Li Peng: "La verdad sobre Tiananmen fue deformada"
El primer ministro chino habla por primera vez tras el aplastamiento de la rebeli¨®n estudiantil
Siempre resulta impresionante penetrar en el interior de los altos muros de la nueva ciudad prohibida donde vivieron Mao Zedong y Zhou Enlai, donde viven sus sucesores, Deng Xiaoping y Li Peng. Est¨¢ junto a la antigua, que ya no es prohibida en absoluto y donde resulta raro ahora ver visitantes, ya que los extranjeros se han ido de Pek¨ªn. En Zhongnanhai, la ciudad realmente prohibida, est¨¢n recluidos los dirigentes del mayor pueblo del mundo (el Gobierno, el gabinete pol¨ªtico, el comit¨¦ central). Tambi¨¦n est¨¢n aquellos octogenarios que Deng hab¨ªa logrado quitar de los puestos de mando, pero cuyo peso ha sido decisivo para acabar con la primavera de Pek¨ªn y de quienes Deng dijo el 9 de junio que hab¨ªan salvado a China: los viejos jefes de la larga marcha, los trogloditas de Yenan.
M¨¢s impresionante a¨²n es pensar que todos estos viejos dirigentes hayan podido creer en un momento que el poder se les iba de las manos, y lo recuperaron como Mao, pero de otra manera: con sangre.Me hab¨ªan prevenido que la entrevista con el primer ministro Li Peng durar¨ªa "entre 20 y 30 minutos" y que s¨®lo tendr¨ªa tiempo de hacerle "una pregunta". En cuanto a las preguntas relativas a las causas y el desarrollo de la primavera de Pek¨ªn, se me hab¨ªa rogado que las hiciera al viceprimer ministro y alcalde de Pek¨ªn, Chen Xitong, a quien vimos el d¨ªa anterior. Li Peng me dice, de entrada, que est¨¢ dispuesto a responder a todas las preguntas. La entrevista durar¨¢ dos horas. Cuando a prop¨®sito del "proceso injusto" a que ha sido sometido su Gobierno por parte de Occidente me habla de los "otros procesos injustos que se instruyeron despu¨¦s de centenares, de miles de a?os", me pregunto en un instante si va a evocar a S¨®crates, a Jesucristo. No, se compara con Galileo.
Primero el lector y despu¨¦s la historia juzgar¨¢n.
Pregunta. La opini¨®n internacional, se ha conmovido ante la primavera de Pek¨ªn, indignada por la tragedia de la noche del 3 de junio. Seguir¨¢ con estos sentimientos mientras no haya por parte de su Gobierno gestos tranquilizadores. Respetamos vuestra soberan¨ªa. No nos inmiscuimos en vuestra pol¨ªtica interna. Sin embargo, Occidente ha vivido esta primavera muy de cerca como para permanecer indiferentes. ?Ha tomado medidas para calmarlos?
Respuesta. Es muy f¨¢cil responder a esta pregunta. Si la opini¨®n de su pa¨ªs es justa, y si su Gobierno est¨¢ dispuesto a informarse verdaderamente desde todos los sectores y no de uno s¨®lo...
Como usted acaba de decir, los reportajes que habr¨¢ podido ver fueron realizados en directo o casi. Esto es un adelanto de la t¨¦cnica moderna: usted puede informarse cada hora o cada media hora sobre este tipo de situaci¨®n. Pero, precisamente porque existen estas t¨¦cnicas modernas, la verdad ha sido gravemente deformada.
Habr¨¢ visto sin duda la secuencia en la que un hombre se queda quieto cuando un tanque llega frente a ¨¦l y lo persuade para que se detenga. Esa imagen ha hecho decir al presidente Bush que ese hombre hab¨ªa estado realmente extraordinario al haber podido, ¨¦l solo, detener una columna de carros de combate. Sin embargo, existe otra explicaci¨®n. Si se examina objetivamente la escena, ?no pone de manifiesto la humanidad de que ha hecho gala el Ej¨¦rcito chino, las consignas de calma dadas por el mando? ?C¨®mo si un hombre por s¨ª solo pudiera detener un carro de combate!
