Las broncas de Anguita
El candidato comunista rega?a a quienes asisten a sus m¨ªtines
Todos le aguardan con excitaci¨®n apenas disimulada. Y cuando irrumpe en el escenario, casi sin esperar a que los aplausos y los v¨ªtores acallen, va y les larga la primera andanada: "Aclaraos de una vez a qu¨¦ est¨¢is jugando", les espeta con voz en¨¦rgica. "Ya est¨¢ bien de quejarse del Gobierno del PSOE y de hacer huelga el 14 de diciembre si luego, cuando llegan las elecciones, se vota de nuevo a los socialistas. ?O lo uno o lo otro, a ver si os aclar¨¢is de una pu?etera vez!". Son las broncas de Julio Anguita, el candidato de Izquierda Unida (IU) a la presidencia del Gobierno.
Atruena la reprimenda de Anguita a trav¨¦s de los altavoces instalados en una plaza de C¨®rdoba, Montilla, Granada, Legan¨¦s o de cualquier otra poblaci¨®n, y muchas de las gentes que se han congregado para escuchar al califa rojo reciben el cap¨®n cariacontecidas.Pero Anguita no les da tregua. Su afilada barba cana carga y apunta de nuevo al p¨²blico: "No se puede tolerar a aquellos que dicen ser de izquierdas y defienden el voto socialista como un mal menor, como la ¨²nica garant¨ªa posible contra una eventual victoria de la derecha". Entonces dispara: "?Infelices! ?Con el PSOE, la derecha econ¨®mica ya ha ganado!". Y el auditorio se convulsiona en un ¨²nico aplauso y un ¨²nico grito.
No es ning¨²n impulso inconsciente el que lleva a Anguita a reprender a sus electores, sino un convencimiento personal. "No se puede estar toda la vida con la lagrimita, con que estamos explotados y oprimidos, porque al fin y al cabo nada pasa porque s¨ª; las cosas son como nosotros queremos o consentimos que sean". Ese estilo austero de vender una ideolog¨ªa y un programa es el mismo que le lleva a no firmar aut¨®grafos, a negarse a besuquear a ni?os y a rechazar los aplausos.
El n¨²mero uno de IU huye de la pol¨ªtica espect¨¢culo y, quiz¨¢ debido a sus a?os de maestro, se refugia en un tono did¨¢ctico: "Importar", informa a su auditorio, "es comprar cosas de fuera; exportar, venderlas afuera". Y tras la lecci¨®n, una nueva bronca, como la que propin¨® en mayo de 1988 a unos 5.000 trabajadores del cintur¨®n industrial barcelon¨¦s, a quienes despidi¨® de la siguiente guisa tras un mitin electoral: "?Hala, a votar CiU y a joderse!".
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