Agua bendita a la 'perestroika'
All¨¢ por la segunda mitad de los a?os treinta tuve el gusto de conocer en Jerusal¨¦n, donde resid¨ª por unos meses, al archimandrita de la catedral rusa, el reverendo Pimen. Nos hicimos amigos y nos intercambiamos las direcciones. Pero no muchos a?os despu¨¦s Pimen se convirti¨® en el nuevo patriarca de Mosc¨² y de todas las Rusias. Con este motivo le escrib¨ª felicit¨¢ndole, y desde entonces recibo puntualmente una bella edici¨®n, en ingl¨¦s, del Bolet¨ªn del Patriarcado de Mosc¨². A trav¨¦s de ¨¦l le he seguido la pista a la Iglesia ortodoxa rusa, descubriendo con sorpresa avances insospechados, a pesar de la situaci¨®n pol¨ªtica de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, donde el ate¨ªsmo es confesional.Ahora todos nos preguntamos si la perestroika ha alcanzado tambi¨¦n al campo religioso. Y la respuesta es francamente positiva. En el ¨²ltimo n¨²mero del bolet¨ªn que recibo leo las entrevistas que le hacen al patriarca Pimen, porque, juntamente con los metropolistas Alexis y Pitirim, lo han nombrado "candidato para diputado del pueblo de la Uni¨®n Sovi¨¦tica".
El patriarca afirma que los l¨ªderes nombrados como candidatos para la elecci¨®n de diputados del pueblo han sido propuestos por diferentes organizaciones p¨²blicas. Por tanto es lo m¨¢s natural del mundo que si han sido elegidos, representen tanto los intereses de las respectivas organizaciones en que trabajan como los intereses de la Iglesia. El hecho -asegura Pimen- de que por primera vez en los a?os del Gobierno sovi¨¦tico unos miembros del clero van a ser diputados del pueblo demuestra que la democratizaci¨®n en aquel pa¨ªs va procediendo en serio.
Pero el caso es que el patriarca ha sido propuesto candidato por el Comit¨¦ Sovi¨¦tico por la Paz. Este movimiento de la paz -subraya Pimen- tiene como afiliadas a gentes de varios tipos de vida. Los cristianos ortodoxos, como cualesquiera otros, no son indiferentes al problema de la guerra y de la paz y a las cuestiones que de aqu¨ª se derivan. Los intereses de la Iglesia en este campo, pues, coinciden con los intereses de la gente de buena voluntad que trabaja por la paz y por la preservaci¨®n del sagrado don de la vida sobre la Tierra.
La Prensa, dirigi¨¦ndose al patriarca, le ha hecho saber que la tercera etapa en la campa?a de elecci¨®n ha comenzado y que lleva consigo que los candidatos establezcan y defiendan su actitud, entre otras cosas, con respecto a los problemas de la pol¨ªtica exterior. ?Cu¨¢les ser¨ªan las prioridades de la Iglesia?
El patriarca responde que la actividad por la paz de la jerarqu¨ªa, del clero y de los laicos es parte y parcela de la obra de la Iglesia rusa. ?sta apoya los esfuerzos de los l¨ªderes sovi¨¦ticos en su b¨²squeda de un mundo libre del peligro nuclear y no violento. El mundo ha cambiado. "La nueva manera de pensar", dice Pimen, "en el campo de la pol¨ªtica extranjera est¨¢ produciendo fruto. Todos nosotros somos testigos de la respuesta universal que se le ha dado a las propuestas de Mijail Gorbachov en su discurso en las Naciones Unidas".
Es normal que los periodistas se atrevieran a preguntarle al patriarca si entre la Iglesia y el Estado continuaba la situaci¨®n de enemistad consolidada. A esto responde el patriarca contundentemente: "En 1918 hubo una separaci¨®n entre la Iglesia y el Estado, que en definitiva benefici¨® a ambos. Pero esto no quer¨ªa decir que la Iglesia se divorciaba de la sociedad. Muchos creyentes siguieron tomando parte en la obra de diversas organizaciones p¨²blicas, y como ciudadanos ahora est¨¢n dando generosamente su contribuci¨®n a la perestroika. La Iglesia y el Estado" contin¨²a Pimen, "est¨¢n ampliando su di¨¢logo, y todo di¨¢logo presupone el esfuerzo aunado. de ambas partes para una mejor comprensi¨®n mutua. Ahora a los creyentes se les permite trabajar en los hospitales y en las residencias de ancianos, donde se necesitan especialmente la caridad y la misericordia. La Prensa oficial habla abiertamente de los profundos valores morales que la fe en Dios ofrece. Se llega a admitir que los a?os de desprecio hacia el cristianismo y a los creyentes han hecho mucho da?o, como resultado de lo cual la sociedad ha perdido una riqueza de valores espirituales. Ahora se est¨¢n abriendo nuevas iglesias y los creyentes pueden profesar su religi¨®n con completa apertura. Y, para decirlo en una palabra, la ortodoxia rusa ejerce su influencia en las mentes del pueblo a trav¨¦s de la libertad, la ¨²nica condici¨®n conmensurable con la dignidad cristiana, m¨¢s que con la coerci¨®n, que a veces produce algunos efectos inmediatos pero que a la larga da?a a la misma religiosidad".
El patriarca Pimen termina su ilusionada visi¨®n de una perestroika rociada de agua bendita cuando sue?a con el futuro inmediato de su sociedad: "La causa radical del nihilismo espiritual y moral entre muchos de nuestros contempor¨¢neos se basa probablemente en el hecho de que hemos sido muy flojos en recordar los ideales de bien y de bondad.
La sociedad no solamente tiene que vivir y progresar, sino que tambi¨¦n tiene que mejorar, produciendo por su propio esfuerzo esa ¨²ltima riqueza que hace de la vida un bien digno de valor. ?Pero qu¨¦ es esta riqueza? El hambre por la ¨²nica riqueza material y el abandono de los valores espirituales lleva a un vac¨ªo espiritual. Habiendo suprimido su conciencia, el hombre ya no puede distinguir entre el bien y el mal. Yo quisiera que todo joven que se asome a la vida tenga una idea clara de su ¨²ltimo fin, para cuya consecuci¨®n est¨¢ viviendo, por el cual y al cual hace sacrificios y que no puede ser sacrificado por ning¨²n precio. Y este fin ¨²ltimo tiene que ser eterno y no temporal".
?Verdad que es impresionante que este lenguaje se produzca al lado del Kremlin, con todas las bendiciones de los sucesores de aquellos bolcheviques de las primeras d¨¦cadas de este siglo?
?Qui¨¦n lo dir¨ªa!
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