Se ha extendido ampliamente en Occidente una versi¨®n seg¨²n la cual, en nuestra plaza de Tiananmen, los carros de combate del Ej¨¦rcito habr¨ªan pasado sobre los cuerpos de la gente, la sangre corr¨ªa a raudales, los cad¨¢veres eran reducidos a papilla. Habr¨¢ le¨ªdo esos reportajes. Pero estoy seguro de que no habr¨¢ visto ninguna imagen que mostrara a alguien atropellado por un carro de combate.
Testimonio ver¨ªdico
P. Si no hubo muertos en la plaza, los hubo en las calles adyacentes.
R. No s¨¦ si conoce a un tal Hou Dejian. Es un compositor taiwan¨¦s cuya ¨²ltima canci¨®n, Los hijos del drag¨®n, ha estado muy de moda en Taiwan y en el continente. Durante los acontecimientos de Tiananmen, fue uno de los intelectuales que se opusieron activamente al Gobierno. La noche del 3 de junio, los ¨²ltimos ocupantes de la plaza de Tiananmen eran unos 2.000. Al final de la noche no eran m¨¢s de 500. Entre ellos estaba este cantante. Incluso fue uno de los cuatro delegados de este ¨²ltimo grupo que solicitaron al Ej¨¦rcito autorizaci¨®n para abandonar pac¨ªficamente la plaza: el Ej¨¦rcito acept¨® su petici¨®n. Despu¨¦s huy¨® a la Embajada de Australia. Concedi¨® una entrevista en la que afirma que no hubo muertos entre los manifestantes de Tiananmen, sino un tiro efectuado desde los tejados y dirigido a los soldados. Mientras permaneci¨® refugiado en la Embajada de Australia escribi¨®, el 12 de junio, un art¨ªculo en el que relata lo que vivi¨® en Tiananmen. El art¨ªculo fue luego parcialmente publicado en la Prensa australiana y en Hong Kong. Hoy acaba de abandonar la Embajada de Australia. Es libre. No compartimos totalmente su an¨¢lisis, pero su testimonio es ver¨ªdico.
P. ?Mostrar¨¢ clemencia hacia los estudiantes?
R. No hay ning¨²n problema. Precisamente nos preparamos para hacer eso. Muchas personas se dejaron arrastrar, especialmente los estudiantes. Prevenios que todos aquellos que no han infringido el C¨®digo Penal, es decir, que no llevaron a cabo actos criminales, como cometer pillaje o provocar incendios, matar militares o agredirlos violentamente, no ser¨¢n condenados. Pienso que tambi¨¦n en Francia y en EE UU se considerar¨ªan estos actos como criminales. ?sas son las reglas elementales de cualquier sociedad. Ning¨²n Gobierno responsable dejar¨ªa pasar actitudes semejantes.
Nos compete tambi¨¦n castigar a aquellos que est¨¢n vinculados a los servicios de espionaje o sabotaje extranjeros. Naturalmente que antes de condenarlos son necesarias pruebas. En cuanto a los instigadores y organizadores de esos acontecimientos, los condenaremos de acuerdo a la ley y reduciremos su n¨²mero al estrictamente necesario, En cuanto a todos los dem¨¢s, seremos indulgentes.
P. Ahora que todo indicio de subversi¨®n contrarrevolucionaria", utilizando su definici¨®n, parece descartada, ?no piensa iniciar un di¨¢logo con todos aquellos estudiantes que no cometieron tales actos?
R. Pienso, ante todo, que el peligro de actos que tengan como fin la ca¨ªda del Gobierno no debe descartarse completamente, ni en el extranjero ni en la propia China. Temo que a¨²n sea necesario luchar largo tiempo contra la subversi¨®n y los infiltrados. Estamos dispuestos a dialogar con los contestatarios que se han contentado con criticar al Gobierno y al partido, que han deseado que cambi¨¢ramos las cosas, que han hecho sugerencias positivas.
Nuestro nuevo secretario general del partido, Jiang Zemin, ha ido en estos d¨ªas a la Universidad de Qinghua a realizar un coloquio con profesores y estudiantes. Todos se reunieron para confrontar, de manera constructiva, sus puntos de vista. Seguiremos por ese camino.
