La dif¨ªcil supervivencia de la RDA
La Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana (RDA) entra en el mes de septiembre, semanas antes de cumplir los 40 a?os de su existencia como Estado, en la mayor crisis de su historia. El 6 de octubre comienzan las celebraciones de esta efem¨¦ride. Por segunda vez en estas cuatro d¨¦cadas, la capacidad de supervivencia del Estado obrero y campesino sobre suelo alem¨¢n"` se cuestiona abiertamente dentro y fuera de sus fronteras.La primera ocasi¨®n fue el verano de 1961, que llev¨® a Berl¨ªn este y a Mosc¨² a construir el muro en la antigua capital dividida. Hoy la crisis es mucho m¨¢s grave. El bloque del Este, entonces firmemente monol¨ªtico, no existe ya.
Polonia y Hungr¨ªa han entrado ya plenamente en una transici¨®n hacia la democracia burguesa. La URSS se halla sumida en un debate sobre el estalinismo y su complicidad con la Alemania nazi, hace ahora 50 a?os, que sacude los fundamentos de este Estado alem¨¢n fundado sobre el credo antinazi pero dirigido por comunistas todos ellos comprometidos con el estalinismo.
La ruptura entre la direcci¨®n y la sociedad tiene causas profundas, pero se ha producido este a?o por dos hechos puntuales: la falsificaci¨®n obvia y probada de los resultados de las elecciones municipales y la entusiasta solidaridad del r¨¦gimen con los autores de la matanza en las calles de Pek¨ªn el 5 de junio pasado. Esto hizo saber que con la actual direcci¨®n todas las esperanzas de cambios son infundados. Todos saben que -como ha reconocido el hoy ide¨®logo jefe Otto Reinhold- "una RDA capitalista no tendr¨ªa raz¨®n de existir". Berl¨ªn este sabe que el camino emprendido por Hungr¨ªa y Polonia supone la liquidaci¨®n del sistema que da esta raz¨®n de existencia a la RDA. Polonia democristiana seguir¨¢ siendo Polonia. Hungr¨ªa socialdem¨®crata ser¨¢ Hungr¨ªa La RDA desaparecer¨ªa con transformaciones similares tarde o temprano en una Alemania integrada en la Europa unida. De ah¨ª el miedo de la direcci¨®n, el nerviosismo con que reacciona a demandas de reformas y la persecuci¨®n de todos aquellos que -tiene raz¨®n Reinhold- con la solicitud de cambios democratizadores quieren liquidar la rep¨²blica.
Al mismo tiempo, el deterioro de la situaci¨®n econ¨®mica y del abastecimiento despoja al sistema, como ya sucedi¨® en otros pa¨ªses socialistas en mucho peor situaci¨®n, de los restos de legitimidad ficticia.
La direcci¨®n se obstina en su triunfalismo, defensa a ultranza de una situaci¨®n cuyos fallos sufre toda la poblaci¨®n y su insistencia en que "seguir¨¢ por el camino de probado ¨¦xito". El sistema ha matado las fuerzas que deb¨ªan desarrollarlo.
Por su naturaleza y su imposici¨®n violenta por parte de una minor¨ªa, el r¨¦gimen s¨®lo tiene la legitimidad que la mejora constante de las condiciones de vida le pueda conferir.
Dichas condiciones de vida en la RDA se estancaron hace una d¨¦cada; despu¨¦s comenzaron a declinar. La gerontocracia en el poder no supo reaccionar por sus ataduras ideol¨®gicas y su permanente sensaci¨®n de amenaza por la poderosa y vecina RFA.
Grave desestabilizaci¨®n
La grave desestabilizaci¨®n del Estado socialista alem¨¢n, imposibilitado por su propia naturaleza y car¨¢cter y por la biograf¨ªa de sus gobernantes de emprender reformas liberalizadoras similares a las h¨²ngaras, polacas y hasta cierto grado sovi¨¦ticas, est¨¢ marcada por un sinfin de tragedias personales.
Por un lado est¨¢n todos los dramas familiares y humanos de fugitivos cautivos por intentos de huida a Occidente y sus seres m¨¢s cercanos, que deciden o se ven obligados a permanecer en la RDA.
