Italia disfruta de la 'baggioman¨ªa'
Roberto Baggio, el impredecible jugador del Fiorentina, acaba de refrendar la pasi¨®n italiana por la hip¨¦rbole y as¨ª ha nacido la Baggioman¨ªa. Los especialistas sopechaban que Baggio, de 22 a?os, guardaba las esencias de los futbolistas caros: una extraordinaria habilidad con las dos piernas, el deseo de sorprender al adversario, las facultades f¨ªsicas para lograrlo y, sobre todo, una indisimulada vocaci¨®n para construir jugadas cada vez m¨¢s bellas. Ha bastado una semana para que los cr¨ªticos, los aficionados, los poetas, toda Italia, hayan sublimado el talento del nuevo astro.Todo comenz¨® el 17 de septiembre, domingo, en el estadio San Paolo de N¨¢poles. La fecha ser¨¢ inolvidable para los tifosi italianos. Baggio recogi¨® un bal¨®n en el medio campo del N¨¢poles y se lanz¨® a una de las aventuras m¨¢s bellas que se recuerdan en el calcio. Primero se deshizo del poderoso Renica con una finta a la derecha. Lleg¨® Alemao para tapar, pero Baggio se fue a la izquierda, y entonces apareci¨® Corradini, ya al borde del ¨¢rea. De nuevo el quiebro y la estupefacci¨®n en la grada. S¨®lo quedaba frente a Baggio el portero Giuliani, que sali¨® con todo a por el artista. Baggio pudo desplazar la pelota a la derecha, por donde corr¨ªa en solitario su compa?ero Dertycia. Hubiera sido un gran gol, una extraordinaria muestra de calidad y compa?erismo. Pero los genios tienen un punto de egoismo en el c¨¦sped. Baggio no cruz¨® para Dertycia. Encar¨® a Giuliani; le mostr¨® la pelota y despu¨¦s se la escondi¨®. Baggio sali¨® del regate final convertido en el nuevo h¨¦roe del f¨²tbol italiano.
"Un gol como el de Maradona en M¨¦xico", publicaron los peri¨®dicos. Y s¨²bitamente comenz¨® la baggioman¨ªa. Primero, con un poco de timidez. La Gazzetta dello Sport le compar¨® al gran Mariolino Corso, una de las estrellas del Inter de los a?os 60. La comparaci¨®n ten¨ªa fundamento. Pel¨¦ dec¨ªa de Corso que era el mejor jugador italiano. Sin embargo, su aportaci¨®n al equipo nacional fue siempre d¨¦bil. Los seleccionadores no acababan de ubicarle en la escuadra. Era dif¨ªcil saber su colocaci¨®n correcta, y m¨¢s dificil a¨²n dise?ar un equipo a su alrededor.
Colocaci¨®n
Baggio somet¨ªa a las mismas dudas al seleccionador Azeglio Vicini y a todos los analistas del f¨²tbol italiano. ?Deb¨ªa jugar con Vialli arriba, o arrebatar a Giannini o Donadoni la llave del centro del campo?, ?quiz¨¢ deb¨ªa circular por libre? La respuesta lleg¨® tres d¨ªas despu¨¦s, en Cesena, frente a Bulgaria. Baggio marc¨® dos de los cuatro goles de Italia.Corso no serv¨ªa ya para medir al nuevo genio. Gianni Brera, en La Reppublica, le encontr¨® la huella del formidable Giusseppe Meazza, el m¨¢s grande de entre todos los futbolistas italianos. La misma espalda erecta y bella, la inigualable cadencia en el paso y el mismo ojo de halc¨®n. La Gazzetta dello Sport titul¨® la primera p¨¢gina, a nueve columnas: "Che bello con Baggio!" y le dedic¨® tres p¨¢ginas. Los ep¨ªtetos crecieron tanto como la resaca. De repente, Baggio ten¨ªa la genialidad de Maradona, la finta de Meazza, la velocidad de Sandrino Mazzola, la clarividencia de Platini y el toque impredecible de Zico, su ¨ªdolo de veras. El tono hiperb¨®lico alcanz¨® a otros h¨¦roes italianos. Absolutamente entregado, un cr¨ªtico vio en Baggio los m¨¢gicos dominios de Gustavo Thoeni, el c¨¦lebre campe¨®n italiano de esqu¨ª.
Menos dado a los halagos encendidos, pero igualmente convencido de la calidad del jugador del Fiorentina, Javier Clemente sentencia: "Es buen¨ªsimo. Puede hacer cualquier cosa con la pelota, con las dos piernas. Es r¨¢pido y adem¨¢s tiene mala leche". Esta apreciaci¨®n ¨²ltima de Clemente es definitiva.
Todos estaremos expectantes desde ahora a las tardes de este ambidextro futbolista de 22 a?os.
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