Incongruencia estadounidense
EL TIEMPO es uno de los obst¨¢culos principales para el ¨¦xito del esfuerzo por encontrar una "soluci¨®n latinoamericana" al interminable conflicto de Panam¨¢, soluci¨®n basada en la concertaci¨®n y la paz ciudadana. La misi¨®n mediadora encomendada por la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) a los cancilleres de Ecuador, Guatemala y Trinidad y Tobago debe concluir el 23 de agosto, pero no se perfila ninguna posibilidad de acuerdo entre las partes paname?as que participan en las negociaciones, presididas por el ecuatoriano Diego Cordovez: el Gobierno que ejerce el poder en Panam¨¢, las fuerzas armadas y la oposici¨®n, que, respaldada por gran parte de la ciudadan¨ªa, se niega a aceptar la anulaci¨®n de las elecciones del pasado 7 de mayo, de las que se considera leg¨ªtima ganadora. El secuestro realizado por el Gobierno de la cadena privada de radio y televisi¨®n RPC ha provocado la l¨®gica indignaci¨®n de las fuerzas de la oposici¨®n, y ese incidente puede dar al traste con la negociaci¨®n.No cabe duda de que el general Noriega es responsable de numerosas violaciones de los derechos humanos y que su pol¨ªtica ha sido negativa para el clima de la negociaci¨®n. Pero no son los ¨²nicos culpables.
La Administraci¨®n norteamericana, despu¨¦s de haber cometido graves errores en todo el tratamiento del problema paname?o, est¨¢ actuando en la fase actual con una ligereza inzomprensible. El Comando Sur de EE UU, precisamente en el d¨ªa de la llegada a Panam¨¢ de Diego Cordovez y de otros mediadores de la OEA, ha realizado las mayores maniobras militares de los ¨²ltimos a?os en la zona del Canal. La explicaci¨®n dada por el jefe del Comando, general Marc Cisneros, seg¨²n la cual el objetivo era mejorar la preparaci¨®n de las tropas, carece de seriedad.
Creer que esas acciones de intimidaci¨®n militar pueden contribuir a que el general Noriega deje el mando de las "fuerzas de defensa" demuestra una total ignorancia de la realidad. Por odioso que sea el r¨¦gimen paname?o, con un general que ejerce de modo arbitrario el poder real, al amparo de unas instituciones constitucionales de fachada, la realidad es que Noriega se apoya en un populismo nacionalista que influye en no escasos sectores de la poblaci¨®n y que, parad¨®jicamente, aumenta en la medida en que las acciones militares de EE UU tienen un car¨¢cter m¨¢s patente y provocador. Por otra parte, esas maniobras militares estadounidenses son particularmente negativas para la labor mediadora de la OEA, como lo se?al¨® el propio Cordovez expresando su disgusto con los modos habituales de la diplomacia.
Por otra parte, en Washington, mientras el Departamento de Estado anuncia que EE UU est¨¢ dispuesto a aceptar que Noriega siga en Panam¨¢ si abandona su cargo, el presidente Bush afirma que "no remincia" a emplear el rapto del general Noriega como forma de hacer comparecer a ¨¦ste ante los tribunales de Estados Unidos. Actitud que causa indignaci¨®n en Latinoam¨¦rica -incluso entre los enemigos de Noriegapor lo que tiene de desprecio a las normas de derecho m¨¢s elementales en las relaciones entre Estados.
La pol¨ªtica de EE UU con respecto a Panam¨¢ es una acumulaci¨®n de incongruencias. No ha sabido sacar las consecuencias de su fracaso en el intento de eliminar a Noriega mediante sanciones econ¨®micas y otras presiones frontales. Si realmente desease el ¨¦xito de la mediaci¨®n de la OEA, deber¨ªa contribuir a crear un clima sereno, para obtener concesiones que permitan preparar un Gobierno provisional, al margen de las disputas constitucionales, y desembocar luego en una soluci¨®n democr¨¢tica de verdad. Pero la pol¨ªtica de EE UU, con maniobras militares y declaraciones explosivas, s¨®lo puede tener efectos desastrosos para la mediaci¨®n. ?Con qu¨¦ perspectiva? Es dif¨ªcil adivinarlo. Toda la evoluci¨®n centroamericana tiende hacia soluciones pac¨ªficas. Ello debe ser v¨¢lido tambi¨¦n para Panam¨¢.
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