La Admininistraci¨®n rechaza los criterios favorables a la legalizaci¨®n de las drogas
La despenalizaci¨®n del tr¨¢fico de estupefacientes, una vieja idea para acabar con los males de la drogadicci¨®n, puesta de nuevo de actualidad por una reciente encuesta del semanario italiano L'Espresso, se observa con prudencia por diferentes representantes de sectores sociales relacionados en Espa?a con los problemas de las toxicoman¨ªas consultados por EL PA?S. Mientras la Administraci¨®n estudia el castigo para quienes consuman drogas en p¨²blico, y es contraria a la despenalizaci¨®n, varios de los consultados consideran que la legalizaci¨®n de los estupefacientes ser¨ªa una opci¨®n v¨¢lida si su alcance fuese internacional.
"Es una soluci¨®n ut¨®pica mientras todos los pa¨ªses no est¨¦n de acuerdo", manifiesta Pedro Capilla, presidente del Consejo General de Colegios de Farmac¨¦uticos, al que pertenecen los 30.000 licenciados de esta disciplina en Espa?a. M¨¢s de la mitad (unos 18.000) poseen una oficina de farmacia, y pagan muchas de las, consecuencias delictivas asociadas a la drogadicci¨®n: "Estamos, muy presionados por los toxic¨®manos. Se ejerce una violencia, directa contra el farmac¨¦utico". "Si todos los pa¨ªses estuviesen de: acuerdo, no existir¨ªa el tr¨¢fico ilegal de estupefacientes", prosigue: Capilla, pero si esto no ocurre, se desviar¨ªa el consumo hacia. las naciones donde la droga estuviese despenalizada". "Creo que podr¨ªa ser una posibilidad", dice: Capilla sobre la liberalizaci¨®n del narcotr¨¢fico si el acuerdo internacional se hiciese realidad."La despenalizaci¨®n, simplemente, no ser¨ªa viable sin otra serie de medidas", cree Consuelo Ruiz Jarabo, de la progresista Federaci¨®n de Asociaciones para la Defensa de la Salud P¨²blica (FADSP), que considera que hay que convertir el problema de la drogadicci¨®n en "una cuesti¨®n de salud p¨²blica", estudiar los aspectos sociol¨®gicos, psicol¨®gicos y culturales de las toxicoman¨ªas e "invertir m¨¢s recursos en educaci¨®n sanitaria". Ruiz Jarabo opina que el enfoque represivo "ha fracasado totalmente" y que la drogadicci¨®n se magnifica criminaliz¨¢ndola, "se la mete en un c¨ªrculo represivo". Para salir de ello habr¨ªa que establecer otro tipo de discurso, invertir en recursos sociales, "por ejemplo, establecer un salario para los desempleados, m¨¢s barato que soportar el coste econ¨®mico de los toxic¨®manos".
Isabel Ardid, jefa del departamento de informaci¨®n de la Fundaci¨®n de Ayuda contra la Drogadicci¨®n (FAD), piensa en una soluci¨®n a medio plazo, que pasa por el incremento de la prevenci¨®n y educaci¨®n "para que disminuya la demanda". Cree que un acuerdo internacional que despenalice el consumo de drogas queda muy lejos. "La FAD es contraria a la legalizaci¨®n", asegura.
Todos los pa¨ªses
"La despenalizaci¨®n tendr¨ªa que establecerse en todos los pa¨ªses, porque si no se concentrar¨ªa el consumo", manifiesta Jos¨¦ Ram¨®n Bronet, director del Plan Nacional sobre Drogas de Cruz Roja Espa?ola. "Esta medida", prosigue, "incidir¨ªa sobre los m¨¢s j¨®venes, se les incitar¨ªa al consumo". "Que el sistema actual no funcione no vale para ir a otro que pueda ser peor", agrega prudente Bronet, quien considera que las medidas despenalizadoras no tienen posible marcha atr¨¢s, pero cree que si se protegiera a los j¨®venes adecuadamente se podr¨ªa pensar en la despenalizaci¨®n. "Soy partidario de que la sociedad abra un debate porque, a lo mejor, hay otras soluciones", concluye.
Alberto Berguer, presidente del Consejo General de Colegios de M¨¦dicos, es contrario a las posibles medidas despenalizadoras. "Es una medida de irresponsabilidad social grave", afirma rotundamente.
Tom¨¢s Vidal, secretario general del sindicato CSIF-Prisiones, coincide en que la despenalizaci¨®n tendr¨ªa que ser una medida internacional. "Si no, nos encontrar¨ªamos aqu¨ª con consumidores de todos los pa¨ªses. El 85% de los presos tiene problemas de droga, han delinquido para drogarse", manifiesta Vidal. A?ade que su sindicato -que obtuvo en las ¨²ltimas elecciones el apoyo del 48%. de los funcionarios de prisiones- no ha valorado oficialmente el problema. "De liberalizarse el tr¨¢fico de estupefacientes, es decir, dar al toxic¨®mano su dosis como si fuera un paquete de Ducados, los atracos y los robos callejeros disminuir¨ªan radicalmente y el total de internos ser¨ªa mucho menor".
Manoli Montero, coordinadora del grupo de Getafe de Madres Unidas Contra la Droga, que cuenta con unas 500 madres en Madrid, no apoya la tesis despenalizadora. "Las madres dicen que ?naranjas! Claro, lo que quieren [los partidarios de la liberalizaci¨®n] es que no haya problemas en la calle, pero los chicos est¨¢n hechos polvo".
Un debate pendiente
"No estamos en absoluto en contra de debatir en profundidad el tema", manifiesta Mar¨ªa Jes¨²s Manovel, subdirectora del Plan Nacional sobre Drogas (PND). "Seguimos manteniendo esta postura [la antidespenalizadora] de momento". Manovel califica de "debate-guadiana" la pol¨¦mica antiprohibicionista, que surge de cuando en cuando desde los medios de comunicaci¨®n, y considera que la legalizaci¨®n del narcotr¨¢fico "no har¨ªa, desde ning¨²n punto de vista, desaparecer el tr¨¢fico clandestino".
"La legalizaci¨®n de sustancias que tienen una gran capacidad de crear adicci¨®n va en contra de los principios recogidos en la Constituci¨®n", agrega Manovel. "De momento, el consumo de drogas es marginal", pero ?ser¨ªa capaz de soportar esta sociedad a tres millones de heroin¨®manos, el mismo n¨²mero que tiene de alcoh¨®licos cr¨®nicos?".
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