Regulando el vuelo
Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, insinu¨® la semana pasada al comparecer ante el Congreso que hasta el momento los indicadores no sugieren una recesi¨®n inminente, y que algunos indicadores excesivamente bajos, como la acumulaci¨®n de stocks, se pueden deber a que los empresarios prev¨¦n un ciclo m¨¢s lento e impiden la acumulaci¨®n de stocks y evitan otros desequilibrios que acompa?an a una recesi¨®n.El influyente ¨ªndice de los gerentes de compra lleva tres meses consecutivos por debajo del 50%, lo que se?ala una declinaci¨®n de la producci¨®n industrial. En julio registr¨® un 46%, con una baja significativa respecto del 48,8% de junio. El movimiento de la Reserva Federal mantuvo una clara simetr¨ªa con este ¨ªndice, ya que hace dos meses se decidi¨® a iniciar un movimiento de alivio en la pol¨ªtica monetaria, y el tipo de inter¨¦s de referencia del sistema financiero estadounidense, el de los fondos federales, se redujo en 3/4 de punto, desde el, 9,75% anterior al 9% actual. La acomodaci¨®n sigui¨® a temores verbalizados por la Reserva de que un exceso de medicina monetaria ocasionara el advenimiento de algo m¨¢s que un aterrizaje suave.
Los balances de las empresas han acusado de forma muy desigual las circunstancias econ¨®micas. La semana pasada, Kodak, el coloso de la fotograf¨ªa, el soporte magn¨¦tico, la qu¨ªmica y los productos de farmacia, anunci¨® que su beneficio cay¨® un 85% en el segundo trimestre del a?o debido al esfuerzo de restructuraci¨®n para reducir costes. El ejemplo no es un caso aislado; la industria bancaria ha sufrido quebrantos en los ¨²ltimos dos a?os. En muchos casos se trat¨® de problemas internos.
Uno de los temas que rondan el albur de la recesi¨®n es el esfuerzo coordinado de los bancos centrales en octubre de 1987 por frenar el crash de las bolsas. La fuerte inyecci¨®n de liquidez efectuada entonces por las autoridades monetarias est¨¢ -seg¨²n ¨¦stas- detr¨¢s de las tensiones inflacionistas registradas desde entonces con cierto vigor. La operaci¨®n monetaria estadounidense seguramente ha drenado buena parte de esos excedentes, pero ?con qu¨¦ consecuencias?
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