Condesas italianas crean una escuela de buenos modales para nuevos ricos
Si el verano pasado se caracteriz¨® en Italia por los originales cursos impartidos en Roma y Mil¨¢n por un napolitano para aprender el arte de la seducci¨®n, este a?o est¨¢ de moda Tur¨ªn, la ex capital del reino, la ciudad de la Fiat, por otra iniciativa no menos curiosa: un curso para aprender las reglas de la buena crianza, para saber ser elegante en cada momento. El curso, dado por unas se?oras condesas, consta de 20 lecciones y cuesta 200.000 pesetas. Se le ha llamado escuela del bon ton, a la francesa, que viste m¨¢s. Las prof¨¦soras son la condesa Augusta de los ?ngeles Fuarini y dos amigas tambi¨¦n nobles, Carla Valeria Avogrado e llaria Notarbartolo di Furnari, y los cursos empezar¨¢n en septiembre, porque, se ha explicado, el mes de agosto es un mes sagrado de vacaciones para la gente fina.
Por ahora, antes de empezar siquiera la publicidad, ya cuenta la condesa con nueve alumnos. Uno de ellos es la esposa de un famoso pol¨ªtico de la que no ha querido revelar la identidad.
?Por qu¨¦ esta iniciativa y qu¨¦ se les ense?ar¨¢ a los alumnos que desean aprender las buenas maneras de la alta educaci¨®n de los salones bien?
Muy sencillo: cada vez hay m¨¢s gente con m¨¢s dinero -son los nuevos ricos- en todas las profesiones, mientras que el mundo noble suele tener siempre menos dinero, pero posee a¨²n sus castillos, sus grandes palacios, que a veces alquilan para grandes recepciones de lujo.
Hu¨¦spedes especiales
Pero ocurre que muchos de los nuevos ricos o de los pol¨ªticos yuppies no conocen el bon ton y a veces aparecen glotones o zafios en los salones in. Y entonces, ?quienes mejor que unas senoras condesas para ense?arles las buenas formas y pulirlos un poco? Pero, adem¨¢s, el mejor anzuelo para dichos cursos, lanzado por las nobles turinesas, es que los alumnos m¨¢s destacados, al final del curso, tendran el privilegio de poder asistir como hu¨¦spedes especiales, codo a codo con la nobleza, a una recepci¨®n de alta alcurnia en los palacios de la vieja nobleza turinesa, prohibidos a los pobres mortales, en las fiestas de Navidad.
En el curso se ense?ar¨¢ no s¨®lo c¨®mo se debe saludar a las personas seg¨²n su rango, sino tambi¨¦n c¨®mo no discutir en alta voz por la calle y, sobre todo -"horror de los horrores", Dicen las condesas-, c¨®mo no aparecer muerto de hambre en un buf¨¦, para lo cual es preferible haber cenado antes para ni siquiera caer en la tentaci¨®n.
Y de una importancia enorme, han anticipado las condesas profesoras, es el saber usar los colores en el vestir, tanto hombres como mujeres. Estas ¨²ltimas, por ejemplo, jam¨¢s de los jamases deber¨ªan presentarse en una recepci¨®n con un tac¨®n que supere los cuatro cent¨ªmetros. Ser¨ªan, dicen las condesas turinesas, "despreciadas" inmediatamente.
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