Imperialismo
El se?or Bush ha declarado la guerra a muerte al narcotr¨¢fico colombiano. Hace algunos lustros, Estados Unidos oblig¨® a arrasar lo campos de marihuana colombiano y ahora la marihuana se produce e el Estado de California, en la Cal forma yanqui, se entiende. Por otra parte, tanto EE UU como sus aliados pol¨ªtico-econ¨®micos del Mercado Com¨²n han hundido los precio de todo lo que se produce legalmente en los llamados pa¨ªses subdesarrollados, dej¨¢ndoles condenados paliar el hambre comi¨¦ndose los recibos de pago de la deuda externa Algunos de estos pa¨ªses han recurrido a permitir la explotaci¨®n ilegal de productos de comercializaci¨®n ilegal que no dependen de los centro marcadores de precios, y ninguno tan lucrativo como la coca¨ªna e Colombia, Per¨² y Bolivia o la hero¨ªna en el sureste asi¨¢tico.El se?or Bush lanza una demag¨®gica campa?a contra la, plaga de la droga, pero no mueve ni un dedo contra la plaga del hambre, la degradaci¨®n y la desesperaci¨®n econ¨®mica de los llamados pa¨ªses subdesarrollados, e insisto en cuestionar esta denominaci¨®n porque cada vez est¨¢ m¨¢s claro que no habr¨ªa pa¨ªses subdesarrollados si no hubiera pa¨ªses subdesarrollantes.
En primer plano queda el espect¨¢culo, reconfortante, de la busca captura de los barones de la droga repugnantes personajes que se construyen zool¨®gicos privados e los que ahora falta la presencia de su propia animalidad can¨ªbal. Por ese espect¨¢culo distrae de los verdaderos causantes de esa econom¨ªa sumergida, los que condenan a buen parte de los pueblos del mundo a la miseria.
Convendr¨ªa que TVE insistir en la transmisi¨®n de debates tan esclarecedores como el de la madrugada del pasado jueves, emitido horas en las que el mensaje s¨®lo quedaba al alcance de los drogadictos de televisi¨®n. S¨®lo nosotros recibimos una espl¨¦ndida lecci¨®n sobre el imperialismo posmoderno.
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