El llanto de la mahonesa

No puedo dar cr¨¦dito a mis ojos al leer la carta de don Antonio Garc¨ªa, presidente de los empresarios de hosteler¨ªa de Ja¨¦n (v¨¦ase EL PA?S del 5 de agosto), cuando asegura que -seg¨²n la Prensa del 28 de julio- "en Andaluc¨ªa no se podr¨¢n servir en ning¨²n bar, restaurante o comedor colectivo salsas mahonesas de fabricaci¨®n casera", y ello por determinaci¨®n "de las autoridades sanitarias".As¨ª, a simple vista, no se comprende c¨®mo:

1. El se?or Garc¨ªa no informa de haber interpuesto ya cuantos recursos est¨¦n en su mano para intentar detener tal desaguisado.

2. Se limita a darnos un cierto toque lacrim¨®geno / erudito de gastronom¨ªa.

3. No informa de: las medidas end¨®geno-sectoriales que se est¨¦n tomando para que semejante desprop¨®sito pueda ser v¨¢lidamente combatido.

4. Y por qu¨¦ en nuestro pa¨ªs se entiende que las responsabilidades se salvan a golpe de Bolet¨ªn Oficial, en lugar -como debiera ser en este caso- de inspecciones serias y decisiones contundentes. Estas actitudes debieran ser perseguibles de oficio, puesto que no parece que sea f¨¢cilmente controlable y distinguible cu¨¢ndo la salsa se ha elaborado en casa o en f¨¢brica ni que las fabricadas sean inexpugnables al deterioro. A la postre todo habr¨¢ de terminar -y en el peor de los casos iniciar- en el laboratorio de an¨¢lisis. Empecemos por ah¨ª y no pretendamos matar moscas a ca?onazos, puesto que la desproporci¨®n convierte el disparate en ruborosa y perjudic¨ªal enormidad. Hacerlo bien, incluso, crear¨ªa empleo.

Convendr¨ªa, se?or director, conocer el texto de la disposici¨®n y, sin duda, recrear en alguno de sus suplementos semanales La c¨¢rcel de papel, de la desaparecida y recordada La Codorniz.- Mar¨ªa del Mar Bar¨®.