La 'estrella del Caribe'

Puerto Rico, el Estado libre asociado a EE UU desde 1952, ha iniciado una ronda de negociaciones con las autoridades de Washington para decidir sobre su propio futuro. Noventa y un a?os despu¨¦s de que Espa?a cediera la isla a EE UU, al t¨¦rmino de la guerra hispano-norteamericana, Puerto Rico, la estrella del Caribe, se enfrenta nuevamente a su propia identidad. El pr¨®ximo a?o sus habitantes deber¨¢n decidir entre convertirse en el 51' Estado de la Uni¨®n, votar la independencia o seguir como Estado libre asociado pero con mayor control sobre sus asuntos.

Los departamentos de Estado, Defensa y Justicia de EE UU han dado su visto bueno al prebiscito y el Senado ha aceptado tambi¨¦n la celebraci¨®n de esa consulta. La C¨¢mara alta deber¨¢ elaborar en las pr¨®ximas semanas un documento que, una vez aprobado, permitir¨¢ a los puertorrique?os acudir a las urnas, que se abrir¨¢n, con toda probabilidad, el pr¨®ximo a?o. Los tres partidos mayoritarios -el Partido Independentista Puertorriqueflo (PIP), el Partido Popular Democr¨¢tico (PPD) y el Partido Nuevo Progresista (PNP)- est¨¢n a favor de esa consulta. El voto no parece claramente decantado por ninguna de las opciones, aunque la continuidad de Puerto Rico como Estado libre asociado, la postura del PPD, se perfila como la que cuenta con m¨¢s adeptos.

Los habitantes de Puerto Rico -3,3 millones, con una renta per c¨¢pita de 5.157 d¨®lares y un desempleo del 15% en 1988-, est¨¢n considerados ciudadanos estadounidenses a todos los efectos, excepto en el derecho al voto en las elecciones federales. Los puertorrique?os no pueden votar, por ejemplo, al presidente norteamericano. Su especial condici¨®n pol¨ªtica no les obliga por otra parte al pago de impuestos en EE UU. Esta circunstancia ofrece a los isle?os unas posibilidades comerciales ¨²nicas, ya que sus productos pueden utilizar el reclamo comercial del made in USA sin duplicidad impositiva.

Resurge el independentismo

Ya han transcurrido 37 a?os desde la creaci¨®n del Estado libre asociado y 22 desde la ¨²ltima consulta electoral que ratific¨® aquella decisi¨®n. En 1967 el 60,4% de los votos del primer plebiscito se decantaron por la f¨®rmula de Estado asociado; el 38,9% por la integraci¨®n en EE UU como un nuevo Estado y el 0,6% en favor de la independencia. Desde entonces, el independentismo ha resurgido con m¨¢s fuerza que nunca en la vida pol¨ªtica y social de la isla y las manifestaciones por un Puerto Rico libre e independiente comienzan a proliferar a pesar del bajo techo electoral (7%) del PIP, alcanzado en las ¨²ltimas elecciones, celebradas en la isla para la elecci¨®n del gobernador. "Por primera vez en la historia, Estados Unidos ve en la independencia una de la tres posibles soluciones para Puerto Rico", ha explicado a este diario Rub¨¦n Berrios, presidente del PIP, quien confia en que Ia oposici¨®n anticolonial, que ha sido una postura mayoritaria en Puerto Rico desde hace ya muchos a?os, termine implant¨¢ndose en este plebiscito".

"No creo que el independentismo tenga ninguna opci¨®n", ha explicado a EL PAIS uno de los miembros de la c¨²pula pol¨ªtica del PPD, Jos¨¦ Roberto Mart¨ªnez Ram¨ªrez, delegado de Puerto Rico en Espa?a.

Pese a los aires de independencia, son muchos tambi¨¦n los habitantes de la isla que desean la plena integraci¨®n en la Uni¨®n. George Bush ha apoyado esa idea y as¨ª la expres¨® personalmente en San Juan en la ¨²ltima campa?a a la Casa Blanca.

La integraci¨®n total significar¨ªa, sin embargo, la imposibilidad de que el castellano fuera la ¨²nica lengua oficial de la isla, derecho al que la mayor parte de los isle?os no desean renunciar a ning¨²n precio.

Pese a independentistas e integristas, las tesis del PPD parecen las m¨¢s s¨®lidas. Este partido gan¨® las ¨²ltimas elecciones y consigui¨® que su candidato, Rafael Hern¨¢ndez Col¨®n, permaneciera en su puesto de gobernador de la isla, al conseguir el 48,5% de los votos. El PNP les pis¨® los talones (46,1%). El escaso margen surgido de las urnas ha motivado que el gobernador Hern¨¢ndez est¨¦ intentando que el plebiscito se celebre lo antes posible para no seguir perdiendo terreno frente a los partidarios de la integraci¨®n total en Estados Unidos.