100 personalidades del mundo apoyan la despenalizaci¨®n de las drogas

Uno de los fen¨®menos m¨¢s curiosos de las ¨²ltimas elecciones europeas ha sido el hecho de que el joven periodista radical italiano Marco Taradash, que resume en la radio cada ma?ana los peri¨®dicos, se presentara a las elecciones con la bandera del antiprohibicionismo en materia de drogas. Era adem¨¢s un desaf¨ªo al partido socialista y al Gobierno, que ha presentado una ley dur¨ªsima en la que se considera un delito el uso de cualquier tipo de droga, blanda o dura, y se penaliza con c¨¢rcel a los drogadictos.

El periodista Taradash, ¨¦l s¨®lo, consigui¨® m¨¢s de 400.000 votos que lo han introducido como diputado en el Parlamen to de Estrasburgo, donde se ha unido al Grupo de los Verdes Ayer, el importante semanal L'Espresso, de Mondadori, de dic¨® la portada a dicho tema que el director, Giovanni Valentini, califica de "delicado y escabroso", titulado: "Cien razones para reflexionar".En el amplio sondeo partici pan 100 personalidades italia nas y extranjeras de todos los tipos: fil¨®sofos, m¨¦dicos, polic¨ªas, periodistas, escritores, directores de cine, antrop¨®logos psiquiatras, estilistas, poetas alcaldes y varios premios Nobel, como Milton Friedman. Todos ellos dan sus razones en favor de la despenalizaci¨®n de la droga en el mundo.

Entre los espa?oles figuran Juan Luis Cebri¨¢n, quien piensa que dicha liberalizaci¨®n "ser¨ªa un eficaz sistema de lucha contra el predominio de la mafia de los narcotraficantes", idea muy compartida por muchos otros intrevistados; Fernando Savater, que condena la "histeria del castigo", la "desinformaci¨®n patol¨®gica" y la "logorrea seudocient¨ªfica" que reina en este campo, ya que, todas las culturas usan las drogas y s¨®lo "la educaci¨®n, la inquietud y el proyecto vital de cada uno podr¨¢ decidir qu¨¦ drogas usar y cu¨¢les evitar"; Jos¨¦ Manuel S¨¢nchez Garc¨ªa, funcionario de polic¨ªa, que asegura que su experiencia personal le ha convencido de que lo mejor y m¨¢s eficaz ser¨ªa la total legalizaci¨®n de las drogas, y Manuela Carmena Castrillo, magistrada, la cual afirma que est¨¢ convencida de que una legislaci¨®n prohibitiva "no s¨®lo es negativa, injusta, cruel y contra los derechos humanos, sino, sobre todo, fundamentalmente in¨²til".

Entre los italianos figuran personajes famosos y populares como los escritores Alberto Moravia y Mario Soldati, los directores de cine Marco Bellocchio, Dario Argento y Marco Risi, editores como Giulio Einaudi y Franco Maria Ricci, cantantes como Giorgio Gaber, Francesco di Gregori, Enzo Jannacci y Fabrizio de Andr¨¦, antrop¨®logos como Ida Magli y el famoso dibujante de tebeos Milo Manara, que est¨¢ en este momento publicando La historia de Tulum, de Federico Fellini; fil¨®sofos como Gi¨¢como Marramao y Sergio Quinzio, y tantos magistrados, risicos, m¨¦dicos, polic¨ªas y hasta gobernadores.

Hipocres¨ªa

Entre los motivos alegados, adem¨¢s de los cl¨¢sicos de que as¨ª se acabar¨ªa con buena parte de la criminalidad y se le quitar¨ªa a ¨¦sta el monopolio del mercado de la droga, figuran otros como, por ejemplo, que la devastaci¨®n moral para obtener la droga como robos y prostituci¨®n, es mucho mayor que sus efectos; o tambi¨¦n que ser¨ªa mejor probar el camino de la legalizaci¨®n, ya que hasta el momento los dem¨¢s remedios, empezando por la represi¨®n, se han revelado in¨²tiles. Otros afirman que todo es hipocres¨ªa, ya que en realidad la droga es libre, aunque haya que pagarla 10 veces m¨¢s de lo que se pagar¨ªa en farmacia.

El periodista de Il Manifesto Mauro Paisan afirma que est¨¢ contra la prohibici¨®n porque de tales prohibiciones "est¨¢ empedrado el camino del infierno", y a?ade que ¨¦l empez¨® a fumar s¨®lo como reacci¨®n a que se lo hab¨ªan prohibido.

En todas las respuestas de los italianos se advierte una vena pol¨¦mica contra la intenci¨®n del Gobierno de Andreotti, que desea apoyar la tesis dura de los socialistas. La actriz Dacia Maraini, compa?era de Dario Fo, afirma que lo mejor para los j¨®venes es "hacerles esta tierra m¨¢s vivible" algo que no se podr¨¢ nunca conseguir "poni¨¦ndoles las esposas" y encerr¨¢ndoles en la c¨¢rcel.