Las espadas en los hornos

Ahora que el presidente Mijail Gorbachov est¨¢ recortando el enorme presupuesto militar sovi¨¦tico -expertos occidentales opinan que es mucho mayor que los 310.000 millones de d¨®lares declarados oficialmente en 1988-, cientos de f¨¢bricas militares est¨¢n siendo reconvertidas para uso civil. El resultado es que, mientras las industrias occidentales est¨¢n despidiendo trabajadores, los sovi¨¦ticos est¨¢n aumentando su producci¨®n, pero en televisiones, m¨¢quinas para hacer salchichas o espaguetis, entre otras cosas.El pasado a?o las f¨¢bricas produjeron m¨¢s de 2.000 tipos de utensilios dom¨¦sticos, e incluso llegaron a dominar algunos mercados internos: fabricaron el 95% de todos los frigor¨ªficos, el 62% de las lavadoras y el 69%. de las aspiradoras. La reconversi¨®n tiene sentido. El sector militar es uno de los pocos en la econom¨ªa sovi¨¦tica que se puede asegurar que produce bienes de alta calidad. Se depende, por tanto, del sector militar para fabricar electrodom¨¦sticos de alta prioridad; el Gobierno suprimi¨® en febrero de 1988 el Ministerio para la Fabricaci¨®n de M¨¢quinas para las Industrias de Luz y Comestibles y Aparatos El¨¦ctricos, de notoria ineficacia, y entreg¨® sus 260 f¨¢bricas a los militares. Esto significa que el Ministerio para la Construcci¨®n de M¨¢quinas de Tama?o Medio, que produce armas at¨®micas, tambi¨¦n fabrica maquinaria para la industria lechera, y el Ministerio de los Astilleros, que mantiene la Marina a flote, fabrica hornos.

Las reconversiones no han sido siempre f¨¢ciles. Los trabajadores antiguos de defensa temen perder los privilegios de los puestos en plantas m¨ªlitares, como, por ejemplo, la facilidad para comprar bienes de lujo. El ministro de la Construcci¨®n de M¨¢quinas de Tama?o Medio, Lev Ryabev, dice que una falta cr¨®nica de piezas de maquinaria para la industria lechera significar¨ªa que a veces es m¨¢s dif¨ªcil mantener las f¨¢bricas civiles trabajando que las at¨®micas. Algunos critican esta pol¨ªtica ferozmente. El economista Alexei Kireyev coment¨® el mes pasado en la revista Ogonyok que el Ministerio de Aviaci¨®n se encarga de fabricar aviones y m¨¢quinas para macarrones, "una combinaci¨®n extra?a que no tiene ning¨²n fundamento ni sentido econ¨®mico".