Por otra parte, est¨¢ la no menos tr¨¢gica situaci¨®n de unos dirigentes comunistas que ven en las postrimer¨ªas de sus vidas, sin querer creerlo ni reconocerlo, c¨®mo se desmorona bajo el dictado de una evoluci¨®n hist¨®rica imprevisible toda la obra por la que lucharon desde las mazmorras nazis a trav¨¦s de a?os de escasez hasta una cierta estabilidad y reconocimiento internacional en tiempos recientes.
Aurnentan ¨²ltimamente los rumores sobre un r¨¢pido deterioro de la salud del jefe del Estado y de] partido, Erich Honecker. La insistencia del ¨®rgano oficial del partido, Neues Deutschland, en mantener durante todo el verano a Honecker en supuesta actividad incansable de contactos escritos con dirigentes en todo el mundo s¨®lo ha alimentado la impresi¨®n de que su colapso en Bucarest durante la cumbre del Pacto de Varsovia en julio fue mucho m¨¢s que una mera infecci¨®n de vejiga.
Honecker tiene 77 a?os. A esa edad cay¨® su antecesor, Walter Ulbrili Erich Mielke, el ministro de la Seguridad del Estado, es octogenario. Guenther Mittag, el "cerebro econ¨®mico" del Estado, estado, se halla pr¨¢cticamente inv¨¢lido a la espera de que le amputen una pierna, seg¨²n algunas fuentes la ¨²nica que le queda tras serle cortada la otra por la misma raz¨®n: falta de riego por consumo de tabaco. Egon Krenz, en principio el delfin de Honecker, tiene el h¨ªgado destrozado por abusar del alcohol, seg¨²n los servicios de Inteligencia occidentales. Guenther Schabowski, el jefe del partido de Berl¨ªn este, una de las pocas personalidades de la c¨²pula con cierto contacto con la realidad social, econ¨®mica y an¨ªmica de la poblaci¨®n, tambi¨¦n tiene la salud resquebrajada.
Hans Modrow el hombre del que hablan con esperanza aquellos en el partido que ver¨ªan con buenos ojos un paulatino giro hacia posturas reformistas, ha sido abiertamente recriminado por el Comit¨¦ Central en su ¨²ltima sesi¨®n. Es de la generaci¨®n de Mijail Gorbachov, 20 a?os m¨¢s joven que Honecker y compa?¨ªa. No ha sido destituido, pero no tiene en la actualidad posibilidad alguna en la c¨²pula, ya que ni siquiera pertenece al bur¨® pol¨ªtico.
Una sorpresa llamada Wolf
Una sorpresa se est¨¢ perfilando, sin embargo, con las actividades extrapol¨ªticas de Markus Wolf, teniente general, ex viceministro de la Seguridad y genio del espionaje oriental. Wolf se retir¨® hace dos a?os cuando todos lo sab¨ªan el virtual sucesor de Mielke. Ya entonces surgieron rumores de que se fue por disentir de la l¨ªnea dura de su jefe, un anciano incapaz de otra pol¨ªtica interior que no sea la aprendida de la Chicka e inspirada por Felix Dshershinski, fundador de la misma. Wolf escribi¨® un libro cuya segunda edici¨®n sale ahora a la luz en la RDA bajo el t¨ªtulo de La troika, en el que describe la vida de tres amigos, entre ellos su hermano, que desde los ideales comunistas se van distanciando con el tiempo pero dan una lecci¨®n, seg¨²n palabras del propio Wolf, de "tolerancia y de flexibilidad" hacia las opiniones ajenas. En la presentaci¨®n de la segunda edici¨®n, Wolf ha declarado a la televisi¨®n de Alemania Oriental que ha recibido numerosas cartas de las que se desprende la demanda de la sociedad de un mayor debate y una aproximaci¨®n m¨¢s sincera a la historia del movimiento obrero.
Las decenas de miles de alemanes orientales que huyen de su pa¨ªs estos d¨ªas s¨®lo son una min¨²scula parte de la poblaci¨®n que ha dado la espalda al r¨¦gimen. Son matrimonios j¨®venes con hijos y ganas de labrarse un futuro. Gentes cuya constante emigraci¨®n no se pueden permitir ni siquiera los Estados mucho m¨¢s fuertes que la RDA. Quiz¨¢, a?oran algunos, esta aguda crisis haga ver a algunos dirigentes que con lemas de la lucha de clases y explicaciones simplistas del manual marxista-leninista ya nadie puede dirigir un Estado en la Europa desarrollada de las postrimer¨ªas del siglo XX.
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