Emocionante despedida a Ruiz Miguel

Ruiz Miguel tore¨® ayer por ¨²ltima vez en Pamplona y el p¨²blico le dedic¨® una emocionante despedida, con cerradas ovaciones ygritos de "?torero!". Menudo piropo le dec¨ªan: torero. No se le puede llamar as¨ª a cualquiera. No todos los que se visten de luces son toreros a carta cabal. S¨ª lo es, en cambio, Ruiz Miguel, y lo seguir¨¢ siendo cuando cuelgue los h¨¢bitos, vaya por la vida de civil, alimente su paz nueva con los recuerdos de un ministerio que abraz¨® para ofrecerse ¨¦l mismo en holocausto.Le dijo adi¨®s a Pamplona Ruiz Miguel, dejando para la historia el dato elocuente de que es quien m¨¢s corridas ha toreado en esta plaza. Y, fiel a s¨ª mismo, lo hizo toreando Miura. Dif¨ªcil se lo puso Ruiz Miguel. Porque el ganado sali¨® tremendo de trap¨ªo, con la estampa caracter¨ªstica de la divisa, vistoso de pelaje, serio. Pero tambi¨¦n mansurr¨®n, violento, descastado. Y flojo. Parec¨ªa mentira que todo un Miura, con 625 kilos de peso, que se engall¨® nada m¨¢s saltar a la arena exhibiendo la majeza de su linaje, fuera incapaz de inquietar siquiera la verticalidad de la acorazada de picar.

Ese pedazo de toro le correspondi¨® a Manili, que intent¨® tenazmente hacerle embestir por alguno de los pitones. Pero lo mismo le habr¨ªa dado intentarlo con un burro. El segundo era bronco, y Manili le hizo la faena valiente, tesonera, mandona de sus mejores tiempos (es decir, el a?o pasado), que, naturalmente puso al p¨²blico en pie.

Campuzano pretendi¨® encandilar a la solanera con un brindis y una voluntariosa faena al primer toro, que ten¨ªa el peligro de su sentido y se le paraba, derrot¨®n, en mitad de la suerte. No la encandil¨®. Al sexto le cuaj¨® algunos redondos y naturales, aprovechando una borreguez inesperada que le sobrevino al Miura. Hasta que el Miura sinti¨® la llamada de la dehesa, se acord¨® de sus ancestros y la emprendi¨® a parones y derrotes, igual que sus hermanitos de sangre.

De parecida guisa result¨® el resto, y Ruiz Miguel consinti¨®, aguant¨®, oblig¨®, ci?¨® a sus Miura en todos los terrenos y todas las distancias sin conseguir dominarlos, porque ni de esa manera ni de otra se dejaba el descastado g¨¦nero. En uno le pidieron la oreja, que el enchisterado presidente de la corrida no concedi¨®, y en compensaci¨®n no le envi¨® en el otro los dos avisos que reglamentariamente proced¨ªan. Fue un buen regalo de despedida. Antes de empezar la funci¨®n los presidentes de las pe?as obsequiaron a Ru¨ªz Miguel pa?uelicos y sanferminicos de recuerdo. Entonces, a mitad del festejo y al acabar, el p¨²blico dedic¨® a Ruiz Miguel ovaciones encendidas, le aclam¨® "?torero!". Y Ruiz Miguel, que no pod¨ªa contener la emoci¨®n, se meti¨® en la barrera para que no le vieran llorar. Pero le vieron. Y a todo el mundo se le hizo un nudo en la garganta.

Premiados los Guardiola

El jurado de la Feria del Toro, reunido ayer, acord¨® conceder el trofeo a la mejor corrida de la feria a la de Salvador Guardiola, lidiada el pasado s¨¢bado. Y el trofeo Carriquiri, para el toro m¨¢s bravo, al quinto de la misma corrida. Forman el jurado, que coordina Jos¨¦ Mar¨ªa de Andr¨¦s, los veterinarios Antonio Recasens y Antonio Purroy; Gerardo Egues, por el Club Taurino de Pamplona; Jos¨¦ Mar¨ªa P¨¦rez Salazar, por la Asociaci¨®n de la Prensa, y los cr¨ªticos taurinos Guy Grasset, Don Claro, de Francia; Alfonso Carlos S¨¢ez de Valdivielso, de Bilbao; Jes¨²s Z¨²?iga de Navarra; Vicente Zabala, de Abc, y Joaqu¨ªn Vidal, de EL PA?S.