Obras son amores

Los vecinos de Berrocalejo.de Aragona (?vila) podr¨¢n, si as¨ª lo desean, pedir a Telef¨®nica que les instale un tel¨¦fono en sus viviendas en el segundo semestre del pr¨®ximo a?o. Este hecho no ir¨ªa m¨¢s all¨¢ si, como sucede, los 43 habitantes de esta peque?a, localidad no se hubieran plantado en firme frente a Telef¨®nica. La oposici¨®n de todo el vecindario a que cruzase por su territorio un cable de fibra ¨®ptica fue el arma que usaron frente a la todopoderosa Compa?¨ªa Telef¨®nica para lograr su prop¨®sito.

Durante la primavera pasada, el cable de fibra ¨®ptica se estaba instalando en una peque?a zanja a la orilla de la carretera nacional 110, entre ?vila y Villacast¨ªn. Pero los pocos kil¨®metros por los que el cable ten¨ªa que pasar en el t¨¦rmino municipal de Berrocalejo resultaban insalvables. Los vecinos se opusieron a que Telef¨®nica pasara por sus tierras "mientras no tengamos tel¨¦fono en nuestras casas", dec¨ªa el alcalde, Emilio Navas. Mientras tanto, el director provincial de Telef¨®nica, Luis Alfonso Gonz¨¢lez, dijo que la soluci¨®n era la v¨ªa judicial, aunque,la, expropiaci¨®n forzosa alargar¨ªa las obras, en medio a?o. El argumento esgrimido era que en ning¨²n pueblo de menos de 50 habitantes, como Berrocalejo, sus vecinos pod¨ªan disponer de tel¨¦fono en sus viviendas.Los vecinos no dejan de mostrar su satisfacci¨®n. Llevaban raz¨®n, aun sin saberlo. Un decreto de 1974 conceptuaba como zona urbana todos los municipios, cualesquiera que sea su tama?o, que tuvieran tel¨¦fono p¨²blico antes de 1947. "Yo nac¨ª en 1924", dice el alcalde, "y ya, lo ten¨ªamos".

"Nosotros no est¨¢bamos enterados de las leyes, pero ellos supongo que estar¨ªan enterados; no s¨¦ por qu¨¦ motivos no sali¨® a la luz ese decreto a su tiempo, y nos hubi¨¦ramos evitado todas esas negociaciones", indica Navas. Diplom¨¢tico, eso s¨ª, si se tiene encuenta que lo que denomina negociaciones eran las visitas del personal de Telef¨®nica para convencerle de que facilitara los permisos.

El cable ya pas¨® por Berrocalejo. "Nadie ha puesto objeciones de ninguna clase", dice Navas, "puesto que todos, est¨¢bamos conformes en dar el paso gratuitamente y pagar el tel¨¦fono como otros ciudadanos cualesquiera. Yo no creo que haya en Espa?a ciudadanos de segunda ni tercera clase, aunque residan en un municipio mayor o menor".

La promesa de Telef¨®nica est¨¢ escrita. "Nosotros hemos cumplido nuestros compromisos, y ellos ¨¦spero que los cumplan, porque lo tienen confirmado por escrito", afirma el alcalde. Todos han solicitado el tel¨¦fono, aunque las pegas ser¨¢n ahora para los que llegan de visita: ya no tendr¨¢n tel¨¦fono p¨²blico.