Balanza de pagos y eleccioniones
LAS CIFRAS del Banco de Espa?a correspondientes al mes de julio muestran un considerable deterioro de la balanza de pagos por cuenta corriente que, de seguir al ritmo actual, llevar¨ªa en un plazo no muy largo a una situaci¨®n insostenible. De mantenerse las tendencias de la primera mitad del a?o, el d¨¦ficit corriente podr¨ªa superar el 3% del Producto Interior Bruto (PIB). Se trata de una situaci¨®n preocupante que hay que corregir cuanto antes.De enero a junio el aumento de las importaciones fue de m¨¢s de 6.000 millones de d¨®lares, mientras que el de las exportaciones apenas super¨® los 1.000 millones, de forma que el d¨¦ficit comercial se increment¨® en 5.000 millones de d¨®lares. Adem¨¢s, el tradicional excedente ligado a los servicios se redujo en unos 500 millones de d¨®lares como consecuencia de la ca¨ªda de los ingresos por turismo. Tan s¨®lo el aumento de las transferencias, p¨²blicas y privadas, impidi¨® que el deterioro de la balanza por cuenta corriente, que recoge el saldo del intercambio de bienes y servicios, superase los 5.000 millones de d¨®lares.
Se trata de una situaci¨®n que, en definitiva, no difiere mucho de la estadounidense: el fuerte d¨¦ficit comercial se ve compensado por unas entradas de capital en parte motivadas por las posibilidades de inversi¨®n que existen en nuestro pa¨ªs, pero en parte tambi¨¦n por los altos tipos de inter¨¦s que provoca una Pol¨ªtica monetaria restrictiva. Hemos entrado en un c¨ªrculo vicioso del que es muy dif¨ªcil salir: para controlar la inflaci¨®n, las autoridades restringen la oferta monetaria, lo que resulta, a su vez, en un aumento de los tipos de inter¨¦s que induce a fuertes entradas de capital y la apreciaci¨®n de la peseta. En teor¨ªa, ello deber¨ªa frenar el aumento de los precios, pero en la pr¨¢ctica este efecto es menos importante que el que se produce sobre las exportaciones de bienes y servicios. El aviso del turismo este a?o es importante y demuestra que la p¨¦rdida de competitividad afecta tambi¨¦n a un sector que hasta hace poco se cre¨ªa al abrigo de estos problemas.
En la conferencia de prensa en la que anunci¨® la convocatoria anticipada de elecciones, el presidente del Gobierno declar¨® que la causa fundamental del desequilibrio exterior hab¨ªa que buscarla en el hecho de que los espa?oles consumen m¨¢s que producen. La f¨®rmula tiene un cierto m¨¦rito pedag¨®gico, pero no es demasiado precisa desde el punto de vista econ¨®mico ya que el fuerte crecimiento de la demanda interna se debe tanto al aumento de consumo privado como al del consumo p¨²blico y la inversi¨®n. Por otra parte, el aumento de los tipos de inter¨¦s, la apreciaci¨®n de la peseta y la consiguiente debilidad de las exportaciones demuestran que existen otros factores, adem¨¢s del aumento de la demanda interna, que influyen en el deterioro de la balanza por cuenta corriente.
El problema consiste ahora en c¨®mo remediar esta situaci¨®n sin da?ar, o da?ando lo menos posible, el crecimiento de la econom¨ªa y, por consiguiente, del empleo. Hasta el momento, lo ¨²nico que se ha o¨ªdo es que hay que reducir la tasa de crecimiento del consumo para que as¨ª disminuya el ritmo de aumento de la demanda interna y de las importaciones. Pero hay que determinar por qu¨¦ v¨ªa se obtendr¨¢ la reducci¨®n del consumo; si, como se ha venido haciendo hasta ahora, la v¨ªa elegida es la restricci¨®n monetaria, el remedio puede ser peor que la enfermedad. Existe la posibilidad de reducir el gasto p¨²blico y aumentar los impuestos, pero se trata de medidas escasamente populares -sobre todo en v¨ªsperas electorales- a pesar de que, desde el punto de vista econ¨®mico, son preferibles al aumento de los tipos de inter¨¦s. El debate sobre estos problemas es primordial y concierne a todos los partidos. Ojal¨¢ que la pr¨®xima campa?a electoral no sea una nueva ocasi¨®n perdida de discutir a fondo cuestiones relacionadas con las preocupaciones reales de los ciudadanos.
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