Los reclusos de ETA son v¨ªctimas de una "doble prisi¨®n"
Declaraciones de Antoni Asunci¨®n, director de Instituciones Penitenciarias
Antoni Asunci¨®n, director general de Instituciones Penitenciarias, considera que la pol¨ªtica de dispersi¨®n de los presos terroristas permitir¨¢ a los propios internos de ETA convencerse de que son v¨ªctimas de una "doble prisi¨®n": la que marca su condena y a la que les obliga la direcci¨®n de su organizaci¨®n, opuesta a que ¨¦stos se reinserten. "Se pretende que no exista ninguna presi¨®n, que no exista una doble pena sobre los presos de ETA", asegura este valenciano, que abandon¨® sus cargos pol¨ªticos en su regi¨®n cuando Enrique M¨²gica lleg¨® al Ministerio de Justicia.
Pregunta. ?Cu¨¢l es la pretensi¨®n del Gobierno con la pol¨ªtica de dispersi¨®n de presos etarras?
Respuesta. Lo que se pretende es dejar en libertad a esos presos, liberarlos de las mafias de ETA y de las gestoras, que opten por su propia decisi¨®n, por un camino individual. Que los que quieran puedan acogerse a la reinserci¨®n individual como cualquier otro recluso, siempre, como es l¨®gico, dentro del ordenamiento penitenciario. ?sa es la contribuci¨®n que el sistema penitenciario espa?o? tiene que hacer al gran esfuerzo que han hecho ya las fuerzas de seguridad en este pa¨ªs. Hay mucho invertido ya en la lucha contra el terrorismo por parte de la polic¨ªa, de la Guardia Civil, de todas las fuerzas de seguridad, de las Fuerzas Armadas, de los ciudadanos, de las fuerzas pol¨ªticas, yo creo que de todo el pa¨ªs, y que el sistema penitenciario tiene tambi¨¦n que aportar ahora su contribuci¨®n. Algo que es indudable para el sistema penitenciario, pero que tambi¨¦n no ofrece dudas de las ventajas que da a un colectivo que tiene una doble prisi¨®n: la privacion de libertad -la propia condena-, m¨¢s la de la organizaci¨®n terrorista.
P. ?Qu¨¦ datos tienen de esa presi¨®n de la organizaci¨®n?
R. Muchos. Todos, los tenemos todos para constatar que es as¨ª. Por la actitud que toman cuando los presos est¨¢n en otras c¨¢rceles, que no est¨¢n ya controlados por la organizaci¨®n.
P. ?A qu¨¦ atribuye usted la ¨²ltima ofensiva de ETA contra los funcionarios de prisiones?
R. Creo que es obvio. ETA, en este momento, intenta no perder el control del colectivo de presos y ETA ha atentado indiscriminadamente. Quiere generar malestar y provocar al colectivo de funcionarios para que no sea posible la dispersi¨®n de los presos. Eso es lo que estan diciendo todos los d¨ªas las gestoras.
P. El ministro M¨²gica augur¨® recientemente que en un plazo relativamente corto aparecer¨ªan los primeros resultados en la pol¨ªtica de dispersi¨®n. ?Usted podr¨ªa concretar m¨¢s y dar una fecha?
R. Nunca voy a ir m¨¢s all¨¢ de lo que el ministro diga. ?l fue el que anunci¨® esto y ser¨¢ el ministro quien avance los resultados cuando lo vea conveniente.
P. Entre las medidas de dispersi¨®n que han trascendido se encuentra la de desalojar a presos etarras de c¨¢rceles que hasta ahora albergaban a un gran n¨²mero de internos de esta organizaci¨®n, caso de Herrera de la Mancha (Ciudad Real) y Alcal¨¢-Meco (Madrid). ?Con esto qu¨¦ pretende la Administraci¨®n?
R. Se pretende que no exista ninguna presi¨®n, que no exista una doble pena sobre los presos de ETA. Y que aquellos que opten por la reinserci¨®n, por la v¨ªa de su recuperaci¨®n, pues tengan sus posibilidades. En Alcal¨¢Meco no hay actualmente ning¨²n preso de ETA. En Herrera quedan pocos, muy pocos, y ya est¨¢n llegando otros presos, que no son de esa organizaci¨®n, para ocupar esas plazas. Lo que es verdad es que la dispersi¨®n nos ha dado alrededor de 400 plazas m¨¢s, con lo que nos permitiremos descongestionar Carabanchel y otras prisiones muy hacinadas. Porque al pasar ¨¦stas a ser de r¨¦gimen ordinario -que es donde mayor congesti¨®n tenemos-, pues nos va a permitir tener m¨¢s plazas. Los presos de primer grado -todos, sean de ETA o no- est¨¢n en celdas individuales por razones de peligrosidad. Pero los de r¨¦gimen ordinario pueden estar m¨¢s de uno en una celda. Con esto lo que hemos conseguido es m¨¢s plazas, m¨¢s sitio para los otros presos.
M¨®dulos especiales
P. ?Con la dispersi¨®n se pretende que haya una c¨¢rcel espec¨ªfica para los duros de ETA, para aquellos que rechazan frontalmente la reinserci¨®n?
R. He le¨ªdo algo de esto en la prensa, pero hay una confusi¨®n. Lo que he le¨ªdo se circunscribe exactamente a lo que dice el reglamento penitenciario y la ley. Todos los presos, sean o no de ETA, que muestren signos de inadaptaci¨®n y de rechazo de cualquier v¨ªa de recuperaci¨®n ser¨¢n internados en m¨®dulos especiales, considerados de primer grado. Esto es lo que hay que hacer.
