El 'desembarco' de Rodr¨ªguez Sahag¨²n
Los gobernantes tienen la obligaci¨®n de hacer cumplir las leyes a aquellos que pretenden burlarlas. El autor de este art¨ªculo, responsable de la concejal¨ªa de Hacienda del Ayuntamiento de Madrid con el alcalde Juan Barranco, justifica la v¨ªa de apremio para el cobro de las multas de tr¨¢fico.
El nuevo gobierno municipal anunciaba recientemente, en conferencia de prensa, la paralizaci¨®n del proceso de apremio que se hab¨ªa iniciado contra 10.000 deudores de multas de tr¨¢fico. El proceso se encontraba en fase de consulta a las entidades bancarias sobre la existencia de cuentas y saldos suficientes para hacer frente a las cantidades adeudadas, fase ¨¦sta posterior a la de notificaci¨®n y consiguiente impago en per¨ªodo voluntario y a sucesivas notificaciones, ya en v¨ªa de apremio, sobre la obligaci¨®n de hacer frente a la deuda.La medida de paralizaci¨®n del proceso ha sido presentada impl¨ªcitamente como un acto de "tolerancia" de la derecha frente a un acto de "opresi¨®n al ciudadano" de la izquierda, am¨¦n de otras calificaciones tales como "haber sembrado un campo de minas" al nuevo gobierno.
Racionalidad
Si queremos analizar sin comportamientos irracionales la naturaleza del problema de los cobros en v¨ªa ejecutiva, o procedimiento de apremio, de los diversos ingresos de derecho p¨²blico, sean tributos o sean multas, ser¨¢ f¨¢cil llegar a la conclusi¨®n de que los gobiernos municipales deben llevar a cabo, adem¨¢s de acciones gratificantes, otras que lo son menos, tales como hacer cumplir las leyes a aquellos que pretenden burlarlas.
La mayor¨ªa de los madrile?os paga sus impuestos y la mayor¨ªa de los madrile?os cumple con las ordenanzas municipales de tr¨¢fico, urban¨ªsticas, de ruidos, etc¨¦tera.
Esa mayor¨ªa, como es l¨®gico, debe exigir al gobierno y a su alcalde que haga cumplir a la minor¨ªa evasora de impuestos o incumplidora de las ordenanzas que les aplique las sanciones que diferencien el comportamiento c¨ªvico de la mayor¨ªa del comportamiento insolidario de la minor¨ªa.
Los tipos y tarifas tributarias pueden ser diferentes con un gobierno o con otro, las ordenanzas municipales pueden ser m¨¢s o menos tolerantes con uno u otro gobierno; pero una vez fijados unos y otras por los diferentes ¨®rganos pol¨ªticos, a la Administraci¨®n no le queda otra tarea m¨¢s importante que hacer cumplir eficazmente esas obligaciones ciudadanas.
Cualquier atisbo de falta de voluntad en su aplicaci¨®n o de ineficacia t¨¦cnica para ello puede ser interpretado como un llamamiento a que los incumplidores de las obligaciones c¨ªvicas se r¨ªan de esos incautos y est¨²pidos cumplidores de las obligaciones tributarias, urban¨ªsticas o circulatorias.
Falta de voluntad
Si ese atisbo de falta de voluntad de aplicaci¨®n de las normas se produce en el momento de cambio de gobierno aduciendo interrogantes t¨¦cnicas o potenciales casos aislados de falta de equidad que siempre hay en un universo tan amplio, la cosa se agrava, porque es tanto como intentar crear una conciencia pol¨ªtica de que "lo que hicieron los anteriores es una barbaridad y aqu¨ª borr¨®n Y cuenta nueva", planteamiento impropio de un pa¨ªs normalizado democr¨¢ticamente.
La Administraci¨®n municipal madrile?a procedi¨® durante el mes de marzo pasado al embargo del dinero adeudado por tributos en 5.000 cuentas corrientes y procedi¨® a casi un cuarto de mill¨®n de acciones ejecutivas, entre notificaciones y visitas, durante el pasado mes de junio. Estas acciones, valgan como ejemplo, no pueden estar al albur de que se est¨¦ en campa?a electoral -como se estaba- y sus consiguientes perjuicios pol¨ªticos para el gobierno de quien depende esa Administraci¨®n, o de que se est¨¦ en la formaci¨®n de un nuevo gobierno y ¨¦ste desee ser agradecido por los infractores. Si as¨ª fuese, por uno u otro motivo pol¨ªtico, la maquinaria administrativa nunca cumplir¨ªa a pleno rendimiento con su principal obligaci¨®n: hacer cumplir las leyes en general y las ordenanzas municipales en particular.
Un gesto como el anunciado por el nuevo equipo de gobierno -la paralizaci¨®n del proceso de apremio- con toda seguridad tendr¨¢ tres efectos complementarios: el agradecimiento de la minor¨ªa incumplidora de sus obligaciones, el reproche de la mayor¨ªa cumplidora de las mismas y, por ¨²ltimo, el descr¨¦dito del principio de universalidad de las normas municipales.
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