Koch pierde la alcald¨ªa de Nueva York tras 12 a?os
El colorista Edward Koch, un jud¨ªo de 64 a?os que desde 1977 reg¨ªa una de las principales ciudades del mundo, fracas¨® en su intento de conseguir por cuarta vez la candidatura dem¨®crata para disputar la alcald¨ªa de Nueva York el pr¨®ximo noviembre, al ser derrotado por David Dinkins, un antiguo marine y actual presidente del distrito de Manhattan, que, en caso de ganar, se convertir¨ªa en el primer alcalde negro en la historia de la ciudad.
Dinkins, un afable abogado de 62 a?os, cuya moderaci¨®n le ha valido durante la campa?a acusaciones de que carec¨ªa del suficiente car¨¢cter para ser alcalde, consigui¨® una rotunda victoria, sobre Koch al lograr 537.313 votos, frente a los 445.816 del actual alcalde, lo que equivale a un porcentaje del 51% y el 42%, respectivamente, de los votantes dem¨®cratas.En el campo republicano, el vencedor para conseguir la candidatura fue, como estaba cantado, el agresivo fiscal Rudolph Giuliani, que se hizo famoso por sus intervenciones en los juicios contra la Mafia, que derrot¨® al multimillonario Ronald Lauder, ex embajador en Austria y heredero de la fortuna de su madre, Esther Lauder, fundadora de la multinacional de cosm¨¦ticos del mismo nombre.
Giuliani obtuvo el 67% de los votos republicanos, frente al 33% conseguido por Lauder, a pesar de que ¨¦ste se gast¨® 13 millones de d¨®lares (unos 1.600 millones de pesetas) de su fortuna personal en patrocinar una de las campa?as electorales m¨¢s caras en la historia de Nueva York.
Las espadas para conseguir la candidatura dem¨®crata estuvieron en alto hasta el ¨²ltimo momento. Los ¨²ltimos sondeos predec¨ªan un empate entre Koch y Dinkins, por parte de los votantes decididos. Pero un 10% todav¨ªa se declaraban indecisos la semana pasada. Finalmente, el tranquilo Dinkins se llev¨® el gato al agua con un tercio del voto blanco, un 26% del voto jud¨ªo y un 26% del voto de los cat¨®licos. Entre las minor¨ªas marginadas, Dinkins arras¨®, al conseguir el 92% del voto negro y el 62% del hispano.
Tensiones raciales
La campa?a ha sido agria y desabrida, siguiendo los moldes tradicionales en las luchas para conseguir la nominaci¨®n para la alcald¨ªa de Nueva York. S¨®lo Dinkins ha dado una imagen de moderaci¨®n que, al final, ha resultado decisiva. Un elemento inesperado dio un vuelco a la campa?a. El pasado 23 de agosto, un grupo de j¨®venes blancos asesin¨® a sangre fr¨ªa a un muchacho negro en el barrio predominantemente italiano de Bensonhurst, en Brooklyn, por creer que iba a acudir a una cita con una blanca.
El elemento racial se introdujo de golpe en la campa?a electoral y domin¨® sus ¨²ltimos d¨ªas. Koch pag¨® el precio de su combatividad. Los neoyorquinos dem¨®cratas se decidieron al final por un candidato como Dinkins que parece asegurarles, m¨¢s que Koch, una suavizaci¨®n de las tensiones raciales. Dinkins hizo precisamente de la moderaci¨®n el tema principal de sus intervenciones con el eslogan "No hace falta ser estridente para demostrar fortaleza". Sus conciudadanos le han cre¨ªdo.
Gane quien gane las elecciones de noviembre -y en estos momentos todos los indicios apuntan hacia una victoria final de Dinkins en una ciudad de abrumadora mayor¨ªa dem¨®crata como Nueva York-, los problemas a los que tendr¨¢ que hacer frente el nuevo alcalde son de magnitudes casi c¨®smicas. Como se?alaba la semana pasada la cadena de televisi¨®n NBC, la Big Apple (la Gran Manzana, como se conoce a Nueva York) est¨¢ podrida.
La droga y el crimen que acarrea son rampantes en las calles de la ciudad, los servicios p¨²bl¨ªcos no funcionan, sus fuerzas de polic¨ªa son cada vez m¨¢s reducidas como consecuencia de las restricciones presupuestarlas, y su infraestructura, desde sus puentes a sus pasos elevados, pasando por un sistema anticuado y obsoleto de conducci¨®n de aguas, se cae materialmente a trozos. Como es habitual en los pol¨ªticos, todos los candidatos han prometido arreglar los problemas acuciantes a los que se enfrenta todos los d¨ªas Nueva York, pero ninguno ha explicado de d¨®nde piensa sacar el dinero para conseguirlo.
Dinkins ha contado en su campa?a con el apoyo de figuras nacionales del Partido Dem¨®crata como el senador Edward Kennedy y el ex candidato a la presidencia Jesse Jackson, y con cantantes como Paul Simon, as¨ª como con el decidido soporte de los sindicatos neoyorquinos.
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