"Qu¨¦ tristeza ver esto"
, ENVIADA ESPECIAL "Qu¨¦ tristeza ver esto. As¨ª, igual al deterioro de este edificio, es el deterioro de nuestros dirigentes". ?ste es el testimonio de una mujer que, con l¨¢grimas en los ojos, contemplaba las ruinas de uno de los nueve bancos, todos del Estado, que el pasado domingo fueron destruidos en atentados terroristas en la ciudad de Medell¨ªn.
"Estoy aterrado. ?D¨®nde rescatar la esperanza para seguir viviendo en este pa¨ªs?", pregunt¨® un hombre que ayudaba a remover escombros. "Nuestra obligaci¨®n es mantenernos en pie. Lo grave es que a Barco lo dejaron solo. ?Qui¨¦n lo est¨¢ respaldando? Todos sabemos; que much¨ªsimos pol¨ªticos est¨¢n implicados en el negocio de la droga".
En uno de los atentados muri¨® un joven de 20 a?os. Las autoridades dicen que fue el que activ¨® la bomba. Su cuerpo destrozado qued¨® esparcido por toda la manzana.
Con seguridad era uno de los cientos de j¨®venes que en esta ciudad, considerada como la m¨¢s violenta del mundo, forman parte de las pandillas juveniles. "Las pandillas son el ej¨¦rcito de reserva de la mafia", dijo a este peri¨®dico un soci¨®logo que se ha dedicado a estudiar este fen¨®meno.
Pandillas juveniles
Las autoridades tienen identificadas 100 de ellas. Cada una tiene entre 15 y 20 integrantes. Son muchachos y muchachas de los barrios pobres que no tienen mayor esperanza en una ciudad que registra un alto ¨ªndice de desempleo. En uno solo de estos barrios viven 260.000 personas en condiciones de extrema pobreza.
Los nachos, los calvos, las picas, son los nombres de algunas de estas pandillas. Son contratados por intermediarios para realizar sus trabajos. "Muchas veces trabajan para el c¨¢rtel de Cali y ellos creen que lo est¨¢n haciendo para el c¨¢rtel de Medell¨ªn", dice el soci¨®logo. Y agrega que el sue?o de estos muchachos es "vivir a lo don Pablo [se refiere a Pablo Escobar, jefe del c¨¢rtel de Medell¨ªn]. Es el ¨ªdolo de todos ellos".
El patr¨®n de intercambio de las pandillas es el bazuco (cigarrillo que se hace de los residuos de la producci¨®n de la coca¨ªna). Es una de las drogas que genera mayor dependencia. Una vida puede valer cuatro bazucos; una camisa, dos; una mujer, cuatro.
"Es una paradoja: en Medell¨ªn, cuna de la industria colombiana y eje de la colonizaci¨®n a comienzos de siglo, y una de las ciudades de mayor empuje, m¨¢s bonita y alegre de Colombia, el negocio de la droga gener¨® la industria de la muerte.
"Para estos muchachos matar es un trabajo como otro cualquiera", explica el soci¨®logo. Cuenta que existen en Medell¨ªn f¨¢bricas clandestinas de armas donde se produce el famoso chang¨®n (escopeta calibre 12 de ca?¨®n corto), rev¨®lveres y pistolas.
Para los m¨¢s audaces existen sitios donde les alquilan armas de guerra corno fusiles y ametralladoras. "Por billete mato al que sea", dijo un joven de apenas 16 a?os a este peri¨®dico. Por la expresi¨®n de su rostro, uno le imagina igual matando a sangre fr¨ªa, igual de divertido y alegre jugando un partido de f¨²tbol. "Don Pablo es bueno. ?l ayud¨® a mi familia", dice.
En Medell¨ªn se afirma que la primera vez que vinieron mercenarios a Colombia fue en 1981, a ra¨ªz de la creaci¨®n del MAS (Muerte a secuestradores). Este grupo lo cre¨® el c¨¢rtel de Medell¨ªn para rescatar a Marta Nieves Ochoa, hermana de Jorge Luis, Juan David y Fabio, el clan Ochoa, secuestrada por el M19.
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