Hombre hoy, mujer ayer
Schutting, la escritora austriaca convertida en var¨®n, narra su experiencia
Julian Schutting, de 52 a?os, describe su medio siglo de vida como un constante "dolor de un alma situada en un cuerpo que no le correspond¨ªa". Hasta hace un par de semanas no era Julian, sino Jutte Schutting, nacida en 1937 en Amstetten y conocida escritora en los pa¨ªses de habla alemana por su poes¨ªa, prosa y radioteatros.
En los medios intelectuales era famosa por las lecturas po¨¦ticas que hac¨ªa con frecuencia en los caf¨¦s vieneses y admirada por su talento literario. Ante su imagen convencionalmente masculina -pelo cort¨ªsimo, ausencia de maquillaje, corbatas a la tejana, sus amigos m¨¢s ¨ªntimos le dec¨ªan Jutto.Seg¨²n relata, el momento m¨¢s dram¨¢tico fue cumunicarle a su madre que al fin era hombre. El mundo habla de "cambio de sexo"; Julian Schutting, de "correcci¨®n o rectificaci¨®n". Ahora sonr¨ªe cuando describe la comprensi¨®n de vecinos que piden disculpas al saludarle por la ma?ana: "Se?ora Schutt..., no, perd¨®n, se?or Schutting".
Julian Schutting se expresa con un refinado alem¨¢n y su actitud es de distancia y decoro, evitando dar detalles de la posible operaci¨®n con la que terminar¨¢ el tratamiento. Lleva corbata roja de seda impecablemente anudada, una camisa celeste de cuello blanco y un impermeable a lo Humphrey Bogart. Una pelusa casi invisible cubre la barbilla, que se toca "cada d¨ªa para ver si ha crecido". Su voz tiene un tono quiz¨¢ m¨¢s grave. Estos cambios apenas perceptibles son el resultado de una terapia hormonal que terminar¨¢ en dos a?os. Dice que las espinillas que le han salido recientemente en la espalda son "como vivir la pubertad que nunca tuve".
Al final del tratamiento hormonal, ser¨¢ quiz¨¢ necesaria una operaci¨®n para que crezca la masculinidad, en t¨¦rminos m¨¦dicos. Esto no juega un papel importante para Julian Schutting porque, para ¨¦l, "la gran potencia es la habilidad de escribir".
Ley y psicolog¨ªa
Por el momento, Schutting ya es hombre ante la ley. El Ministerio del Interior austriaco, que recibe unos 15 casos al a?o de cambio de sexo, le extendi¨® un pasaporte nuevo. Para cambiar de sexo legalmente se exige como documento primordial, entre otras cosas, un certificado del instituto m¨¦dico legal, que debe informar sobre la psicolog¨ªa del paciente."Al fin me quito un nombre que me sofocaba, me libero del terrible dolor que llegaba cuando me dec¨ªan Frau Schutting", dijo en una de sus primeras apariciones p¨²blicas despu¨¦s del cambio. "Es un volver a m¨ª despu¨¦s de una larga vida de impotencia, sin poder hacer nada en contra del uso de un nombre femenino, y lo que m¨¢s hiere a un escritor es el mal uso del lenguaje".
El hecho de dar publicidad a su decisi¨®n lo explica como un acto de liberaci¨®n: "Yo quer¨ªa dar un paso. provocador y extra?o, que podr¨ªa causar hasta la burla". De este modo romp¨ªa no s¨®lo con los tab¨²es sociales, sino con los propios. Est¨¢ seguro que a su c¨ªrculo ¨ªntimo de amistades "no les va a extra?ar".
Seg¨²n estudios del Departamento de Sexolog¨ªa de la CIinica Universitaria de Francfort, a cargo del profesor Volkinar Sigusch, lo m¨¢s problem¨¢tico es la parte t¨¦cnica de la operaci¨®n. Castrar a un hombre y formar una vagina artificial conlleva un ¨¦xito ¨®ptico, mientras que, seg¨²n Sigusch, el esfuerzo de los cirujanos pl¨¢sticos por dar a una mujer un sexo masculino no ha tenido ¨¦xito.
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