Una muestra de toreo
Julio Robles abri¨® el muestrario del toreo en el quinto toro, que era, de lo bueno, lo mejor. Abri¨® el muestrario que en otros pagos llaman monstruario, y se vi¨® que lo de dentro ten¨ªa calidad excelsa. No es que hubiera mucho. El resto quiz¨¢ lo ten¨ªa guardado Julio Robles en la caja fuerte, con destino a otros fastos feriales, y quiz¨¢ se equivoc¨®, pues toro como ese quinto del marques, es probable que no le salga otro en lo que resta de temporada.El muestrario-monstruario que abri¨® Julio Robles ayer ten¨ªa tanto mas valor cuanto de toreo puro apenas se ha visto nada en la feria sanferminera, y eso que ya esta en su tramo final. Sin ir m¨¢s lejos, lo que le hizo Tom¨¢s Campuzano al tercero, otro buen toro, poco ten¨ªa que ver con el toreo en sentido estricto. Di¨® Tom¨¢s Campuzano naturales, derechazos, pases de pecho, un molinete, varios ayudados, manoletinas mirando al tendido, si, los di¨®, pero quedarse quieto, ese era otro asunto. Para que Tom¨¢s Campuzano se quedara quieto en esos pases frente al toro del marqu¨¦s, tendr¨ªan que haberle pegado las zapatillas a la arena y, un as¨ª, es muy probable que sacara los pies de ellas y continuara descalzo el movimiento. Tambi¨¦n es verdad que el toro de Tom¨¢s Campuzano ten¨ªa casta vivaz, temperamento agresivo, embestida e¨¦ria, y en tales circunstancias, unicamente habr¨ªa podido quedarse quieto ante la proximidad de las astas quien custodiara dentro de su caja tor¨¢cica una templanza cordial fuera de serie. No deb¨ªa ser el caso de Tom¨¢s Campuzano ayer. En cambio, el toro quinto del marqu¨¦s, asimismo encastado, humillaba arando el redondel, acomet¨ªa suavon, obedec¨ªa cabal al enga?o. Y como adem¨¢s Julio Robles mandaba con ritmo y cadencia, la faena pudo transcurrir completa, sin fisuras, arm¨®nica. Tambi¨¦n bella, en aquellos pasajes que Julio Robles engrandeci¨® ejercitando el toreo aut¨¦ntico. Fueron una tanda de redondos, otra de naturales, en las que cit¨® ofreciendo el medio-pecho -que dec¨ªan los cl¨¢sicos-, la muletita adelante; luego cargaba la suerte, embarcaba fino, vaciaba seguro y l¨ªmpio, precisamente donde quer¨ªa vac¨ªar. El monstruario no dio para m¨¢s, aunque ten¨ªa el valor del oro, en medio de la penuria torera que ven¨ªan marcando estos sanfermines.
Domecq / Ruiz Miguel, Robles, Campuzano
Cinco toros del Marqu¨¦s de Dom¨¦cq, con trap¨ªo y cornalones, varios inv¨¢lidos, de juego desigual, y sexto sobrero de Dolores Aguirre, feo y manso. Ruiz Miguel: estocada ca¨ªda perdiendo la muleta (ovaci¨®n y salida a los medios); pinchazo, bajonazo y descabello (silencio). Julio Robles: media estocada baja y rueda de peones (silencio); estocada corta trasera desprendida (dos orejas). Tomas Campuzano: estocada delantera y rueda insistente de peones (oreja); media escandalosamente baja (silencio). Plaza de Pamplona, 11 de julio. Sexta corrida de feria.
Extra?a devoluci¨®n
El segundo toro de la tarde carec¨ªa de codicia, de clase, de bravura y lo liquid¨® pronto Julio Robles. El sexto, un impresionante ejemplar de 620 kilos, armado con una encornadura disparatada, astifina hasta la desperaci¨®n, fue devuelto al corral por cojo, y al sobrero, manso, reserv¨®n, feo como la madre que lo pari¨® y de pitones demasiado corto, Campuzano le traste¨® brevemente, luego lo mech¨® de un espadazo cercano al brazuelo. Extra?¨® la devoluci¨®n del sexto torazo, pues mayores motivos hubo para echarles los cabestros a los dos toros de Ruiz Miguel, que estaban inv¨¢lidos. Incapaces de soportar los pases que muy pundonorosamente porfiaba el diestro,-el que m¨¢s Sanfermines ha toreado en toda la historia, por cierto- se paraban derrotan do en m¨¦dio de la suerte o daban con sus respectivas costillicas en la arena. Un caso que deber¨¢n es tudiar doctores en taurom¨¢quia pu¨¦s dec¨ªan que los toros que corren el encierro ma?anero, por la tarde no se caen jam¨¢s. Ni el muestrario, ni el monstruario, ni la patita por debajo de la puerta se pod¨ªan ense?ar all¨ª, con esas ruinas vergonzantes, indignas de participar en la feria del toro, exclusiva, famosa, sanferminera y ole.
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