Seis heridos en el quinto encierro

MIKEL MUEZ, Media docena de corredores sufrieron heridas de pron¨®stico leve en el quinto encierro de la Feria de San Ferm¨ªn, corrido ayer con toros de la ganader¨ªa del marqu¨¦s de Domecq.

Jos¨¦ Bermejo Cerro qued¨® policontusionado con pron¨®stico menos grave e ingres¨® en observaci¨®n en el hospital de Navarra. Juan Fabi¨¢n Tornero Calder¨®n sufri¨® luxaci¨®n de codo. Pablo Huarte Go?i, contusi¨®n en una rodilla. I?aki Borao Rodr¨ªguez, de 28 a?os, vecino de Las Arenas (Vizcaya), fue atendido en el hospital Virgen del Camino aquejado de traumatismo m¨²ltiple y herida en el costado y muslo derechos por ca¨ªda y pisot¨®n de toro en la calle de la Estafeta. Jos¨¦ Ignacio Labalgo Riego, de 33 a?os, vecino de Pamplona tambi¨¦n cay¨® al suelo en el peligroso encierro protagonizado por los astados de Domecq. Sufri¨® traumatismo por ca¨ªda en el antebrazo derecho en la cuesta de Santo Domingo.

Tras los encierros, el coso taurino de Pamplona acoge el espect¨¢culo diario de las vaquillas en puntas, y ¨¦stas, algunas veces, ocasionan m¨¢s da?os incluso que el propio encierro. Ayer, Agust¨ªn Castro Garc¨ªa, vecino de Pamplona, sufri¨® en una de ellas una fractura de mu?eca.

Los sanfermines son tambi¨¦n escenario de diversas modalidades taurinas en torno a este noble animal y a sus parientes m¨¢s o menos cercanos. Adem¨¢s del encierro y de la corrida, durante las fiestas se celebran espect¨¢culos de recortadores de vacas, consistentes en introducir anillas en los cuernos de estos animales en un plazo m¨¢ximo de tiempo de tres minutos. La denominada corrida vasco-landesa es otra de las variantes que anualmente acuden a las fiestas. Profesionales galos, especialistas en quiebros y acrob¨¢ticos saltos por encima de los cuernos de grandes vacas bravas a escasos cent¨ªmetros de sus afilados pitones.

En la Fiesta de San Ferm¨ªn el toro es el rey. Los pamploneses acuden los d¨ªas previos a observar las ganader¨ªas a los corrales del Gas, en el barrio de la Rochapea. Esperan durante largo tiempo su paso silencioso, a las 23.00 de cada noche, azuzados por los pastores, en el denominado encierrillo, un encierro nocturno sin corredores en el que toros y cabestros recorren varias calles hasta llegar al corral de Santo Domingo, en el que descansar¨¢n durante su ¨²ltima noche antes de salir en agitada carrera a las ocho de la ma?ana.