Fernando Mor¨¢n
Estudios veraniegos en El Escorial
Fernando Mor¨¢n no ha perdido su pasi¨®n por el estudio y la recreaci¨®n intelectual. La intensidad de la ¨²ltima campa?a electoral, que, a pesar de sus esfuerzos por ser respetuoso con los adversarios, le hizo entrar necesariamente en la pelea partidaria, parece que le ha producido un cierto cansancio que le ha hecho buscar con avidez nuevas ideas. El alimento intelectual lo ha encontrado en los cursos de verano de El Escorial, donde ha demostrado cierta voracidad, a juzgar por el buen n¨²mero de cursos que ha seguido la semana pasada, con atenci¨®n de estudiante, sentado discretamente entre el p¨²blico.Fernando Mor¨¢n es vecino del antiguo hotel Felipe II de El Escorial, hoy centro de reuniones y una de las sedes de los cursos de verano de la Universidad Complutense. Tal circunstancia le ha convertido en asiduo de seminarios, conciertos y proyecciones de cine. La semana pasada, por ejemplo, recibi¨® clases te¨®ricas a dos bandas: qu¨¦ pasa con el socialismo de fin de siglo y el futuro que les espera a los sindicatos en la misma ¨¦poca. Y claro, esto le ha tenido de aqu¨ª para all¨¢ todos los d¨ªas, de Bruselas a Luxemburgo, de ah¨ª a Francia, vamos, de sala en sala, que all¨ª los nombres de las aulas son muy internacionales, lo que debi¨® de recordarle sus anteriores periplos como ministro de Asuntos Exteriores. Mor¨¢n ha antepuesto su faceta de alumno a la de compa?ero de fatigas, y ha atendido a las explicaciones de Alfonso Guerra, de Nicol¨¢s Redondo y de Mario Soares.
" ?Caramba, Nicol¨¢s ... ! Vengo a tomar un caf¨¦ contigo".
De las miles de formas que existen para iniciar una conversaci¨®n, Fernando Mor¨¢n tuvo que elegir ¨¦sta precisamente. Y claro, se lo puso a tiro a Nicol¨¢s Redondo, que estaba haciendo tiempo antes de entrar en el aula donde iba a exponer sus teor¨ªas sobre el sindicalismo en la sociedad industrial desarrollada. Apoyado en la barra de la cafeter¨ªa, el secretario general de UGT le respondi¨® con una frase sacada de un western: "?Qu¨¦, te ha dado dispensa el partido para hablar conmigo?". A Fernando Mor¨¢n la frase le pill¨® de sorpresa, y contest¨® como un alumn_o educado: "Hombre, Nicol¨¢s, qu¨¦ cosas tienes...".
Despu¨¦s, los dos se fueron a la sala Bruselas, y el dirigente del PSOE cogi¨® una silla para escuchar durante dos horas las tesis del dirigente de UGT. Mor¨¢n era el ¨²nico asistente al curso que no cog¨ªa apuntes, pero prestaba atenci¨®n como el que m¨¢s... como un alumno aventajado y poco revoltoso que goza de un cierto atractivo entre las alumnas: su compa?era de asiento le estuvo dando aire con el abanico durante horas. Tal circunstancia, en medio de un calor de muerte, no pas¨® inadvertida para el ex ministro, que al final del seminario dio las gracias a la moza junto con una reflexi¨®n breve y t¨ªmida sobre la asignatura del d¨ªa.
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