P. ?No se pretende tener una c¨¢rcel especial, como podr¨ªa ser hasta ahora Herrera, donde estaban los presos de ETA contrarios a la reinserci¨®n?
R. Pueden estar en dos, cinco o diez m¨®dulos de primer grado, pero con los otros presos de primer grado. Aqu¨ª lo que hay que dejar bien claro es que hay una clasificaci¨®n penitenciaria. Y que hay presos de primer grado de ETA y que los hay que no son de ETA, que son por narcotr¨¢fico, de otra organizaci¨®n armada o del crimen organizado, indiferentemente. Y que es su comportamiento penitenciario y el nivel de adaptaci¨®n y recuperaci¨®n, como permite la legislaci¨®n hoy, lo que influye en su clasificaci¨®n. Y eso es lo que quiere decir el punto del acuerdo con los sindicatos sobre el seguimiento individualizado de los internos. Para todos los presos peligrosos, pertenezcan o no al crimen organizado y que, naturalmente, rechacen cualquier tratamiento penitenciario, hay m¨®dulos especiales en todas las prisiones o en casi todas.
P. En las ¨²ltimas semanas hemos asistido al proceso negociador que han mantenido ustedes y las organizaciones sindicales mayoritarias. Tal vez la opini¨®n p¨²blica haya tenido la sensaci¨®n de que los funcionarios de prisiones hayan querido hacer dejaci¨®n p¨²blica de sus reponsabilidade s en una materia tan importante como es la lucha antiterrorista. ?Qu¨¦ opina de ello?
R. Siempre en prisiones lo incidental adquiere tama?o de trascendencia y lo trascendente siempre queda escrito como pura an¨¦cdota. El caso de los funcionarios de ahora no escapa a esa t¨®nica o denominador com¨²n. Porque la gran mayor¨ªa de los funcionarios no ha escapadado a sus responsabilidades ni ha hecho dejaci¨®n de sus funciones. En absoluto. No obstante, hay unos cuantos, una minor¨ªa, que ¨¦sos s¨ª gritan, crispan mucho y obtienen mucha resonancia posiblemente. Eso distorsiona la imagen de los funcionarios. Pero ah¨ª est¨¢n los sindicatos mayoritarios suscribiendo unos acuerdos y, naturalmente, dando unas pruebas de madurez. ?C¨®mo puede presentarse a la opini¨®n p¨²blica que el sistema de prisiones de un pa¨ªs no sea capaz de tratar por igual a los presos que pertenezcan al crimen organizado como a los que no? Es l¨®gico y el funcionario lo tiene muy asumido. Eso no quiere decir que no haya voces discordantes, que las hay, pero responden a una minor¨ªa de las prisiones y se circunscriben a pocos centros penitenciarios. Estos pocos han discrepado y cuestionado algo que en un Estado democr¨¢tico pertenece al legislador democr¨¢ticamente elegido y no a quien ejecuta bajo su salario lo que la legislaci¨®n establece. Otra cosa es -y me parece l¨®gica- que se reivindiquen condiciones laborales adecuadas. Pero tambi¨¦n es l¨®gico que los sindicados no entren a cuestionar ni la pol¨ªtica penitenciaria ni lo que corrresponde al Parlamento de este pa¨ªs.
P. ?Qu¨¦ sensaci¨®n tiene cuan do alg¨²n sindicato de prisiones defiende se opone a la pol¨ªtica de dispersi¨®n?
R. Es aquello que uno siempre analiza, el viejo refr¨¢n de que los extremos se tocan, ?no? Y tanto la extrema derecha metida en prisiones como las gestoras piden lo mismo. Resulta curioso. Pues lamentar que en el sistema penitenciario existan gentes de este tipo. Pero que no vamos a permitir que ¨¦stos puedan ni amedrentar ni influir sobre el sistema o sobre la direcci¨®n penitenciaria. Ahora, resulta curioso que uno pueda leer lo que dicen las gestoras y lo que dice HB y lo que dicen las organizaciones pr¨®ximas a ETA, y que coincidan en lo que dice ese exiguo sindicato minoritario de prisiones.
1.500 millones
P. En los ¨²ltimos d¨ªas ha alcanzado usted con los sindicatos mayoritarios un acuerdo que conllevar¨¢ el reforzamiento de las medidas de seguridad a los funcionarios. ?Fue dif¨ªcil de alcanzar?
R. S¨ª, supone unos esfuerzo, l¨®gico por lo dem¨¢s. Supone tambi¨¦n acelerar todo un proceso que estaba en marcha ya. Ahora hemos pretendido dar implicaci¨®n y participaci¨®n al trabajador para que compruebe esa celeridad.
P. ?Se ha cuantificado cu¨¢nto va a suponer el incremento pre supuestario en seguridad?
R. S¨ª: alrededor de unos 1.500 millones de pesetas.
P. Pese al aumento en seguridad, lo que sigue abierto es un nuevo atentado de ETA. ?En el caso de que ETA vuelva a atentar antes del pr¨®ximo d¨ªa -fecha de ratificaci¨®n en refer¨¦ndum del acuerdo-, prev¨¦ una situaci¨®n cr¨ªtica?
R. No es la primera vez que ETA atenta contra las prisiones. No olvidemos esto. La madurez demostrada por los trabajadores del sistema penitenciario evidencia que no nos vamos a dejar amedrentar por ETA en ning¨²n momento. Ni antes ni despu¨¦s del d¨ªa 7.
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