Un fantasma en la escuela
Ocurri¨® en Nueva York, all¨¢ por 1985. La noticia de que un ni?o afectado por el SIDA hab¨ªa ingresado en un colegio p¨²blico conmocion¨® los cimientos escolares de la ciudad de los rascacielos. Un gran n¨²mero de padres boicote¨® el inicio de las clases en las 968 escuelas de la ciudad por el p¨¢nico provocado por el miedo al contagio.
Desde aquella fecha, la ola del SIDA ha recorrido sobre todo las escuelas francesas y alemanas, donde se han producido agrias pol¨¦micas. Hace apenas dos a?os, el fastasma aterriz¨® en Espa?a.
En Ud¨ªas (Cantabria) tres ni?os de entre diez y seis a?os, cuya madre falleci¨® por el SIDA, sufrieron en sus carnes el rechazo popular a, su escolarizaci¨®n en un colegio local.
Expulsado del colegio
En 1987 salt¨® tambi¨¦n a, la palestra el caso de Israel Pagalday, de tres a?os, que fue expulsado del colegio Mar¨ªa Goretti, en Durango (Vizcaya), por ser nortador de anticuerpos del SIDA.
El Gobierno vasco y el fiscal intervinieron en el caso, y el colegio fue demandado por entender que se trataba de una "presunta violaci¨®n del derecho constitucional del menor a la educaci¨®n".
La Asociaci¨®n Pro Derechos Humanos asisti¨® tambi¨¦n a los padres en el proceso seguido contra el colegio de Durango. Finalmente, una sentencia oblig¨® a readmitir en el centro al peque?o Israel.
Pero el fantasma del SIDA amenaza tambi¨¦n a los docentes. En octubre de 1987, los padres de alumnos del colegio Cuevas Torres de Las Palmas de Gran Canaria forzaron el traslado de un profesor con anticuerpos del s¨ªndrome.
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