M¨¢s
Pues no pensaba volver a tocar el tema de las elecciones y las chicas, cuesti¨®n que ya estuve marcando la semana pasada. Pero abunda tanto el desprop¨®sito que no he podido contenerme. V¨¦ase, por ejemplo, el guirigay organizado con la candidatura, de Carmen Romero. Ah¨ª est¨¢n los salvadores de la patria, rasg¨¢ndose las vestiduras y cacareando truculentas acusaciones de nepotismo. Un sorprendente esc¨¢ndalo, teniendo en cuenta que la vida pol¨ªtica del pa¨ªs est¨¢ llena de primos, concu?ados, yernos y herman¨ªsimos, to dos ellos ricamente instalados en sus carreras. Con la a?adidura de que la trayectoria hist¨®rica de Carmen es tan respetable como la de toda esa horda de parientes. Porque quiz¨¢ no se acuerden pero, antes de ser flor¨®n en la, Moncioa, Carmen Romero llevaba toda la vida luchando en la trinchera socialista y batiendose el cobre en el sindicato. Pero, claro,. es mujer y esposa y en este pa¨ªs la mujer casada por lo visto, no es m¨¢s que un-lobanillo de su c¨®nyuge. ?Qu¨¦ gozaRomero ahora del lustre y la popularidad presidencial? Pues estupendo; alguna compensaci¨®n ten¨ªa que tener la obligada postergaci¨®n durante siete a?os de su carrera pol¨ªtica, su impecable actuaci¨®n de muda momia. Ser¨¢ eso lo que les irrita: que ahora recupere la voz y se rebele.
Cristina Almeida no est¨¢ casada, pero tambi¨¦n lo tiene crudo. Me llegan rumores de que Izquierda Unida est¨¢ pensando en quitarle, el segundo puesto de la lista de Madrid para d¨¢rselo a Pablo Castellanos. Es la rut¨ªna habitual: si alguien se tiene que fastidiar, que sean las chicas; ya en 1986, IU desterr¨® a Cristina a la lista de Alicante. Parece, en fin, que Almeida est¨¢ tan harta que est¨¢ pensando no presentarse. Una pena, porque es uno de los personajes pol¨ªticos con m¨¢s credibifilad y fuerza. Y un bochorno para IU, ahora que tanto se habla de las chicas. Luego dicen que las mujeres no quieren participar. Y la verdad es lue las aburren.
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