P. ?Tomar¨¢ medidas para disipar el descontento de los estudiantes y la poblaci¨®n, que han puesto en evidencia estos acontecimientos, y para demostrar a su pueblo que usted ha comprendido sus inquietudes?
R. Este descontento se ha producido por deficiencias en nuestro trabajo. Debemos paliar estas insuficiencias para que el descontento desaparezca. Sin embargo, la gente lo ha utilizado para ejercer la subversi¨®n. Su objetivo era la ca¨ªda del r¨¦gimen. Originaron un levantamiento. Estos dos aspectos, insatisfacci¨®n y rebeli¨®n, deben separarse.
P. Pero ?a pesar de todo hab¨ªa un descontento real?
R. Las razones del descontento popular eran de tres tipos.
Primero: el alza de los precios, que el a?o pasado alcanz¨® el 18,5%. Puede decirse que fue ocasionada por la err¨®nea pol¨ªtica econ¨®mica de Zhao Ziyang. En la actualidad nos esforzamos por contener esa inflaci¨®n.
Segundo: la corrupci¨®n en el seno del partido y del Gobierno, que provoc¨® la ira de las masas. Algunos utilizaron su situaci¨®n para beneficiarse con el comercio extranjero. Las medidas que hemos adoptado estos d¨ªas son extremadamente rigurosas. Por ejemplo, los hijos de los miembros del gabinete pol¨ªtico o del Gobierno ya no est¨¢n autorizados a trabajar en el sector comercial.
Injusticia
P. ?El tercer motivo de descontento?
R. Es la injusticia en el reparto de los recursos. Es un fen¨®meno que tambi¨¦n se ha producido durante los ¨²ltimos a?os. Hay personas que tienen ingresos muy importantes, mientras los de otras, aunque trabajan mucho, son muy bajos. El nuevo comit¨¦ central ha adoptado medidas muy en¨¦rgicas con vistas a este fen¨®meno. Yo dispon¨ªa de un Mercedes 280 oficial y un Mercedes 560 que me regal¨® a t¨ªtulo personal el director de la empresa. No utilizo ni el uno ni el otro. Ahora hago uso de un Audi 100. ?Por qu¨¦ un Audi? Porque sale de una cadena de montaje en China.
P. ?C¨®mo puede reprocharle a la Prensa el haber hecho su trabajo si usted no expuls¨® a los periodistas al d¨ªa siguiente de la partida de Gorbachov, ni prohibi¨® las filmaciones, ni cort¨® las transmisiones, como suced¨ª¨® a cornienzos de la revoluci¨®n cultural? Usted no aplic¨® el proverbio chino "Cuando le pegas a tu perro, cierra la puerta" [risas de los chinos].
R. Efectivamente, nosotros, no expulsamos a los periodistas en el moniento de la aplicaci¨®n de la ley marcial. Ten¨ªamos otras prioridades. A decir verdad, ¨¦ramos impotentes en aplicar la ley marcial en la peque?a zona de Pek¨ªn donde era necesario. Nos hab¨ªamos convertido en un Go
Li Peng: "La verdad sobre Tiananmen fue deformada"
bierno clandestino [risas].P. En 1971, China Popular entr¨® en la O.NU como miembro permanente del Consejo de Seguridad. De manera impl¨ªcita, suscribi¨® la Declaraci¨®n Universal de los Derechos del Hombre. ?No cree que de este modo se originaron p ina unas obligaciones que a¨²n no hab¨ªa contra¨ªdo a comienzos de su revoluci¨®n cultural?
R. Deseamos vivir en buenas relaciones con todos los pa¨ªses del mundo. Existen puntos comunes entre los diferentes pa¨ªses. Todos aspiran a la paz y el desarrollo. Sin embargo, para China, que tiene una poblaci¨®n de 1.100 millones de habitantes en una superficie de 51.600.000 kil¨®metros cuadrados y donde el ¨¢rea cultivable por habitante es ya muy insuficiente, la primera tarea es permitir a esa poblaci¨®n alimentarse y vestirse. Eso es m¨¢s importante que las palabras huecas sobre los derechos del hombre. El concepto que uno tiene de los derechos del hombre var¨ªa seg¨²n los reg¨ªmenes y las sociedades. La Constituci¨®n china define los derechos fundamentales de los ciudadanos. Los pretendidos derechos del hombre que son contrarios a las leyes no constituyen derechos del hombre.
