EE UU prueba el mayor superbombardero del mundo
El superbombardero estadounidense B-2, la m¨¢s sofisticada arma jam¨¢s construida, despeg¨® ayer de? aeropuerto de Palmsdale, en el desierto de Mojave (California), despu¨¦s de una d¨¦cada de pruebas que han costado cerca de 23.000 millones de d¨®lares (2,7 billones de pesetas). El B-2, capaz de eludir cualquier control por radar, lo que le convierte en un arma de gran importancia estrat¨¦gica, podr¨ªa cruzar la URSS sin despertar la m¨¢s m¨ªnima se?al de alerta y descargar toneladas de bombas sobre Mosc¨² sin ser visto.
La pasada semana el Comit¨¦ de Asuntos Militares del Senado autoriz¨® la fabricaci¨®n en cadena del B-2 pese a que el avi¨®n jam¨¢s hab¨ªa despegado. Cada aparato costar¨¢ 530 millones de d¨®lares (64.000 millones de pesetas) aunque el Pent¨¢gono considera que el coste de cada unidad aumentar¨¢ hasta los 700 millones al final del programa.El mayor Pat Mulleney, portavoz de las Fuerzas A¨¦reas de Estados Unidos (USAF) declar¨® ayer, mientras el B-2 iniciaba su hist¨®rico vuelo, que "este avi¨®n simboliza la tecnolog¨ªa del futuro, y su valor es m¨¢s importante sin duda que su coste".
El B-2, un espectacular avi¨®n en forma de manta de color negro, cuesta m¨¢s dinero que el que dedican los pa¨ªses integrantes del Pacto de Varsovia para su propia defensa, a excepci¨®n de la Uni¨®n Sovi¨¦tica y Alemania Oriental. El hist¨®rico despegue de esta incre¨ªble m¨¢quina de guerra se registr¨® a las 7.30 horas de California -16,30, hora peninsular espa?ola-, en el preciso momento en que el presidente George Bush, un defensor del proyecto, entraba en la iglesia holandesa de Pieterskerk, en Leiden. La nave estaba tripulada por Bruce J. H¨ªnds y Richard S. Couch.
Centenares de periodistas presenciaron el despegue del avi¨®n, cuyo dise?o fue autorizada por el ex presidente Jimmy Carter y cuya construcci¨®n permaneci¨® en el m¨¢s absoluto secreto durante m¨¢s de ocho a?os. El bombardero sobrevol¨® el reseco desierto de Mojave durante dos horas veinte minutos escoltado por dos F-18, antes de aterrizar en la base a¨¦rea de Edwards, 25 millas al norte de Palmsdale, en la misma pista que utilizan las naves del programa aeroespacial Challenger a su regreso a la tierra.
Herencia de Carter
Desde que la administraci¨®n dem¨®crata de Carter accediera a su construcci¨®n, el presupuesto dedicado al B-2 proced¨ªa del black budget, la bolsa que el Gobierno estadounidense dedica a sus armas y proyectos secretos. Uno de los datos que estos d¨ªas suelen destacar los especialistas en tema armament¨ªsticos sobre las posibilidades del B-2 es que el avi¨®n ser¨ªa capaz de llegar hasta Mosc¨² sin despertar los monitores de los sistemas de vigilancia a¨¦rea.
Su forma y color le permiten, adem¨¢s, convertirse en invisible durante los vuelos nocturnos y aunque el tipo de misiones para las que ha sido dise?ado no han sido reveladas, se supone que el B-2 es un aparato para la era posnuclear.
La navegaci¨®n de este avi¨®n es muy compleja. El B-2 utiliza las se?ales externas procedentes de la red de sat¨¦lites AK12 para localizar objetivos y para marcar su rumbo, lo que le permite volar sin ser localizado, ya que no emite ning¨²n tipo de se?al. El B-2 posee tambi¨¦n radares infrarrojos, que no descubren su posici¨®n, y tiene informatizados todos los relieves geogr¨¢ficos del mundo para efectuar vuelos bajos sin que ello cause problemas de navegaci¨®n a¨¦rea a sus pilotos.
Este bombardero es capaz de transportar 25 toneladas de bombas nucleares durante 10.000 millas sin repostar, aunque en su primer vuelo su ¨²nico cargamento han sido varias cajas de chapas conmemorativas de? despegue inaugural.
El avi¨®n ha sido construido con materiales pl¨¢sticos por la Northrop Corporation y su despegue se produjo mientras las notas del himno norteamericano sonaban en los altavoces del aeropuerto de Palmsdale.
La pasada semana, el B-2 tuvo que suspender su despegue en dos ocasiones por peque?os problemas en el sistema de gasolina, pero la rodadura del avi¨®n fue "muy positiva", seg¨²n la USAF.
El B-2 despeg¨® 18 meses despu¨¦s de lo previsto. Pese a este retraso, el pasado viernes el Comit¨¦ de Asuntos Militares aprob¨® la construcci¨®n de 132 aviones de este tipo, del que ya existen otras dos unidades en los hangares de la Northrop Corp, esperando que les llegue su turno de despegue. La construcci¨®n de esta flota de superbombarderos costar¨¢ a Estados Unidos un total de 70.000 millones de d¨®lares.
Los miembros del comit¨¦ de la C¨¢mara Alta que ha dado luz verde al proyecto B-2 han criticado, sin embargo, que se haya levantado el secreto que rodeaba el proyecto de este bombardero; que la USAF no haya revelado con exactitud qu¨¦ tipo de operaciones va a desarrollar el avi¨®n y la poca fiabilidad de los presupuestos que se han barajado hasta ahora en la construcci¨®n del B-2. El superbombardero B-2 cuenta con la aprobaci¨®n de congresistas republicanos y dem¨®cratas.
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