La flecha que se mira en la gota de agua
Ya no pintar¨¦ m¨¢sya no pintar¨¦ m¨¢s la flecha
que se mira en la gota de agua
que tiembla en la ma?ana
cuando silba en el viento
la hora escrita
que el columpio se lleva
con su risa
Escrito en el tren yendo a Dieppe el 14 de agosto de 1935
Poca verg¨¹enza tiene el cristal
poca verg¨¹enza tiene el cristal al que hacen
correr la voz mentirosa de la liebre
si su capa no flota atada al palo roto de su barca
que ni el carajo de su cresta podr¨¢ ya nunca
m¨¢s re¨ªrse de la cuerda que cuelga del farol
si no fuera el azar el que manda
y la forma arbitraria de la sombra afilada por
la seda de su beso el estribo
y a¨²n as¨ª y todo y a pesar de que ahora encerrado
ya est¨¢ entre los cuatro muros del grano de la uva
sus ganas de cantarse al comp¨¢s de la gota
de luz de la cazuela
que se est¨¢ todo el d¨ªa de rodillas y delante
del trapo tan sucio que gotea
el amor sentado en un rinc¨®n de la cocina se
entretiene cort¨¢ndose las u?as
[7 de diciembre de 1935]
Doy arranco tuerzo mato
doy arranco tuerzo mato atravieso incendio y quemo - acaricio lamo beso miro - repico a todo vuelo las campanas hasta que sangren - espanto a los palomos y los hago volar alrededor del palomar hasta caer al suelo ya muertos de cansancio - tapar¨¦ todas las ventanas y las puertas con tierra y con tus cabellos ahorcar¨¦ todos los p¨¢jaros que cantan - y cortar¨¦ todas las flores - mecer¨¦ en mis brazos al cordero y le dar¨¦ a devorar mi pecho - lo lavar¨¦ con mis l¨¢grimas de placer y de penas - y lo adormir¨¦ con el canto de mi soledad por soleares - y grabar¨¦ con aguafuerte los campos de trigo y de avena y los ver¨¦ morir tendidos cara al sol - y envolver¨¦ los r¨ªos en papel de peri¨®dicos y los tirar¨¦ por la ventana al arroyo que arrepentido pero con todos sus pecados a cuestas se va contento y riendo a pesar de todo hacer su nido en la cloaca - y romper¨¦ la m¨²sica del bosque contra las rocas de las olas del mar - y morder¨¦ al le¨®n en la mejilla - y har¨¦ llorar al lobo de ternura delante de un retrato del agua que en el ba?o deja caer su brazo
[17 de septiembre de 1935]
Divinamente puesto
divinamente puesto a secar sobre el plato de lentejas del alero del tejado de higos chumbos de la lengua helada que le acompa?a con su cruz a cuesta el trapo viejo de la piel seca apolillada y sin dientes se va comiendo rabioso la espada que le atraganta y le escupe a los ojos figura geom¨¦trica deshecha en el ¨¢cido corrosivo que la tiene presa entre sus u?as a la garganta el desprecio que la torea de cerca no enjuga el pa?o que agita el grito que se inflama en el alm¨ªbar que ba?a el capotazo de l¨¢grimas del cuero extendido a re¨ªr cara al sol
mont¨®n de senos verdeando del o¨ªdo de sus aplausos cogidos por las u?as a las banderillas puestas cara a cara al sol que los torea las risas que queman sus plumas en el jarro se tiran a matar desde el alero del tejado
carro de la basura Reno de flores con sus ruedas de copas de vino tinto tirado por caballos de l¨¢grimas azotados por las risas de unos ni?os sentados en el suelo en mitad de la calle reparti¨¦ndose una naranja mirada por el ojo de la llave la cara que gira sobre el vidrio los colores puestos en salmuera en la copa - moja su risa en la baba que llora el manojo de l¨¢grimas puesto a secar piernas abiertas clavado en tierra partido en dos el aroma de la sombra que da el manojo de risas clavado sobre el rosal que asoma sus l¨¢grimas por ¨¦l silencio que se lo come - el pa?uelo que cubr¨ªa sus senos abre su ventana y enciende los farolillos a la tajada de sand¨ªa que arde en la cazuela los calamares
[13 de abril de 1937]
La est¨²pida vejez
la est¨²pida vejez carajea y espanta metida entre las faldas a los pedos que roen su nariz de tantas necedades dichas derechas a la izquierda de la verdad torcida de tanto apoyarse bajo el infamante peso de lo sabido y aprendido por el lavativazo que tantos libros de cocina reduciendo el encomio con su salsa m¨¢s negra hicieron rebosar la letrina con el solo tocar de su pincel de magia despacito y callando y disparando tiros al cartero que huele cada letra y la hace prisionera nada m¨¢s que mir¨¢ndole debajo de las faldas su olor de primavera nocturna nada m¨¢s que el sosiego que trae debajo de su brazo es bastante para que a¨²lle el perro y se le coma el hueso artificial y se trague la noche el recuerdo de la visita hecha diciendo que aqu¨ª me las den todas las dos ahora que ya cerca de llegar a la una de esta madrugada hoy que es ya 19 de este mes de noviembre del a?o XXXV voy a apagar la miserable bombilla que est¨¢ cogida por los dientes a mi cama para poder dormir y levantarme temprano y enviarle enseguida con la punta del pie un ramillete de carajos rascacielos
[18 de noviembre de 1935]
Copyright Editorial Gallimard.
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