"La Prensa veta a los aut¨¦nticos marxistas-Ieninistas"
Nina Andreieva, estalinista recalcitrante, califica la 'perestroika' como el per¨ªodo m¨¢s negro del socialismo en la URSS
"Creo que la perestroika pasar¨¢ a la historia como el per¨ªodo m¨¢s negro del socialismo", dice Nina Andreieva, la profesora de Qu¨ªmica que se hizo famosa con el art¨ªculo No puedo renunciar a mis principios, considerado hasta hoy como el manifiesto de los estalinistas recalcitrantes. Mijail Gorbachov ley¨® el art¨ªculo y estuvo de acuerdo en que hab¨ªa que publicarlo. Los defensores del marxismo-leninismo puro consideran que el socialismo con rostro humano no es m¨¢s que un lema de la contrarrevoluci¨®n. Nina Andreieva, y con ella los nost¨¢lgicos de Stalin, afirma que todo lo que se publica sobre su l¨ªder es "basura, invenciones, fantas¨ªas, infundios sucios que los hechos no confirman".
Conversamos con Nina Andreieva cinco horas. Fue un tiempo que ella abri¨® con la pol¨ªtica y cerr¨® hablando del amor, en un itinerario que fue desde una estaci¨®n de metro hasta una jruschovka, como se llama a los pisos caracter¨ªsticos de la ¨¦poca de Jruschov, y pas¨® por un hospital.En el jard¨ªn de la cl¨ªnica donde el marido de Nina Andreieva, el profesor de Filosof¨ªa VIadimir Klushin, se repon¨ªa de una afecci¨®n de ri?¨®n, el sol de media tarde hac¨ªa brillar el cabello, te?ido de un uniforme tono casta?o, de esta profesora de 51 a?os, a quien sus colegas en el Instituto Tecnol¨®gico de Leningrado hacen el vac¨ªo por las denuncias an¨®nimas que ella escrib¨ªa en ¨¦poca de Breznev. Esta mujer, que acab¨® la escuela secundaria con medalla de oro, preside hoy un grupo conservador (marxista-leninista) llamado Edinstvo (Unidad), creado a fines de mayo. A la fundaci¨®n, en Mosc¨², asistieron representantes de 26 ciudades. Han prescindido de la palabra perestroika, porque "est¨¢ tan comprometida que es mejor no usarla por el momento. Nadie sabe qu¨¦ es. Hay perestroikas socialistas y no socialistas".Ninoshka, como la llama su marido, estaba contenta, pues entre las cartas recibidas -y van m¨¢s de 7.000 desde que su famoso art¨ªculo se reprodujera, dice, en m¨¢s de 930 peri¨®dicos sovi¨¦ticos- hay una que informa de la aparici¨®n de Edinstvo en la ciudad ucraniana de Stajanov, en la zona de minas y huelgas de Donb¨¢s. Nina se lo anuncia a su marido, VIadimir Ivanovich, dirigi¨¦ndose a ¨¦l con el nombre y el patron¨ªmico.
Las huelgas son "una protesta ante los acontecimientos de hoy. Durante cuatro a?os nos alimentan con promesas, pero el hombre no recibe nada por su trabajo y las cosas empeoran. El dinero se deval¨²a tanto que el sueldo ya no sirve para comprar nada. Y tampoco es normal que los economistas reciban m¨¢s que los mineros". Klushin la escucha atentamente. Tiene los hombros cubiertos por una americana de veterano, con condecoraciones en la pechera.
La contrarrevoluci¨®n
Edinstvo, nos dice Andreieva, es una entidad estatal, pero organizada seg¨²n la regi¨®n. "En el B¨¢ltico la contrarrevoluci¨®n est¨¢ en auge, y en Moldavia est¨¢ seguramente en una fase superior. En el C¨¢ucaso hay conflictos. Otras regiones de Rusia est¨¢n tranquilas", se?ala Andreieva, que colabora con el partido comunista ("no el partido de Gorbachov"), del que es miembro.
