La horma de ETA

LA DESARTICULACI?N del comando Araba de ETA -al que se atribuyen 39 asesinatos en los ¨²ltimos a?os-, la detenci¨®n de la pr¨¢ctica totalidad de sus colaboradores y la incautaci¨®n de un abundante arsenal de armas y de otros materiales que serv¨ªan para realizar y camuflar sus actos criminales constituyen un inapreciable y valioso ¨¦xito polic¨ªal. Pero, adem¨¢s, el desmantelamiento de este peligroso pelot¨®n de ejecuci¨®n y de sus c¨®mplices es un golpe sumamente oportuno contra la organizaci¨®n terrorista, en un per¨ªodo de recrudecimiento de su actividad criminal tras el fracaso de las conversaciones celebradas en Argel.Desde que ETA consider¨® unilateralmente que los contactos oficiosos que manten¨ªa con emisarios del Gobierno espa?ol en la capital argelina no satisfac¨ªan sus pretensiones, su brazo asesino ha segado en apenas seis meses una docena larga de vidas humanas, la ¨²ltima de las cuales es la de la fiscal de la Audiencia Nacional Carmen Tagle. Operaciones como la culminada por la Guardia Civil con la desarticulaci¨®n del comando Araba muestran que el Estado democr¨¢tico tiene capacidad y medios legales para enfrentarse al desaflo de los terroristas con el objeto de que su actividad criminal no quede impune.

Aunque, en principio, la versi¨®n oficial de los hechos parece veros¨ªmil, el director general de la Guardia Civil, Luis Rold¨¢n, no hace un buen servicio a la transparencia necesaria en toda sociedad democr¨¢tica cuando se niega a dar "demasiados detalles" con el fin de "evitar pol¨¦micas" sobre su desenlace: dos terroristas muertos y tres guardias civiles heridos de diversa consideraci¨®n. En todo caso, los detalles de la operaci¨®n negados en este momento a la opini¨®n p¨²blica no podr¨¢n ser hurtados a la investigaci¨®n judicial, que deber¨¢ pronunciarse en ¨²ltimo t¨¦rmino sobre la legalidad de la actuaci¨®n policial. En el Estado de derecho, ninguna muerte violenta -ni siquiera las producidas por las fuerzas de seguridad en la leg¨ªtima lucha contra el terrorismo- queda al margen de su esclarecimiento por una instancia independiente e imparcial como es la judicial.

La celeridad con que Herri Batasuna y las gestoras pro amnist¨ªa han condenado la actuaci¨®n policial, a la que han calificado de "emboscada", es toda una muestra de la tosca hipocres¨ªa con que suelen conducirse quienes andan por el mundo pidiendo a los muertos su identidad y su filiaci¨®n pol¨ªtica para decidir el uso que se hace de ellos. Dispuestos siempre a ensalzar como h¨¦roes a los terroristas muertos y analistas puntillosos de las circunstancias de su muerte a la luz de una legalidad democr¨¢tica que combaten con sa?a, no pesta?ean cuando los muertos son otros. Felizmente, la inmensa mayor¨ªa de la sociedad vasca descubri¨® hace ya tiempo la impostura de estos sayones de los verdugos.