados (De la Guardia, Padr¨®n y Mart¨ªnez). No ocurrir¨ªa otro tanto con el general Arnaldo Ochoa, multicondecorado, h¨¦roe de las guerras de Angola y Etiop¨ªa, pero el destino de los cuatro ser¨¢, probablemente, el mismo.

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