La flaca memoria de Sevilla
Ruiz Miguel tore¨® ayer su ¨²ltima corrida en La Maestranza. Su antepen¨²ltima actuaci¨®n, antes de la despedida, el lunes en Madrid. La afici¨®n sevillana ni siquiera le dedic¨® una ovaci¨®n al terminar el pase¨ªllo. Esa ausencia de memoria hist¨®rica es lamentable. ?Ning¨²n aficionado se acordaba ya de brillantes actuaciones pret¨¦ritas? ?Ni siquiera del rabo que le cort¨® a un toro de Miura el a?o 1971? Dos d¨¦cadas de matador de toros, con la honradez siempre como lema, no debieron olvidarse a la competente afici¨®n sevillana.Ayer, su primero se dej¨® torear por el lado derecho, y Ruiz Miguel lo tore¨® con temple. Por el lado izquierdo le tir¨® un ga?af¨®n, que a punto estuvo de costarle un disgusto. Su segundo enemigo era prob¨®n, miraba, y obviamente no ten¨ªa un pase. El que mat¨® en sustituci¨®n de Paula -que reserv¨® para el sexto lugar, corriendo el turno- era un toro corniveleto, que se quedaba muy corto, cuando no se paraba en el embroque. Intent¨® Ruiz Miguel torearlo sobre ambas manos, pero resultaba pr¨¢cticamente imposible que se tragara tres muletazos seguidos.
El Torero / Paula, Ruiz Miguel, Parada
Toros de El Torero, bien presentados, con muchas dificultades para los toreros. Rafael de Paula: dos, pinchazos y media ca¨ªda (pitos); pas¨¦ a la enfermer¨ªa con fractura de una costilla. Ruiz Miguel: estocada (ovaci¨®n y saludos); tres pinchazos y estocada (silencio); pinchazo y estocada (ovaci¨®n). Jos¨¦ Luis Parada: pinchazo y estocada pescuecera (silencio); estocada delantera (ovaci¨®n y salida a los medios).Plaza de La Maestranza, 30 de septiembre. Segunda corrida de la Feria de San Miguel.
S¨®lo, cuando Ruiz Miguel, ya con el capote de paseo, cruzaba el albero al final de la corrida, La Maestranza reaccion¨® tard¨ªamente con una cari?osa ovaci¨®n
Cogida de Paula
Rafael de Paula tuvo una desdichad¨ªsima actuaci¨®n. Le toc¨® e ¨²nico toro noble del encierro, y ni con el capote ni con la muleta se qued¨® quieto una sola vez. En dos ocasiones le perdi¨® la cara al toro. La primera consigui¨® alcanzar el burladero, pero en la segunda, tras entrar a matar, sali¨® perseguido, y aunque estaba armado con la muleta inici¨® la huida, y obviamente sus mermadas facultades f¨ªsicas le impidieron llegar a la tronera, antes de que el toro le metiera la cabeza, levant¨¢ndolo varios metros. Termin¨® de matar de mala manera y pas¨® a la enfermer¨ªa, donde le apreciaron fractura de la d¨¦cima costilla, con pron¨®stico reservado.Jos¨¦ Luis Parada, que hab¨ªa toreado muy bien a la ver¨®nica su segundo enemigo, se la jug¨® con una valent¨ªa ins¨®lita en diestro de Sanl¨²car. Se dobl muy bien con ¨¦l y lo tore¨® en redondo, con hondura y sabor, e la primera serie. El toro era gazap¨®n y cuando embest¨ªa lo hac¨ªa rebrincado. Muy inc¨®modo. Se cruzaba Parada con ¨¦l, y en pase de pecho fue zarandeado violentamente. No dio la vuel al ruedo, en un rasgo de horadez, pues la ovaci¨®n fue clamorosa.
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