Sanciones econ¨®micas
P. ?Qu¨¦ piensa de las sanciones econ¨®micas que Occidente ha decidido imponer?
R. Las sanciones econ¨®micas pueden acarrear dificultades piara nosotros. Estamos dispuestos a hacerles frente. China es un pa¨ªs pobre. Sin embargo, tenemos voluntad y fuerza de esp¨ªritu. Pensamos que este tipo de sanciones tambi¨¦n es perjudicial para los pa¨ªses occidentales.
P. Los directores de empresa son gente realista. Consideraban a China como un pa¨ªs tranquilo, donde reinaban el orden y la seguridad. Temen que se haya convertido en un pa¨ªs de riesgos. Si esta mala impresi¨®n no se disipa, podr¨ªan verse obligados no para ejercer presi¨®n sobre ustedes, sino por simple pragmatismo, a trasladarse a otros pa¨ªses del sureste asi¨¢tico. ?Qu¨¦ piensan hacer para que no exista tal tentaci¨®n y restablecer su confianza?
R. Para saber si los capitalistas y los hombres de negocios occidentales, quieren o no continuar trabajando con China, es preciso considerar, primero, si el r¨¦gimen es estable y, segundo, si la pol¨ªtica china no ha cambiado.
Si esas dos condiciones fundamentales se cumplen, los hombres de negocios y los capitalistas volver¨¢n. ?Lo que les interesa son los beneficios, y no la ideolog¨ªa!
Ahora bien, el r¨¦gimen de China es estable. Y aprovecho la ocasi¨®n de nuestra entrevista para reafirmar que el partido y el Gobierno continuar¨¢n aplicando las reformas de modernizaci¨®n y de apertura que el camarada Deng Xiaoping puso en marcha. Los inversores cuando vienen a China no es s¨®lo para beneficiar a los chinos, sino para beneficiarse ellos mismos y al pa¨ªs al cual pertenecen. Todos los intercambios se hacen sobre la base de la igualdad de ventajas rec¨ªprocas. Adem¨¢s, existe una competencia internacional muy grande. Si sus capitalistas quieren perder el mercado chino, pueden hacerlo, ¨¦se es su problema.
La gran obra en el sector nuclear que realizan en cooperaci¨®n China, Francia e Inglaterra en Dahia Bay no se ha detenido un solo d¨ªa.
Podr¨ªa citarle numerosos ejemplos. Creo que los medios industriales no querr¨ªan perder un mercado como el de China. ?Si estos intercambios s¨®lo benefician a China, y Francia no saca ninguna utilidad, no los realizar¨ªa! Por otra parte, hay tanta competencia en el mundo que estoy muy tranquilo en cuanto a las perspectivas de cooperaci¨®n econ¨®mica : Pienso que los medios econ¨®micos son m¨¢s razonables que algunas personalidades pol¨ªticas [risas].
Confianza en el futuro
Lamentablemente, usted dispone de muy poco tiempo; si no, podr¨ªa visitar nuestras provincias. Por ejemplo, Sichuan. Usted ver¨ªa dos centrales hidroel¨¦ctricas equipadas por la sociedad francesa Alsthom, con algunos pr¨¦stamos del Gobierno, pero, sobre todo, con cr¨¦ditos del Banco Mundial. Alsthom es una de las empresas francesas y europeas m¨¢s grandes en el sector el¨¦ctrico... Desde que est¨¢ asociada con la General Electric Company, forma un grupo a¨²n m¨¢s importante, en el que la cooperaci¨®n con China funciona bien y tiene ya una larga historia.
Naturalmente, no quiero decir que no haya ninguna dificultad. Con todo, tengo mucha confianza en el futuro.
es presidente del Comit¨¦ Editorial de Le F¨ªgaro y ocup¨® diversas carteras ministeriales en el Gobierno franc¨¦s.
Copyright Le Figaro / SIPA / Efe
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