Nebiolo, un presidente part¨ªcular
La sanci¨®n a Ben Johnson, la ¨²ltima pirueta del m¨¢ximo dirigente internacional
Primo Nebiolo, presidente de la Federaci¨®n Internacional de Atletismo (IAAF), ha dirigido durante estos d¨ªas, en Barcelona, el combate contra la plusmarca mundial de 100 metros del canadiense Ben Johnson, una medida que ha abierto una fuerte pol¨¦mica. Nebiolo, un personaje muy controvertido, ha aprovechado el caso Johnson para colocarse de nuevo en una posici¨®n s¨®lida despu¨¦s de las dificultades que padeci¨® con el caso Evangel¨ªsti.
Nebiolo se permite bromas jugosas. Sentado junto a John Holt, un ingl¨¦s met¨®dico que es secretario general de la IAAF, admite sus limitaciones en la lengua de Shakespeare. "S¨®lo soy un italiano del Piamonte que estudi¨® en la universidad de Tur¨ªn. Pero Holt salvar¨¢ mis deficiencias: es un cachorro de Oxford". En su papel, Holt, sonrosado, eficiente y deportivo, se dirige al congreso de la IAAF y presenta las modificaciones a las reglas del doping, un asunto en el que su jefe tiene mucho inter¨¦s. Y sobre las cuestiones serias Nebiolo no bromea.El presidente tiene 65 a?os y una carrera de ambici¨®n. Este abogado de cabeza prominente ha construido su vida en los despachos. Desde hace 40 a?os recorre el laberinto del deporte, siempre dispuesto a que triunfen sus criterios y por unanimidad. Esta faceta absolutista le obliga a piruetas complicadas, que originan temor y cr¨ªticas en sus adversarios y entusiasmo en sus fieles. Nebiolo no admite la contestaci¨®n a sus deseos.
Su vocaci¨®n autoritaria se apreci¨® el martes en la reuni¨®n de Barcelona. Adormil¨® sus ojos, arrug¨® su rostro y esper¨® a que los delegados solicitaran el almuerzo con desesperaci¨®n. Los dirigentes del atletismo ten¨ªan hambre y Nebiolo quer¨ªa recolocarse entre los prohombres que han comenzado la cruzada contra el doping. Johnson era la v¨ªctima ideal, un ¨ªdolo ca¨ªdo que le permit¨ªa la creaci¨®n de una ley de car¨¢cter retroactivo, un principio de dudosa legalidad seg¨²n algunos delegados.
Nebiolo aprovech¨® la inanici¨®n de los presentes para exponer su posici¨®n. Lo hizo con brevedad. La sala premi¨® con un aplauso protocolario el discurso y Nebiolo lo interpret¨® como un apoyo un¨¢nime a sus tesis. Acababa de colocarse a la cabeza de la batalla de la lucha contra el fraude en el deporte apenas un a?o despu¨¦s de que el italiano viviera la indignidad de una doble investigaci¨®n por las irregularidades en el caso Evangelisti, que logr¨® un tercer puesto en el Mundial de Roma con la ayuda irregular de los jueces.
Aquellas investigaciones salpicaron a Nebiolo. Como presidente de la Federaci¨®n Italiana, encarg¨® una investigaci¨®n que se sald¨® con un resultado inmaculado para los jueces y la federaci¨®n. Sin embargo, una encuesta posterior del Comit¨¦ Ol¨ªmpico Italiano demostr¨® la conexi¨®n entre los jueces y el fraude de aquel salto. Ni Nebiolo ni sus ayudantes del comit¨¦ ejecutivo dirigen ahora su federaci¨®n.
A esta complicaci¨®n se une la batalla que le presentar¨¢ la princesa Ana de Inglaterra por la presidencia de la Asociaci¨®n de Deportes Ol¨ªmpicos de Verano y sus dificultades para entrar en el COI aun dirigiendo el deporte ol¨ªmpico m¨¢s importante.
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