Guerra total al narcotr¨¢fico
A LOS 10 d¨ªas de haberse iniciado la "guerra total" declarada por el presidente Virgilio Barco contra los capos del tr¨¢fico de coca¨ªna, el balance es a primera vista bastante impresionante. M¨¢s de 10.000 personas han sido detenidas como sospechosas de pertenecer a las redes del narcotr¨¢fico. Unas 700 armas de fuego, 1.200 coches y camiones, 18 helic¨®pteros, 62 aviones, 30 yates, 140 fincas y casas han sido secuestrados por la polic¨ªa y el ej¨¦rcito. La poblaci¨®n ha podido ver en la televisi¨®n la suntuosidad de unas mansiones que atestiguan de la riqueza fabulosa acumulada con un tr¨¢fico delictivo, pero que mueve sumas superiores a los presupuestos de muchos Estados. Pero esa riqueza permite a los capos no s¨®lo vivir como pach¨¢s, sino disponer de un verdadero ej¨¦rcito de sicarios dedicados al asesinato.Despu¨¦s de este ataque sin precedentes, el presidente Barco no puede volverse atr¨¢s. Es un hecho positivo, pero lamentable, que se haya esperado tanto. Durante muchos a?os de pasividad miles de asesinatos han sido cometidos y el Estado colombiano ha sido infiltrado por la corrupci¨®n hasta unos extremos dificiles de medir. ?Qu¨¦ va a pasar ahora con los urrestados y los bienes secuestrados? Entre los primeros hay pocos delincuentes conocidos y s¨®lo uno de ellos tiene una petici¨®n de extradici¨®n por EE UU. Ahora la justicia deber¨¢ confirmar el encarcelamiento de los sospechosos y la expropiaci¨®n de los bienes intervenidos. Para ello es fundamental que el aparato judicial -uno de los sectores m¨¢s atacados tanto por la corrupci¨®n como por los asesinatos- pueda actuar con una protecci¨®n efectiva y con una moral que le permita cumplir la ley. Tal es uno de los objetivos de la gesti¨®n que realiza en EE UU la ministra de Justicia, M¨®nica de Greiff. Que ¨¦sta haya tenido que pedir un cr¨¦dito especial al presidente Bush para que los jueces puedan disponer de coches blindados y de otras formas de defensa da idea del desamparo y debilidad del Estado colombiano. Porque la batalla contin¨²a. Los principales capos se han escondido. Las redes del crimen no han sido desmanteladas. En Medell¨ªn, su centro principal, se suceden los atentados y la poblaci¨®n vive en permanente angustia.
En esta coyuntura, algunos de los principales "patronos" han lanzado la idea de que hace falta "dialogar", "entenderse". ?Se?al de que han sido tocados por la ofensiva de Barco? Es probable, pero el problema tiene otra vertiente. Un sector en la pol¨ªtica colombiana preconiza un di¨¢logo para "arreglar las cosas". El propio alcalde de Medell¨ªn plantea que el Gobierno carece de fuerzas suficientes para vencer al narcotr¨¢fico y que no hay m¨¢s remedio que negociar con ¨¦l. El ob etivo de los capos hoy es l¨®gicamente estimular actitudes de ese g¨¦nero, conducentes a la capitulaci¨®n del Estado.
Varios ministros han dicho que el di¨¢logo es imposible, pero la ¨²nica respuesta inequ¨ªvoca la dar¨¢n los hechos. Por ejemplo, en el caso de la extradici¨®n de Eduardo Mart¨ªnez Romero, tesorero del c¨¢rtel de Medein. En t¨¦rminos generales, las pr¨®ximas semanas deber¨¢n esclarecer si los sectores limpios del Estado son capaces de imponer su l¨ªnea de estricta legalidad y de neutralizar para ello a las zonas podridas por la corrupci¨®n, que se extienden hasta altos cargos de la Administraci¨®n y del Ej¨¦rcito.
Estamos, pues, en un momento en que el Gobierno de Bogot¨¢ necesita, y merece, un apoyo neto. Ser¨ªa triste que c¨¢lculos politiqueros ante las pr¨®ximas elecciones presidenciales o el argumento "anti-EE UU", utilizado de manera hip¨®crita por el narcotr¨¢fico, le restasen apoyos o fomentasen silencios vergonzantes. El llamamiento del presidente Barco a la opini¨®n internacional ha sido acogido favorablemente. Espa?a ha manifestado su solidaridad y su idea de incorporar a Colombia a las reuniones antidroga de EE UU, Italia y Espa?a puede ser ¨²til para la acci¨®n actual de las autoridades de Bogot¨¢. Al ayudar a Colombia en ese terreno, nos ayudamos a nosotros mismos, ya que Espa?a es utilizada cada vez m¨¢s como plataforma para extender la coca¨ªna a Europa.
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