Un profesor nada blando

Ha sorprendido tanto a los observadores extranjeros como a sus compa?eros, que ya no camaradas, este profesor de econom¨ªa que a los 66 a?os ha sido nombrado presidente del nuevo Partido Socialista H¨²ngaro. Rezs? Nyers ha sido siempre un pol¨ªtico honesto y modesto.Miembro del Partido Socialdem¨®crata hasta su disoluci¨®n forzosa, se integr¨® en el Partido Comunista para paliar los da?os de una pol¨ªtica que ¨¦l sab¨ªa ya entonces desastrosa. Fue ministro de Hacienda entre 1960 y 1962 y miembro del comit¨¦ central desde entonces hasta que, por inspirar las primeras reformas econ¨®micas, fue marginado en 1974 por presi¨®n sovi¨¦tica. Es, como ¨¦l mismo dice con iron¨ªa, "un reformista que ve c¨®mo los rezagados de antes le adelantan".

Es Nyers un hombre culto, autor de numerosos libros, con el suave talante de un intelectual burgu¨¦s de la Centroeuropa de entreguerras. Ha sufrido las consecuencias que de esto se deriva en el ambiente de arrogancia, simplismo doctrinario e intolerancia propios del poder en los reg¨ªmenes comunistas. Nyers era un profesor represaliado a quien nadie cre¨ªa capaz de mandar.

El sentido de poder que ha demostrado ahora en el hist¨®rico congreso de Budapest parece haber sorprendido a todos. Ha utilizado su imagen de integrador para realizar unas maniobras t¨¢cticas logradas, enfrentar a reformistas radicales con corrientes contrarias a la socialdemocratizaci¨®n total del partido y erigirse en l¨ªder necesario.

Sus disputas con los reformistas Imre Pozsgay, Karoly Nemeth y Gyula Horn han marcado el congreso. Sus contendientes sal¨ªan congestionados de los encuentros. Nyers quiere el pluralismo y conoce demasiado el sistema colectivista como para no querer liquidarlo. Pero quiere un partido netamente de izquierdas. Algunos de sus contendientes en el PSH son hoy ya centristas liberales. No debe extra?ar que, despu¨¦s de las elecciones, sus caminos se separen.