Otra vez ser¨¢
No es lo mismo inaugurar un festival hecho deprisa y corriendo con el estreno mundial (4 funciones) de la Op¨¦rette de Gombrowicz-Krauze-Lavelli, que estrenar ese mismo espect¨¢culo en Par¨ªs, en el Th¨¦¨¢tre National de la Colline (estreno 12 de octubre), que dirige Jorge Lavelli, director a la vez de Op¨¦rette. En el primer case, no pasa de ser una operaci¨®n de prestigio consistente en disfrazar las cuatro funciones adquiridas con el nombre de "coproducci¨®n" y hacer el papel de nuevo rico (en los festivales internacionales hay que procurar vender, o coproducir, en vez de comprar).En el caso del Th¨¦¨¢tre de la Colline -el espect¨¢culo ha sido montado de acuerdo con la filosof¨ªa de aquel teatro, donde tendr¨¢ una explotaci¨®n normal, no reducida a cuatro funciones-, el estreno tiene una significaci¨®n muy distinta. Los nombres de Gombrowicz y Lavelli est¨¢n estrechamente unidos para el p¨²blico teatral de la capital de Francia. Y para la cr¨ªtica. Jorge Lavelli fue el primero en estrenar a Gombrowicz en Francia: en 1964 present¨® Le Mariage, en el Th¨¦¨¢tre R¨¦camier, lo que supuso el lanzamiento de Lavelli como director teatral, y al a?o siguiente hizo otro tanto con Yvonne, Princesse de Bourgogne en el Th¨¦¨¢tre de France. As¨ª pues, con Operette Lavelli vuelve a sus or¨ªgenes teatrales y completa su trilog¨ªa francesa de Gorribrowicz.
Op¨¦rette
De Witold Gombrowicz (texto franc¨¦s de K. A. Jelenski y Genevi¨¦ve Serreau). M¨²sica original de Zygmunt llrauze (interpretada por el Conjunto Musical de Varsovia). Int¨¦rpretes: Bernard Alane, Maurice Antoni, Lucile Arnoild, Philippe B¨¦glia, Plillippe Blancher, Fran?ois Chodat, Pierre Decazes, Luc-Antoine Diquero, Philippe Fretun, Laurent Houn, Jean-Claude Jay, Philippe Joiris, Rudy Laurent, Murielle Lluch, Roger Mollien, Jean-Fran?ois Perrier, Virgime Pradal, Lydie Pruivot, Sara Quentin, Pierre Spivakoff, Sylvain Thirolle, G¨¦rard Touratier. Escenograf¨ªa: Max Bignens. Vestuario: Juan Stoppani y Jean-Yves Legavre. Coreograf¨ªa: Sara Pardo. Direcci¨®n: Jorge Lavelli. Barcelona, Mercat de les Flors (Festival de Tardor), 30 de septiembre.
La Op¨¦rette que vimos el s¨¢bado en el Mercat me result¨® un espectaculo aburrido. Lo que tiene de picante la lectura del libreto (que uno se zampa en media hora), se eterniza en las casi dos horas que dura la primera parte (actos I y II). El precioso escenario construido por Bignens queda por momentos desangelado: falta comparser¨ªa, y falta, ?ay!, una pizca de esa genialidad que hay en los filmes de L¨²bitsch (que es lo que quer¨ªa Gombrowicz) o de los Marx Brothers. Para m¨¢s inri, el reparto es muy desigual y hay actores-cantantes que no se expresan con claridad.
Adem¨¢s est¨¢ la moraleja. Uno sabe que ideolog¨ªas pol¨ªticas como el carlismo y el comunismo pasaron a mejor vida (los socialistas no se cansan de repetir lo del comunismo), pero, despu¨¦s de un reciente viajecito al coraz¨®n del nacionalismo polaco, del catolicismo polaco (ideolog¨ªas al fin y al cabo, ?acaso el Papa Wojtila no es la suprema encarnaci¨®n de la Forma?), sabe tambi¨¦n de m¨¢s de un polaco dispuesto a comerse crudo a un jud¨ªo. En Polonia, como en otras partes, sigue la Op¨¦rette, con otros personajes, y los ¨²nicos que van desnudos son los que no tienen suficientes zlotys para comprarse ropa, y eso cuando la hay.
Pero vamos a dejarlo. Los invitados de la Olimpiada Cultural SA tuvieron su bonita opereta que es de lo que se trataba, y aplaudieron como buenos chicos. L¨¢stima que durante la representaci¨®n, los criados no transgredieran las convenciones teatrales para sacarles brillo a los zapatos del alcalde y de sus invitados. Porque la Forma, barcelonesa y ol¨ªmpica, estaba ah¨ª, en las gradas. Sacarles brillo a los zapatos y zapatitos de la Barcelona ol¨ªmpica y m¨¦s que mai, era, tal vez, la ¨²nica manera de no traicionar, de no utilizar a Gombrowicz, el anarquista revolucionario. Otra vez ser¨¢.
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