La burra
Lo dijo Miguel¨ªn, cuando se tir¨® de espont¨¢neo en un toro de El Cordob¨¦s, hace casi un cuarto de siglo, en Las Ventas: "?Esto es tina burra!". Se refer¨ªa al toro, claro. La afici¨®n criticaba ese tipo de toro, que impuso El Cordob¨¦s y vall¨® para hacerse de oro, pero a nadie se le hab¨ªa ocurrido llamarle burra. Miguel¨ªn, que atesoraba condiciones excepcionales para pasar a la historia del toreo como diestro valeroso, dominador e imaginativo, hubo de entrar en ella por su doble ocurrencia: tirarse de espont¨¢neo y lo de la burra.El esc¨¢ndalo desvelaba un fraude generalizado que la autoridad no ataj¨®, porque prefiri¨® marcarse una de disimulo, y la burra que hizo de oro a El Cordob¨¦s, ha servido para dar facilidades a las sucesivas generaciones de coletudos. As¨ª hasta hoy en cualquier plaza de por ah¨ª, la de San Sebasti¨¢n de los Reyes inclu¨ªda.
Arauz / Mendes, Soro, Caballero
Toros de Francisco Javier Arauz de Robles (4?, sobrero), con trap¨ªo excepto 5?, flojos en general. V¨ªctor Mendes: estocada ca¨ªda (silencio); pinchazo hondo ca¨ªdo (silencio). El Soro: pinchazo hondo, pinchazo, estocada trasera contraria y descabello (aplausos y saludos); bajonazo y descabello (oreja y dos vueltas). Andr¨¦s Caballero: estocada (oreja); pinchazo hondo bajo, rueda de peones y descabello (palmas). Plaza de San Sebasti¨¢n de los Reyes, 30 de agosto. 6? y ¨²ltima corrida de feria.
La burra que sale hoy se diferencia con la de hace casi un cuarto de siglo en que es m¨¢s grande y tambi¨¦n m¨¢s inv¨¢lida. El tama?o de la burra de hoy habr¨ªa sido terror¨ªfico en la d¨¦cada cordobesista de los 60, mientras su invalidez no la hubiera tolerado ni el cordobesismo m¨¢s irracional. Es decir que, si bien se mira, en lo que a burrer¨ªa se refiere, la fiesta va de mal en peor. E incluso puede salir la burra con el tama?o de ayer y la invalidez de hoy. Por ejemplo, en San Sebasti¨¢n de los Reyes. Apareci¨® en quinto lugar y la cogi¨® de tonta El Soro, que se puso a pegar reolinas de pie y de rodillas, con desaforado denuedo. Lo de El Soro pegando reolinas a la decr¨¦pita burra parec¨ªa man¨ªa persecutoria. Qu¨¦ le habr¨ªa hecho la burra.
Naturalmente, empalmar la suerte natural con la contraria, girar circulares, desplazarse en cuclilas, caer de hinojos, tirar los trastos, faenar r¨²stico, son trajines que alborotan a los p¨²blicos en feria, y el de San Sebasti¨¢n de los Reyes se alborot¨® much¨ªsimo. El presidente s¨®lo le concedi¨® a El Soro una oreja y la gente le quer¨ªa pelar, por no darle ?la-otra, la-o-tra!
El presidente estuvo muy bien, a¨²n a riesgo de ser pelado, y tom¨® la heroica decisi¨®n de devolver al corral un toro inv¨¢lido. El sobrero fue torazo. En realidad, aparte la burra dicha, los toros luc¨ªan trap¨ªo y los hubo de muy bella estampa, con variedad de capas, que inclu¨ªan el jabonero salpicao, el c¨¢rdeno romero, el entrepelao bragao. "...Y meano", a?ad¨ªa un docto espectador, a lo que replicaba otro: "Pues para mi es cagano, porque est¨¢ derrengado". Ten¨ªa raz¨®n: ese y el resto estaban derrengados, salvo los de Andr¨¦s Caballero. De donde se deduce que fue Andr¨¦s Caballero el ¨²nico torero cabal en la plaza, con el m¨¦rito a?adido de que resultando incierto su primer toro y peligroso el ¨²ltimo, mulete¨® valiente y cobr¨® la estocada de la tarde.
V¨ªctor Mendes en su lote y El Soro en su primer toro, toquetearon de tr¨¢mite las respectivas invalideces. Los tres -Mendes-Soro-Caballero- banderillearon, o eso dicen. Vaya, vaya, los matadores-banderilleros; qu¨¦ manera de banderillear. Si existiera un juzgado de guardia banderilleril, all¨ª estar¨ªan los tres, prestando declaraci¨®n. Y con ellos, el que arre¨® la burra.
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