Danilo Kis muere en Par¨ªs a los 54 a?os
El escritor yugoslavo recibi¨® la influencia de Kafka y de Borges
El escritor yugoslavo Danilo Kis muri¨® ayer en Par¨ªs. Hab¨ªa nacido en 1935, en Sabotica (Yugoslavia), cerca de la frontera h¨²ngara. Ten¨ªa, pues, 54 a?os. Pocos para morir. Pero Danilo Kis era un hombre familiarizado con la muerte. En los nueve relatos de su libro Enciclopedia de los muertos, publicado en Espa?a por la editorial Alfaguara, Kis trata precisamente ese tema. Y lo hace de casi todas las formas imaginables. Pero no atendiendo a las posibles clases de muerte, sino a las diferentes ideas que sobre ella ha albergado el hombre.
Se han querido advertir en sus relatos las huellas de Nathaniel Hawthorne (el autor de La letra escarlata y de La casa de los siete tejados. 1808-1864), Kafka y Borges. La causa de sus influencias s¨®lo puede leerse desde la perspectiva de un innovador, un pensador (jugador) que escoge la narraci¨®n como heterodoxia, como modo de huir de las limitaciones dogm¨¢ticas. En ese sentido, fue cien veces m¨¢s hereje que Rushdie.Hijo de madre montenegrina y padre jud¨ªo h¨²ngaro, Kis resid¨ªa en Par¨ªs. Tradujo a los m¨¢s grandes poetas rusos, h¨²ngaros y franceses, y fue un maestro del relato breve; ¨²nico g¨¦nero que, seg¨²n Baudelaire, es capaz de superar al poema. Su visi¨®n de las tradiciones judeo-cristianas y ¨¢rabes no exclu¨ªa la lucidez. Era lo metaf¨®rico, no lo doctrinario, lo que le interesaba realmente.
En castellano hemos le¨ªdo dos de sus libros, el citado Enciclopedia de los muertos y la novela El reloj de arena (ambos en Alfaguara). Podr¨ªa acusarse a Kis de dar demasiada importancia a sus argumentos, de cierta obsesi¨®n por lo narrativo que le hace, a menudo, desembocar en laberintos cada vez m¨¢s complejos. Pero hasta qu¨¦ punto ello no es m¨¢s que una forma de representar la mentalidad moderna es cosa que escapar¨¢ a los lectores superficiales. La literatura es la ¨²nica actividad que prefiere el error a la duda. Lo mismo ocurre con la muerte.La aparente complejidad de Kis viene de su profundo conocimiento de las m¨¢s sorprendentes tradiciones; desde La Biblia hasta Or¨ªgenes. Con ¨¦l la literatura pierde, prematuramente, uno de sus m¨¢s s¨®lidos pilares.En 1980 recibi¨® la Gran ?guila de Oro, de Niza, por el conjunto de su obra y, en 1984, el premio Ivo Andric por la Enciclopedia de los muertos.Tal vez su muerte servir¨¢ para" que nos preguntemos por qu¨¦ es el centro de Europa de donde nos est¨¢ llegando, desde hace tiempo, la mejor literatura. No debe ser casual.
Es en estos territorios fronterizos, intelectualmente mezclados y ¨¦ticamente inestables, donde el hombre parece preguntarse con m¨¢s seriedad sobre su propia raz¨®n de ser. Es all¨ª, todav¨ªa, donde el sistema puede ser sometido al examen del individuo (y no a la inversa) porque es el individuo el primero en autoexaminarse. All¨ª, la libertad es a¨²n nueva. Cosas, en fin, sobre las que la esp¨²rea posmordenidad puede seguir frivolizando, pero que constituyen, sin duda alguna, la ¨²ltima posibilidad de reconstruir el verdadero patrimonio del hombre: su futuro, o, si ustedes lo preferien, su muerte.
Babelia
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