?Qu¨¦ noche la de aquel d¨ªa!
![M¨¢bel Galaz](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F9fb7935a-d0d6-4653-96cc-433d03356ee9.jpg?auth=a1e4f80c29c09bdfd4a864e995cbc94f2ca7f8bb52c0564638955d6e411ce6c9&width=100&height=100&smart=true)
Existe la encomiable costumbre de medir el comportamiento humano seg¨²n ciertos ¨ªndices, ll¨¢mense pulso vital, bar¨®metro o term¨®metro social. Algunos ¨ªndices no estaban para bromas seg¨²n amanec¨ªa el mi¨¦rcoles 19 de abril de 1988, sobre todo en Madrid, capital asediada por multitud de huelgas, atascos sin fin y el Mil¨¢n. Pero peor fue la noche. La noche result¨® pat¨¦tica: basuras todav¨ªa sin recoger, calles sin limpiar, casi la mitad de los autobuses municipales en paro, l¨ªneas telef¨®nicas sucias y el persistente olor a atasco todav¨ªa cercano. Para remate, el Mil¨¢n goleaba escandalosamente al Madrid y el Barcelona se convert¨ªa en finalista de la Recopa. Madrid apestaba.No hay ¨ªndice, bar¨®metro, term¨®metro que averiguar pueda la reacci¨®n de los madrile?os ante tama?a cat¨¢strofe. Madrid era una ciudad aparentemente alejada de todo pulso vital, pero bien hay que distinguir que una cosa es ser madrile?o y otra ser madridista, por lo que la goleada del Mil¨¢n quiz¨¢s no afectase de forma tan gen¨¦rica como las huelgas y los atascos del d¨ªa. Pero aquel madrile?o/madridista sometido a la acci¨®n furibunda de tanta tragedia junta s¨ª tuvo que pasar una mala noche. ?Qu¨¦ recuerda de la noche del 5-0? Algunos supervivientes son capaces hoy de reconstruir algunos de los hechos del d¨ªa. Sin embargo, curiosamente, s¨®lo se acuerdan del 5-0.
Por ejemplo, Diego C¨®rdoba, abogado en ejercicio y con el carn¨¦ de socio del Real Madrid n¨²mero 917, recuerda con desgana: "Aquella noche se me cayeron los palos del sombrajo. Cuando marcaron el tercer gol [los italianos] cog¨ª tal cabreo que cerr¨¦ el despacho y me fui a la cama. Y, en la cama, a dormir". Gregorio Peces-Barba, ex presidente del Congreso de los Diputados, vio el partido por televisi¨®n en su casa de la sierra, alejado de la suciedad y el atasco, circunstancias que no disminuyeron su pesar: "Vi el partido solo. Al terminar, cen¨¦, aunque poco, y me fui a la cama con un cabreo monumental". El humorista Jos¨¦ Luis Coll, habitual en el palco del Bernab¨¦ti, vio tambi¨¦n el partido por televisi¨®n: "Encaj¨¦ la derrota como pude. Yo no soy una persona que me alegre o decepcione f¨¢cilmente, as¨ª que no lo llev¨¦ del todo mal. Eso s¨ª, si el Madrid gana al Mil¨¢n por 5-0 en esta ocasi¨®n, me emborrachar¨¦ algo m¨¢s de lo que suelo hacerlo todas las noches".Otros afectados prefirieron matar la depresi¨®n haciendo footing o visitando alg¨²n local nocturno. A pesar del conflicto de Telef¨®nica, las l¨ªneas funcionaron para algunas llamadas con soma. %Has visto el partido?', preguntaba ese amigo rojiblanco que suele poseer todo madridista que se precie. "S¨ª, y hoy puedo decirte que me siento m¨¢s madridista que nunca", espetaba con dignidad un afectado que prefiere mantener su. identidad en el anonimato.
En otros confines de la naci¨®n, el pulso vital era febril. El, presidente del Barcelona, Josep Llu¨ªs N¨²?ez, vivi¨® esa noche: con cierto traj¨ªn: "Cada vez que: marcaba el Mil¨¢n sal¨ªa al pasillo, me encontraba con mi mujer y le daba un beso". Total., cinco besos en una noche, que: no es mala estad¨ªstica. Jes¨²s; Gil, su hom¨®logo del Atl¨¦tico de Madrid, vivi¨® los goles con m¨¢s sentimiento paternal que marital: "Estaba tan nervioso y animaba tanto al Mil¨¢n que mis hijos me dec¨ªan: 'Pap¨¢, tranquilo, que te va a dar algo".
Aquella noche dificilmente ser¨¢ recordada por otros d¨ªgitos que aqu¨¦llos que componen un 5-0. No hay term¨®metro, bar¨®metro o pulso vital que pueda con un 5-0. Porque es un resultado tan asombroso que no puede dejar de afectar al normal y rutinario desenvolvimiento de los ciudadanos.
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