Ernst J¨¹nger: "El siglo XXI ser¨¢ grandioso"
El escritor alem¨¢n ser¨¢ investido hoy doctor 'honoris causa' por la universidad del Pa¨ªs Vasco
Ernst J¨¹nger (Heidelberg 1895), autor de El trabajador, Los acantilados de m¨¢rmol y Las tempestades de acero, lleg¨® ayer a Bilbao, donde ser¨¢ investido hoy doctor honoris causa por la universidad del Pa¨ªs Vasco. El escritor alem¨¢n occidental manifest¨® a El PA?S que "el mundo vive en un per¨ªodo de transici¨®n producto del siglo XIX, por ello, el siglo XXI ser¨¢ grandioso". Albert Hofmann, descubridor del LSD y amigo del escritor, le acompa?aba en la llegada. J¨¹nger fue recibido en el aeropuerto de Sondica por Jos¨¦ Mar¨ªa Gorordo, alcalde de Bilbao, y los ponentes del simposio que desde el d¨ªa 16 se viene celebrando sobre su obra.
J¨¹nger avanzaba por la pista del aeropuerto de Sondica con agilidad y gallard¨ªa, impensables en un hombre de 95 a?os. Quien para muchos es el mantenedor del fuego sagrado de los cl¨¢sicos, se emocion¨® al ser recibido con el aurresku de honor, saludo de honor vasco, embutido en un abrigo azul y protegida la garaganta con una bufanda a cuadros.En un pasaje de sus Diarios de Par¨ªs (1942), escritos durante la ocupaci¨®n alemana, J¨¹nger predice un fin de siglo pac¨ªfico. Preguntado por su impresi¨®n actual, no encuentra contradicci¨®n con su primera apuesta. "Ahora vivimos en un momento de transici¨®n, despu¨¦s de dos guerras mundiales, pero aquel tiempo concluy¨®. El pr¨®ximo siglo ser¨¢ grandioso. Vamos hacia el gobierno universal, pero, eso ya ha sucedido antes en el pasado. Piense en C¨¦sar Augusto".
El pasado, vivir en una tradici¨®n... ?pero cu¨¢l es la influencia del pasado sobre el presente?. "Important¨ªsima. El pensamiento griego es tit¨¢nico. El pensamiento siempre es previo a la t¨¦cnica. El trabajador, el sujeto de la t¨¦cnica, es un Tit¨¢n. Estamos en la ¨¦poca de los titanes".
Edad del Hierro
Es com¨²n al ciudadano actual, pensar que su vida, condicionada por la t¨¦cnica, le impone comportamientos nuevos y por tanto nuevos pensamientos. "Esto, m¨¢s bien es al rev¨¦s. Ahora vivimos del desarrollo del pensamiento del siglo XIX: vivimos en la edad de las radiaciones, que pone final a la Edad del Hierro. Por eso dec¨ªa antes que el siglo XXI ser¨¢ glorioso porque el XX fue preparado por el XIX y el XXI, vivir¨¢ las consecuencias".Portador de un saber secreto, la entomolog¨ªa, J¨¹nger como todo iniciado en Nietzsche y He?degger mantiene el car¨¢cter c¨ªclico de la historia. "Ahora vivimos la rebeli¨®n de los titanes contra los dioses. Lo mitol¨®gico est¨¢ presnte en todo lo actual. Esto no se percibe por la desgracia del desconocimiento del griego y del lat¨ªn de los j¨®venes de hoy".
Radiaciones, su ¨²ltimo libro publicado en Espa?a por la editorial Tusquets, comienza con Jardines y carreteras, donde se refugia su intolerancia con el poder nazi. Contin¨²a con el primer Diario de Par¨ªs, donde cuenta sus experiencias como comandante del e ¨¦rcito invasor y concluye con Anotaciones del C¨¢ucaso, im¨¢genes y meditaciones de la campa?a de Rusia.
Cinco a?os, desde 1939 a 1943, que de no haber sido escritos por alguien que sabe que el presente no es absoluto dar¨ªan una visi¨®n apocal¨ªptica. Pero J¨¹nger no es el apocalipsis. Como escrib¨® el 25 de noviembre de 1941 en Par¨ªs: "Paso a veces el descanso del mediod¨ªa en el peque?o cementerio que hay junto al trocadero. En varias l¨¢pidas sepulcrales ha crecido musgo que ha embellecido, as¨ª como un terciopelo verde los nombres y las frases all¨ª grabadas. Con frecuencia ocurre que, antes de hundirse en el abismo an¨®nimo, es la imagen que de ellas queda y en su recuerdo, donde las cosas resplandecen con m¨¢s belleza todav¨ªa".
As¨ª, la idea de Europa, arrasada en la experiencia personal de J¨¹nger, renace de sus cenizas. "La unidad de Europa ya es casi total. La t¨¦cnica ha procurado esta unidad, ya indestructible, algo tan simple como una llamada telef¨®nica autom¨¢tica entre Madrid y Berl¨ªn. Cuando en 1992 se retiren las fronteras, s¨®lo quedar¨¢ luchar por la unidad cultural, tambi¨¦n inevitable".
J¨¹nger, otra vez cazador cauteloso, se pregunt¨®: "?que sentido tiene hablar de reunificaci¨®n alemana, si las fronteras van a caer?". Y van a caer, en su opini¨®n, "porque estamos abocados al estado universal. Cualquier otra concesi¨®n del futuro, particularista, no tendr¨¢ el refrendo de los tiempos. El horizonte est¨¢ despejado, porque la tragedia, de la que no estuvo ausente la lucidez, ya pas¨®". Andr¨¦s S¨¢nchez Pascual, traductor de su obra en Espa?a y quiz¨¢ el m¨¢s emocionado de los que recibieron a J¨¹nger vio reconocida su devoci¨®n, con una noticia para todos excitante. "Har¨¦ que le env¨ªen -le dijo J¨¹nger- las pruebas de imprenta de mi ¨²ltima obra, La visera, de inminente publicaci¨®n en Alemania". Antes de que esta ¨²ltima producci¨®n sea traducida aparecer¨¢n en Espa?a El trabajador (antes de Navidad) y el segundo tomo de los diarios en los que J¨¹nger dedica abundantes p¨¢ginas a los personajes hist¨®ricos que rodearon su vida.
Adem¨¢s de S¨¢nchez Pascual, acudieron a recibir a J¨¹nger lan Dallas, fundador del instituto de Freiburg, Vintila Horia, catedr¨¢tico de literatura universal de la universidad Complutense y Enrique Ojembarrena, profesor de Literatura contempor¨¢nea de la universidad del Pa¨ªs Vasco y organizador del Simposio.
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