Andreieva opina que la prensa veta a los defensores del aut¨¦ntico marxismo-leninismo. "Es una pena que un pa¨ªs tan grande haya ca¨ªdo tan bajo y haya dado la oportunidad de apoderarse de los medios de comunicaci¨®n a 'esta gente ajena al socialismo, que vivieron estupendamente en la llamada ¨¦poca del estancamiento, que lamentan no poder comprarse una taza de retrete de oro o ba?arse en champa?a con una rubia por la ma?ana".
"Toda esta terminolog¨ªa de 'socialismo con rostro humano' repite Ios lemas de la contrarrevoluci¨®n en Checoslovaquia, que tanto all¨ª como aqu¨ª comenz¨® con el congreso de los escritores y con la concentraci¨®n -de elementos filosionistas en los medios de comunicaci¨®n", asegura Andreieva.
Nina Andreieva siente nostalgia del "entusiasmo" de un tiempo en el que "viv¨ªamos con la confianza de que ma?ana vamos a vivir mejor y que las dificultades que ten¨ªamos eran objetivas, porque empez¨¢bamos a construir nuestro socialismo desde cero", un tiempo en el que"todos est¨¢bamos seguros del futuro, nos ¨ªbamos a dormir y sab¨ªamos lo que pasar¨ªa ma?ana", un tiempo en el que "las ideas de cataclismo social no exist¨ªan".
Esta imagen ensombrece, a sus ojos, estos cuatro a?os de perestroika en los que "hay que constatar que la situaci¨®n econ¨®mica, ideol¨®gica, pol¨ªtica, de seguridad social, no hace m¨¢s que deteriorarse".
?Cu¨¢ndo se perdi¨® la confianza en el futuro radiante? "A fines de los a?os cincuenta, con los intentos de introducir elementos del capitalismo en la econom¨ªa, con la incapacidad de introducir cambios de car¨¢cter socialista".
Opina Nina Andreieva que "Stalin desempe?¨® un enorme papel en la construcci¨®n del socialismo. Los tiempos eran crueles y estaba en juego ser o no ser. Hab¨ªa que decidir de forma precisa y urgente. Con una dura lucha de clases en el interior de la sociedad y un entorno imperialista, la pol¨ªtica deb¨ªa ser dura. El papel de la personalidad debe valorarse en las condiciones concretas en que actuaba. Imagino por un minuto a los actuales dirigentes en aquel per¨ªodo...". ?Hubieran actuado igual? Elude la respuesta.
M¨¢s tarde, en el piso de su hija, donde reside temporalmente, Nina Andreieva, descalza, se apoyar¨¢ en el quicio de una puerta, echar¨¢ la cabeza hacia atr¨¢s y con vehemencia repetir¨¢: "Ninguno, ninguno de los dirigentes que han venido despu¨¦s le llega a la suela de los zapatos a Stalin".
Para Andreieva lo que se publica hoy sobre Stalin es "basura, invenciones, fantas¨ªas, infundios sucios que los hechos no confirman". ?Y todas esas fosas llenas de huesos por doquier? "No hay pruebas. La Prensa trata hoy de aturrullar a la gente, sobre todo al peque?o burgu¨¦s sovi¨¦tico que no quiere esforzar su cerebro y por eso se lo traga todo".
Pues las fosas son algo impresionante...
"Claro, es lo que m¨¢s impresiona, pero mire, en Mosc¨² se organiz¨® un foll¨®n por el hallazgo de una de esas fosas. Yo tengo una carta de un hombre que trabaj¨® en la polic¨ªa y enterr¨® aquellos cad¨¢veres y cuenta que all¨ª, de noche, para no inquietar a la poblaci¨®n, se enterraba a las v¨ªctimas de los ataques de guerra. No le publican su testimonio".
