Pablo Picasso, escritor
LA CORRIDAlas colgaduras de luto y de plata pegan sus martillazos sobre los palcos encendidos de la hoguera y anda golpe de tambor que enjuga el estallido que desnudan los clarines asoma su hocico por la herida que r¨ªe las alas del cielo de morcillas sacuden sus pulgas sobre la cara de la sand¨ªa que lo derrite y chamusca los vellos de la pierna que dibuja la curva que abanica los tiros que llaman a la puerta de sus nudillos y con los miles de huevos fritos que llueven sobre la espalda los pimientos morrones y las tomates de sus encajes entre sus senos las velas y los cirios que alumbran las puertas y las ventanas recogen del jard¨ªn y del huerto los alfileres y los clavos de las flores que apuntan su tiro entre los pliegues haciendo y deshaciendo sus cuentas y sus cuentos y tejiendo su tela met¨¢lica de ara?a sobre las tejas del tejado y entre los dedos del olor de las papas fritas y los ajos con tanto amor que las gotas de sangre que chorrea su collar de jazmines cauterizan la llaga que canta en la bandera p¨¢lida exsangue les cheveux emm¨ºl¨¦s accroch¨¦s aux ronces les roseaux ray¨¦s par les eaux du gongfrapp¨¦ par ce bruit des ¨¦toiles ¨¦cras¨¦es par les roues des gros nauges fouett¨¦s par l'orage I'e ¨¦tonn¨¦ du taureau que nada entre dos aguas se regarde dans son miroir lui-m¨ºme
panal de rica miel las moscas vestidas de lechuzas muy recogiditas y muy cazuelas de calamares en su tinta y tan cachondas y arregladas a la modal del d¨ªa y de la noche y tan frescas con unas caras de careta tan feas y oliendo a pedos gordinflonas puestas en escabeche lustrosas con sus velos de luto tan risue?as lloronas dando un caldo y m¨¢s sopas de huevo como unas casta?uelas pero llevando a hombros el hilo del carrete de los colores del arco iris envuelto en el sudario de las casta?as pilongas del gori gori de sus ma?as la cabeza sin tap¨®n de la plaza se ba?a en medio de los gritos devorantes del erizo bordado alrededor de la torta y tortilla de maiz hirviendo detr¨¢s del manto azul hecho trizas y jirones por los labios sedientos de la copa de vino que se hincha y estalla como un beso en la boca del cuerno sangre torera y coraz¨®n de arroz de la tarde jugosa y salivosa de apretones los dientes clavados en el cuello del color rosa esparcido entre las piernas de aquel olor que juega que se juega la vida al tute a la brisca y al mus del chorro de sangre que brota de en medio del pecho del sol abierto de par en par puesto de frente al miedo del vuelo de perdices atravesando el campo de su pelo de grillo de todos los higos chumbos y de higuera peinados y rizados afeitados la cara llena de polvos perfumados con el ajonjol¨ªn de la sarna y la ti?a de todos las olores los ¨¢ngeles chorizos se remojan el culo en el gazpacho la llave que la quema la mano abre sus alas y se traga el anzuelo
la description del traje sigue la apuesta y tira del lebrillo el n¨²mero muy verde y mantecoso de la sandunguer¨ªa que el puchero muy relleno de callos arrastra detr¨¢s del mont¨®n de sardinas la escalera de gusanos y de platos y la hilera de ojos que se escapan de entre las tablas que lo claven a la arena ri?endo como gallos ensartando la aguja que las maripositas nadando en el aceite crudo ir¨¢n clavando encima de la seda con la amargura de la ilusi¨®n llevada a hombros como una casa reventando de recuerdos y saltando a la comba del aire de azucenas que la ara?a y la apolilla pez y gato y conejo y ramito de chinces y verdugones las horas y los d¨ªas muertos enaguas puestas a la ventana a secar el aire que pele¨¢ndose sacude sus caderas en el fondo de la alcoba del espejo de luna y m¨¢s lunas que crecen entre las olas de su capa de aullidos a la muerte brotando de las monta?as de sus pliegues clavados al morrillo de la luz que funde del agujero del pozo que se levanta
Minutos hormigosos
medio dormido y hecho una sopa tan campechano y fresco como una lechuga y sin un cuarto entre los pelos y con unos cojones que son bolsones llenos de oro y que viva la pepa minutos hormigosos muy zalameros con gusto de coquinas que dibujando a lo largo de su cuerpo todo el traj¨ªn de los dibujos que la adornan de ac¨ªbar y van helando cada flor de cada ramillete que se lo va comiendo crudo lo machacan de sus saltos de cabrito y se lo llevan en coche rodando como un duro sevillano hasta el cartel de las parrillas que se esconden los vencejos bajo el brazo ech¨¢ndose una larga el lim¨®n de aquel amarillo que rueda a lo largo de aquel nido de palomas torcaces de sus muslos rompi¨¦ndolas en terroncitos de az¨²car abanicos de las patas de gallo del bordado de trompetas que apalean las medias del cipr¨¦s que va montando sobre la nata de la linterna m¨¢gica de los colores que lame la circunferencia angulosa y tuerta escuchando del brazo entretenida el canto de la larga par¨¢bola que la deshace fiesta del trigo sobre el mantel del sepulcro del retrato de la alegr¨ªa meando entero el globo del olor de los cigarros jugando a la pelota debajo de las cortinas negras chorreando su cera clara de huevo embadurnando los cristales del ba¨²l de la reliquia milagrosa del jam¨®n de encajes derretido entre las s¨¢banas de almendra t¨ªo vivo de tantas caricias y besos las cortinas de la m¨²sica ratonera hilvanan sus ristras de cebollas sobre el morado que recoge con su cuchara la mata de sus cabellos la hoz pinta de azul el verde desangrado que se escapa del rojo anaranjado que lo aguijona y sacudiendo sus piernas el amaranto se descalza de la u?a evaporada du bocal aux poissons
