Relaciones con la frontera
Las divisas de los emigrantes mozambique?os en Sur¨¢frica constituyen, desde los tiempos de la colonia portuguesa, uno de los puntales de la irialtrecha econom¨ªa mozambique?a y uno de los elementos que configuran la dependencia que tradicionalmente ha ligado a la capital, Maputo, con la fronteriza provincia surafricana del Transvaal. Una relaci¨®n que se ha visto quebrada pero no borrada desde que, a ra¨ªz de la independencia en 1975, Mozambique se aline¨® con los dem¨¢s Gobiernos negros de la zona en la oposici¨®n contra el apartheid y comenz¨® a sufrir las secuelas de la estrategia de desestabilizaci¨®n con la que contraatac¨® el r¨¦gimen surafricano.Ahora que soplan aires de paz por la regi¨®n y el favorito a las pr¨®ximas elecciones, De Klerk, est¨¢ intentando proyectar a sus vecinos una imagen de una Sur¨¢frica predispuesta al cambio, m¨¢s tolerante y deseosa de iniciar una pol¨ªtica de colaboraci¨®n con sus vecinos, los gestos econ¨®micos se han convertido en la vanguardia del di¨¢logo pol¨ªtico. As¨ª, mientras en el pasado Maputo acus¨® a Pretoria de utilizar la dr¨¢stica reducci¨®n de los mineros mozambique?os como un medio para estrangular su econom¨ªa, ?ahora Pretoria tiene en perspectiva aumentar el n¨²mero de los contratos a 65.000. Adern¨¢s, prueba de su inter¨¦s en la paz y desarrollo de la zona, Sur¨¢frica desarrolla una importante cooperaci¨®n en Maputo, donde se ha encargado, entre otras cosas, de las obras de rehabilitaci¨®n y ampliaci¨®n del puerto que constituye la salida natural para el Transvaal y que aportar¨¢ un irriportante abaratamiento a las exportaciones de esta zona.
A cambio de estos gestos, Mozambique ha dejado recientemente de acusar directamente a los dirigentes surafricanos de apoyar la guerr¨ªlla de la Renamo, que floreci¨® bajo las maniobras de los servicios secretos zambiarios y surafricanos. Ahora, la tesis oficial afirma que el peligro procede del territorio surafricano, pero de sectores rnilitares y financieros que el Gobierno, v¨ªctima de divisiones internas y de un vac¨ªo de poder, no logra controlar.
Mientras llegan las elecciones en Sur¨¢frica -en las que se espera se aclare la situaci¨®n-, Chissano ha dado un voto de confianza al ya presidente y candidato del Partido Nacional, De Klerk, frente al que juega un papel de pivote y de introductor con el resto de los grandes de la L¨ªnea del Frente contra el apartheid.
A la cautela ha unido una intensificaci¨®n de los contactos a trav¨¦s de la representaci¨®n comercial inaugurada por Pretoria el pasado a?o en Maputo, as¨ª como los encuentros con los dirigentes pol¨ªticos surafricanos, que en sus visitas aprovechan ahora para ofrecer un ramo de flores al monumento a los Voertrekkers -los h¨¦roes de la conquista b¨®er del ?frica negra-, recientemente estrenado en el centro de Maputo.
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