Andreieva no tiene ilusiones sobre la pol¨ªtica que se llevar¨¢ a la pr¨¢ctica en el nuevo Parlamento. Tampoco se siente representada por alg¨²n grupo parlamentario: "Yo no tengo puntos de vista particulares. Mis puntos de vista son marxistas-leninistas,
los que ahora se pisotean y destruyen. Son leyes que funcionan objetivamente e ignorarlas s¨®lo puede hacer da?o a la sociedad socialista".
Cree Andreieva que su art¨ªculo, defendido por el miembro del Politbur¨® Egor Ligachov, cre¨® una fisura entre los sovi¨¦ticos, que en 1985 acogieron la perestroika porque "no se pod¨ªa seguir viviendo as¨ª y hab¨ªa que hacer una limpieza general. Apareci¨® una tendencia a favor del perfeccionamiento del socialismo y otra de la restauraci¨®n del capitalismo. Mi art¨ªculo fue un jal¨®n a partir del cual las contradicciones se convirtieron en diferencias antag¨®nicas autoexcluyentes. Hoy se ataca el papel dirigente de la clase obrera y el partido comunista como vanguardia. Los representantes de la tendencia restauradora del capitalismo son nuestros economistas mercantilistas".
El art¨ªculo de marras era en principio parte de una pol¨¦mica con el escritor Alexandr Prajanov sobre Afganist¨¢n. Nina Andreieva lo mand¨® a varios diarios, pero s¨®lo Sovietskaia Rossia le prest¨® atenci¨®n. Por tel¨¦fono, le pidieron resumir y prescindir de Prajanov.
Nina Andreieva dice no conocer a Ligachov, pero asegura estar informada de que ¨¦ste ley¨® el art¨ªculo y que "tambi¨¦n lo ley¨® Mijail Sergueievich (Gorbachov) y estuvo de acuerdo en que hab¨ªa que publicarlo, antes de viajar a Yugoslavia". El resultado se vio casi como una invitaci¨®n al golpe de Estado en los sectores liberales, angustiados hasta que Pravda respondi¨® el 5 de abril.
Cr¨ªticas a Gorbachov
Nina Andreieva, descalza, juguetea con sus pies, mientras lee las cr¨ªticas a Gorbachov que figuran en su correspondencia. "Aqu¨ª lo comparan con Dubcek, aqu¨ª piden que le procesen por liquidar el socialismo, aqu¨ª subrayan que vivi¨® con Mlynar, un amigo de Dubcek, un contrarrevolucionario..., aqu¨ª dicen que hay que quitarle la m¨¢scara de comunista y mostrar su cara de burgu¨¦s, aqu¨ª mandan unos versos".
A punto de despedirnos, saca una revista de rock. Subraya que est¨¢ est¨¢ impresa en Estonia. En ella hay una foto del solista del conjunto DDT, Yura Shefshuk, con los genitales aparentemente fuera de la bragueta desabrochada. "Habr¨¢se visto", dice, se?alando el objeto de su indignaci¨®n. El discurso da un brusco giro. "Lo m¨¢s sagrado entre un hombre y una mujer es el amor", dice. "En la sociedad del futuro el amor entre hombres y mujeres tendr¨¢ una gran importancia. Ser¨¢ un profundo sentimiento. El amor depende del interior del hombre y de la mujer, de su nivel de inteligencia. S¨®lo las profundas naturalezas son capaces de amar ¨ªntegramente. Estamos en contra de las relaciones prematrimoniales. Hay que ense?ar a los j¨®venes que la proximidad no es s¨®lo f¨ªsica, que debe ir acompa?ada de sacrificio. En Rusia siempre hubo una gran moralidad. Entre los campesinos se valoraba la familia y la capacidad de renuncia de las mujeres dispuestas a todo por el ser que aman. El amor no es objeto de comercio ni de contrato, como intentan inculcarnos ahora". Como en econom¨ªa, Nina Andreieva est¨¢ por el perfeccionamiento del plan.
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