?Morenito, a hombros!
ENVIADO ESPECIAL Pues as¨ª, a lo tonto, a lo tonto, result¨® que ayer se vi¨® en Valencia la faena de la feria (serie corridas de toros), y la hizo Morenito de Maracay. Luego le sacaron a hombros. Morenito est¨¢ entrando en los corazones valencianos. La verdad es que se hace querer. Desde que tore¨® en la feria del Centenario est¨¢ dando motivos para que le hagan hijo adoptivo de la tierra.
Los triunfos de Morenito de Maracay ya se celebran con j¨²bilo. Los ciudadanos que permanecieron fuera de la plaza oyendo la corrida -y oyeron ovaciones continuas, menuda envidia les daba- acudieron expectantes a ver qui¨¦n sal¨ªa por la puerta grande, y cuando apareci¨® Morenito de Maracay a hombros, avisaban a voces, como si los dem¨¢s fueran ciegos: ?Es el negre! Pronto dir¨¢n ?Es Morenet!. Lo merece.
Maza / Morenito, N¨²?ez, Boni
Cinco toros del conde de la Maza, y 1? sobrero del marqu¨¦s de Domecq, con trap¨ªo, astifinos, bravos y nobles. Morenito de Maracay: estocada perdiendo la muleta (oreja); dos pinchazos y estocada perdiendo la muleta (oreja); sali¨® a hombros por la puerta grande. Luciano N¨²?ez: pinchazo, estocada trasera ladeada y rueda de peones (ovaci¨®n y salida al ttercio); estocada corta atravesada, rueda de peones y descabello (oreja). El Boni: estocada. baja (aplausos y saludos); pinchazo bajo y estocada (petici¨®n y dos vueltas).Plaza de Valencia, 30 de julio. Octava y ¨²ltima corrida de feria.
La faena de la feria hizo ayer. No en su primer toro, que a ese, aunque result¨® boyant¨ªsimo, le daba pases vulgares e in conexos. S¨ª en el cuarto, pastue?o ttoro condeso, al que recet¨® un muleteo perfecto de construcci¨®n, aunando t¨¦cnica espectacularidad y dominio en progresi¨®n ascendente, hasta el meollo aquel de las tres tanda de naturales despaciosos, templados, largos cuanto deb¨ªan de ser, abrochados con los pases de pecho, y a¨²n estos encadenados, para culminar arrodillado, dos veces dos, una portando trastos, otra sin ellos y acercando temerariamente la faz al alcance de las astas.
Naturalmente provoc¨® el delirio y si agarra la estocada, ni se sabe lo que le hubieran dado. Las dos orejas, seguro. Desbordado el entusiasmo, hab¨ªa pap¨¢s que bajaban los ni?os a la barrera para que Morenito de Maracay les diera un beso y, de paso, la bendici¨®n. La faena, s¨ª -m¨¢s que los f¨¢ciles tercios de banderillas, los variados quites- consagr¨® a Morenito de Maracay, que adem¨¢s de hijo predilecto, abriga la posibilidad de alcanzar aqu¨ª un arzobispado.
Hab¨ªa mucho de exageraci¨®n, claro; aunque no tanta, si bien se mira, pues esa corrida fue la ¨²nica astifina de la feria, y dio m¨¦rito a los diestros. Result¨®, adem¨¢s, encastada, excelente para interpretar el arte del toreo en su versi¨®n m¨¢s pura. Que los otros matadores no llegaran a tanto es cuesti¨®n distinta. Luciano N¨²?ez, quiz¨¢ porque estar¨ªa desentrenado (torea muy, poco); Boni, quiz¨¢ porque ten¨ªa cegadas las fuentes de inspiraci¨®n. Con sus diferencias, desde luego; pues N¨²?ez lleg¨® a instrumentar ver¨®nicas y muletazos de irreprochable clasicismo -mal que no los ligara-, mientras Boni pegaba pases acelerados, vulgarotes, de du doso aguante, m¨¢s apropiados para moruchos que para ganado bravo.
Luciano N¨²?ez dio la vuelta al ruedo llevando de la mano a un peque?¨ªn, al que hab¨ªa brindado el quinto toro. El peque?¨ªn no se cortaba y con la manita saludaba toreramente al p¨²blico, que le aplaud¨ªa mucho. Qui¨¦n sabe si el d¨ªa de ma?ana ser¨¢ figura del toreo. Como es rubio, le llamar¨¢n Rubiet, y la historia dir¨¢ que empez¨® su fama el d¨ªa que sali¨® a hombros por la puerta grande Morenet.
Cumplir antes que reformar
J. V. El Ministro del Interior ha emprendido la tarea de reformar el reglamento taurino, para mejorar la fiesta, y mientras tanto permite que se incumpla el actual, precisamente en aspectos fundamentales que se supone no ser¨¢n reformados. Por ejemplo, el toro, su trap¨ªo, su integridad, su utilidad para la lidia.
En las dos ferias que lleva celebradas este a?o Valencia y en la mayor parte de las corridas de la temporada, casi nunca han salido toros rigurosamente reglamentarios. S¨®lo Madrid y Pamplona constituyen excepci¨®n (con reservas; que all¨ª tambi¨¦n hacen de las su yas). Esas excepciones son muy significativas, pues basta observar el toro y las cornamentas en Madrid o en Pamplona para deducir que se parece muy poco al de los restantes cosos. Y adem¨¢s, se caen los toros en todas partes, los presidentes cambian el tercio con un puyazo o ninguno, reducen la lidia a puro tr¨¢mite.
Para corregir abusos no hace falta un nuevo reglamento sino cumplir el actual. Salvo que el reformista haya aceptado la teor¨ªa de "muerto el perro se acab¨® la rabia" y abrigue el prop¨®sito de legitimar lo que viene siendo contumaz corruptela, pues de esta manera todo el mundo ser¨¢ bueno.
Babelia
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.