El Madrid cambia su repertorio
El Real Madrid ya no es el que era. A esta conclusi¨®n llegaron ayer los asiduos del Bernab¨¦u que se reencontraron con su equipo. El Madrid ha cambiado, y no es que sea mejor o peor -eso se ver¨¢ ante un rival que presente m¨¢s resistencia que el Liverpool-, es diferente. En s¨®lo un mes, mientras los socios se hartaban de tomar el sol, John Toshack ha introducido algo m¨¢s que matices en este equipo. La apuesta es clara ganar la Copa de Europa, porque, visto el despliegue del Bar?a -el rival m¨¢s directo- ante el Sochaux, el Palam¨®s y el Figueres -huesos donde los haya-, tendr¨ªa que producirse una sorpresa espectacular para que la Quinta no consiga la quinta Liga. Toshack ha creado una disciplina defensiva que antes no exist¨ªa, y ha recortado las dosis de genialidad improvisada en los ataques. Eso s¨ª, puede ser un a?o m¨¢s aburrido en el Bernab¨¦u.El p¨²blico de la NBA se desga?ita reclamando a sus jugadores que aprieten en defensa. Eso le gustar¨ªa a Toshack, pero el cambio de mentalidad ser¨ªa demasiado radical para el espectador madridista. Ayer ya tuvo que readaptar su cerebro al ver durante unos minutos (del 57 al 67) hasta a siete defensas en la alineaci¨®n del Madrid. Tanto despliegue parec¨ªa un poco excesivo como si se utilizasen granadas para matar mosquitos. Porque el Liverpool de anoche estaba lejos de jugar a su m¨¢ximo nivel: apenas presionaba en el centro del campo, llegaba con mucha dificultad al ataque, y all¨ª, Rush, solo, ve¨ªa el color blanco por todo horizonte.
El partido fue muy c¨®modo para el Madrid, especialmente gracias al simp¨¢tico Grobbelaar Salio tarde y mal en el primer gol y mir¨® de reojo, sin moverse, el golazo de Butrague?o. As¨ª, mientras el Liverpool trataba de conservar el bal¨®n el mayor tiempo posible, sin profundizar, hubo tiempo para descubrir las variaciones sobre el mismo equipo que ha realizado Toshack.
La revoluci¨®n silenciosa -y b¨¢sicamente mental- alcanza su mayor expresi¨®n en la nueva defensa. Schuster, Hierro y Ruggeri forman un tr¨ªo lleno de matices. Por ejemplo, la cintura de Schuster, que los madridistas doblar¨¢n con su pensamiento cuando vean aparecer frente a ¨¦l a uno de los numerosos bajitos que pueblan las delanteras espa?olas. O los recursos que Ruggeri encuentra en sus extremidades superiores e inferiores; ayer tumb¨® a dos ingleses con un agarr¨®n y un pu?etazo al est¨®mago. Hubo quien lleg¨® a decir que Benito hab¨ªa regresado al Madrid. Da la sensaci¨®n, sin embargo, de que esta defensa sabe correr hacia adelante mejor que hacia atr¨¢s, especialmente Hierro.
Otros cambios. Ya no hay intocables. Michel tuvo un mal d¨ªa -todav¨ªa no ha jugado un buen partido en el Bernab¨¦u desde la crisis de los silbidos- y Toshack le cambi¨® por Solana. Mart¨ªn V¨¢zquez debi¨® suspirar a fondo. Con Beenhakker, jugase como jugase, siempre era el primero en ir a ducharse. Chendo tambi¨¦n cambi¨® de sitio -Sanchis comenz¨® como lateral derecho-, y se coloc¨® por delante de la defensa, para cerrar posibles huecos con su velocidad. Y, finalmente, la ubicaci¨®n m¨¢s retrasada de Butrague?o le permite, claramente, controlar mejor sus movimientos ofensivos. Glovanni Trapattoni, el entrenador del Inter, comentaba el a?o pasado que estaba convencido de que esa era la mejor posici¨®n de El Buitre. Le van mejor los vuelos largos.
Pero todos los cambios de Toshack -que parece m¨¢s r¨¢pido de reflejos que Beenhakker a la hora de improvisar sobre la marcha- deber¨¢n esperar a un an¨¢lisis m¨¢s reposado. El Liverpool no tuvo ni una sola ocasi¨®n, y el Madrid nunca se vio presionado. Apenas hubo detalles ofensivos, aunque ser¨ªa imperdonable no destacar una volea de Hugo S¨¢nchez a un bal¨®n enviado desde el centro del campo, y que Groobelaar rechaz¨® con apuros. Y es que todo puede cambiar a su alrededor, pero Hugo siempre ser¨¢ el mismo.
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