El cine de g¨¢nster empieza ah¨ª

La parejita elegida para el presente martes est¨¢ formada por Rack Hudson y Doris Day, terroncito de az¨²car que hizo las delicias de la comedia rosa de hace tres d¨¦cadas. A nuestro favor juega en Confidencias a medianoche, un gui¨®n s¨®lido y oscarizado, de buena comedia sentimental de enredos y confusiones, cortada por patrones cl¨¢sicos de efectividad.El plato fuerte del d¨ªa se halla tres horas y pico despu¨¦s de la c¨¢ndida parejita y se llama La ley del hampa -m¨¢s conocida por el aficionado por su t¨ªtulo original, Underworld-, el primer filme de envergadura -o tal vez el segundo, pues el anterior, The sea gull, financiada por Charles Chaplin, pas¨® sin interrupci¨®n del laboratorio a su caja fuerte, descontento el c¨®mico del resultado- de Josef von Sternberg. La ley del hampa, realizada a finales del cine mudo, puede considerarse como el punto de partida de un g¨¦nero que en Hollywood habr¨ªa de dar aut¨¦nticos diamantes, el cine de g¨¢nsteres, y concretamente la vertiente en que el fuera de la ley ocupa un papel protagonista y gana el favor del p¨²blico. Nacida de un gui¨®n inmaculado del gran Ben Hecht, la pel¨ªcula contiene ya la columna vertebral del futuro Stemberg, sus c¨¢lidas, barrocas, delirantes atm¨®sferas y su particular visi¨®n del universo femenino en la encarnaci¨®n de Evelyn Brent. A destacar igualmente las interpretaciones de George Bancroft y Clive Brook y la del c¨¦lebre Larry Semon, inolvidable Jaimito, en un papel alejado de su habitual registro.