Nido de ratones
patas de las sillas de rejilla del comedor del nido de ratones del arado tirando de la noria sus orejas del plumero recortando con sus tijeras el percal de los sorbetes que se lo llevan de paseo por las nubes ojos de pollo del firmamento de miradas que se retuerce alrededor del palo de la barca borracha patar arriba sobre los escalones de la plata encaramada como un mono tom¨¢ndose muy seriamente en serio encerrado en su olor dibujado a la pluma de las tintas de china del mant¨®n de fideos con almejas que hace sus perentorias necesidades sobre el trozo de cielo que se rasca la espina entre los hierros de las nubes del verde manzana que ti?e su camisa del l¨ªo y las complicaciones de los juegos malabares del ovillo de hilos enredados a la severidad del pan moreno de las arquitecturas del aire puesto de pie muy tieso de orden y mando de las autoridades perspectivas llegando a tiempo y del color de los colores tiernos bollos de aceite rellenos de cabellos y de cintas pasta y jalea de membrillo Carmen y tor¨¦ador prends garde (3) del frito de criadillas puesto sobre su hombro como un lorolas paredes que cuelgan de la tarde que se despega de sus mejillas a jirones canta callando sus remiendos rellenando de algod¨®n sus ventanas y sus cierros la procesi¨®n de bocas que llaman a la puerta con sus lenguas hilan con la campana de la luz a cada grano de arroz sus abalorios de cada tren que sale del cortinaje lleno de avispas el silencio clavado al bastidor de la tela del tambor estalla como una madrugada sobre el vestido de las patas del nido de gorriones del agua que baja por la escalera del cohete
que se llevan tendido en el hule de la camilla del queso podrido de las afectuosas reverencias y rodillazos del mont¨®n de ovejas negras de todos los azules deste?idos del color pardo que se mete por las narices de los pliegues de la camisa en cruz de la larga cabellera de los muslos del chorro de plumas de la red de escamas del manojo de saltos del ala de perfumes que los van arrastrando por esos sue?os el vuelo de naranjas abanicos meando bien abiertos luci¨¦rnagas lami¨¦ndose los labios puestos alrededor del ojo a la hora justa del pozo que tira de la mantilla de moras el cubo lleno de noches de verano de sedas violetas y del color de su piel trozo de pan que se va tosiendo y poco a poco al otro inundo soplando en espirales sobre el techo del cuarto los pliegues de luz de la rueda de persianas
entornadas a pique al fondo del mar de la cama deshecha entre las rocas de la marea. de las s¨¢banas que miran detr¨¢s de las rejas del sol presas entre sus garras la claridad llena hasta el borde de la penumbra. vestida de m¨¢scara y de fiesta mayor embalsamadas las caras de los dos espejos que se miran
Racimo de caderas
piedra a piedra los esqueletos de las aguas nadan orfeones de las uvas del racimo de caderas meneando sus guisos debajo del ancha de las migas de la m¨¢quina de escribir pariendo sus gatos y sus ratones en la jaula de moscas del ven y ven de los cuartos para alquilar madrigueras de lombrices de los salpicones del arrebol que despide la podredumbre del trozo de sol muerto y olvidado en un rinc¨®n trapo socio de luz tirando de la lengua maceta de albahaca y verbena de San Juan del terciopelo de sus joyas los aplausos de sus l¨¢grimas alumbran las bombillas que cuecen el caldero de banderillas del olor de los nardosjab¨®n negro de las tajadas de jam¨®n de azufre que cubre con sus pa?os mojados el lago de harina que galopa en el frutero de la rama del ¨¢rbol sus mil patas de acero y muele con los dientes de su rueda los huesos del sol limpios y mondos detalle del traje a detallar muy minuciosamente como las dos lenguas de buey que son las pantorrillas y badajos de la campana de la p¨²rpura menstruosa que se escurre entre las piernas del revuelo de la capa que se despega del ap¨®sito arrancado por las garras del rojo que chorrea de arriba abajo y envuelve el cuchillazo que da su cuerpo en medio de los tiros de la ametralladora zurciendo sus nubes al blanco de la taza de leche dibujada de azul cobalto y puesta al borde del martillazo de azul del cielo de rodillas y pidiendo limosna a la puerta del alero del tejado de llamas escondidas debajo de los dibujos que lo queman y se lo llevan preso detr¨¢s de las manchas de las zarzas moras ensuci¨¢ndose el dedo en la salsa de almendras del azafr¨¢n ba?¨¢ndose en la orilla de las tres varas largas del manto negro y capuch¨®n de holl¨ªn que llueve de la faja verde atando la gavilla de la plaza
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