La 'perestroika' del Frelimo
El probable di¨¢logo con la guerrilla marca el congreso del partido en el poder en Mozambique
ENVIADA ESPECIAL, La rendici¨®n de honores a los s¨ªmbolos de la revoluci¨®n mozambique?a impregn¨® ayer los actos culturales que complementan la inauguraci¨®n, hoy en Maputo, del quinto congreso del Frente de Liberaci¨®n de Mozambique (Frelimo), el partido que mantiene un exclusivo control del poder en la ex colonia portuguesa. La reuni¨®n simboliza la consolidaci¨®n del particular proceso de perestroika puesto en marcha por el presidente Joaquim Chissano, al que se une el ¨¦xito del incipiente di¨¢logo con la guerrilla de la Resistencia Nacional Mozambique?a (Renamo). Este tema ha acaparado los debates cuya clausura, el d¨ªa 31, coincidir¨¢ con un concierto de Eric Clapton.
La inauguraci¨®n de dos gigantescas estatuas de los dos primeros presidentes del Frelimo, Eduardo Mondlane y Samora Machel, m¨¢ximas figuras de la lucha por la liberaci¨®n y revoluci¨®n mozambique?a, fue el acto m¨¢s espectacular en la v¨ªspera de la apertura del Congreso que deber¨¢ aprobar las directrices del Gobierno para los pr¨®ximos cinco a?os.En el plano interno, los observadores internacionales occidentales en Maputo coinciden en afirmar que los debates previos al Congreso en las f¨¢bricas, organizaciones sindicales, representaciones locales del partido y asociaciones vecinales han confirmado la l¨ªnea de apertura pol¨ªtica y renovaci¨®n desarrollada por el presidente Chissano desde que fue elegido en 1986, tras la muerte de Samora Machel en una cat¨¢strofe a¨¦rea que Maputo consider¨® obra de un sabotaje urdido desde la vecina Sur¨¢frica.
Chissano, hombre de confianza de Machel y al que sus colaboradores describen como un dirigente sin el carisma de su antecesor pero tambi¨¦n esencialmente cerebral, se lanz¨® a una renovaci¨®n del Frelimo, para corregir los errores cometidos en los primeros pasos de la independencia de Portugal. Una renovaci¨®n cuyos indicios se hallan en la celebraci¨®n del anterior Congreso, en 1983, en el que se reconoci¨® el fracaso de los objetivos econ¨®micos y, lo que es m¨¢s significativo, que la culpa no s¨®lo la ten¨ªa la acci¨®n desestabilizadora de Sur¨¢frica sino la inoperancia de algunos planteamientos del sistema. Esta idea tuvo que enfrentarse con la resistencia de los sectores radicales.
En la preparaci¨®n de las tesis que van a ser debatidas por los delegados del Congreso ha llamado la atenci¨®n de los observadores el creciente nivel de pol¨¦mica y de tolerancia por parte de las autoridades que ha permitido incluso que trascienda a los medios de informaci¨®n controlados por el Estado. As¨ª, la cr¨ªtica se ha centrado en cuestiones tan espinosas como el debate sobre si el Frelimo es marxista y, en caso contrario, replantear una redefinici¨®n ideol¨®gica que ponga las cosas en su sitio y excluya para siempre la terminolog¨ªa marxista-leninista. O el candente debate sobre la corrupci¨®n a la que la liberalizaci¨®n econ¨®mica emprendida en 1987 puso alas y que ha dado lugar a denuncias hacia las altas esferas, con nombres y apellidos, contra la proliferaci¨®n inmoral de los Mercedes Benz.
En cuanto a la ineficiencia del ej¨¦rcito militarmente derrotado frente a Renamo y a cuya inoperancia se achaca el prosperar, al amparo de la guerra, del bandidismo vulgar, la elecci¨®n del Comit¨¦ Central del Frelimo, m¨¢ximo ¨®rgano dirigente, prevista para el pr¨®ximo fin de semana, ser¨¢ el indicativo definitivo a trav¨¦s de la lista de sus nuevos integrantes sobre la continuidad de esta perestroika.
Hasta ahora, el Gobierno se hab¨ªa mostrado tajante en su negativa a negociar con los que llama bandidos armados. Pero, el pasado lunes, Chissano dio un golpe de escena al anunciar el env¨ªo a Nairobi, la capital de Kenia, de una delegaci¨®n oficial para respaldar los contactos que los representantes de la Iglesia han venido manteniendo, a pesar de las cr¨ªticas del propio Gabinete, con la Renamo.
La suerte de Dhlakama
La confusi¨®n y el misterio rodean todav¨ªa la fallida aparici¨®n en Nairobi del dirigente guerrillero Alfonso Dhlakama. El ataque y derribo de una avioneta que entr¨® en territorio mozambique?o con el fin de transportarlo a Kenia desde su cuartel general en el parque de Gorongosa, en el centro del pa¨ªs, y una ofensiva masiva a dichas bases en el bosque o la selva han coincidido con el frustrado encuentro. No ha habido confirmaci¨®n oficial sobre el destino de los eventuales pasajeros del avi¨®n y sus identidades, y circulan especulaciones de todo tipo. La muerte de Dhlakama, de confirmarse, podr¨ªa dejar sin interlocutor a la Renamo.
Es ¨¦ste un momento en que se dibuja un panorama propicio a la soluci¨®n negociada: cambio de actitud de Sur¨¢frica; flexibilidad de Chissano en sus conversaciones recientes con el dirigente surafricano De Klerk, probable pr¨®ximo presidente de su pa¨ªs; el cambio de actitud de la URSS, que ha iniciado la retirada de asesores militares; la predisposici¨®n del presidente de Zimbabue, Robert Mugabe, a recibir a De Klerk... A todo ello se une que el presidente de Kenia, Daniel Arap Moi y el de Zimbabue, Robert Mugabe, se han ofrecido como mediadores entre el Frelimo y la Renamo.
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