'Operaci¨®n Indulgencia'
Un alto funcionario del Gobierno del presidente Menem mantuvo este di¨¢logo con un juez:-Van a tener que postergar la citaci¨®n.
-No pensamos hacer tal cosa.
-Hay un pedido de juicio pol¨ªtico contra ustedes. Vamos a activarlo.
-Haga lo que considere conveniente, pero ret¨ªrese de este despacho.
En una fulminante operaci¨®n de baja intensidad, el hospital Militar descubri¨® que al general procesado le flaqueaba el coraz¨®n, y Migraciones certific¨® que hab¨ªa ido a curarse a Brasil. La justicia fij¨® nueva fecha para indagarlo sobre medio centenar de homicidios, entre ellos el de un ni?o de 14 a?os que apareci¨® flotando en el r¨ªo con un palo en el ano. El jefe del Ej¨¦rcito, general Isidro C¨¢ceres, se franque¨® con periodistas: "?De qu¨¦ lo vamos a enfermar ahora? ?Ad¨®nde lo vamos a mandar, a Siberia? El indulto sale ya o habr¨¢ graves problemas". El ultim¨¢tum venc¨ªa el viernes 13.
Una senadora peronista ex?gi¨® la renuncia al vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia cuya amiga se tir¨® por la ventana de un hotel de Par¨ªs en sost¨¦n y calzones. Como el juez denunci¨® un chantaje para obtener renuncias en la Corte y designar amigos del Gobierno, la senadora difundi¨® la ¨²ltima carta de la suicida, que comenzaba: "Me has humillado, me has hecho sentir una mierda...". Si la Corte declarara la inconstitucionalidad del indulto, "cae el general C¨¢ceres y se arma un l¨ªo infernal", confes¨® el ahora renunciante secretario de Justicia. Por eso era urgente meterle mano, sin reparar en medios.
Menem pretende que el indulto a 40 militares de la guerra sucia y a 174 carapintadas fue un acto espont¨¢neo, pero nadie le cree. Lo firm¨® cuando se venc¨ªa el nuevo plazo para que el general del coraz¨®n maltrecho se presentara ante sus jueces. De los 60 civiles a?adidos a los decretos de gracia para equilibrar la cuenta y reafirmar la doctrina de los dos demonios s¨®lo dos estaban detenidos. Varios hab¨ªan obtenido la declaraci¨®n de inocencia de sus jueces. Tres no son guerrilleros sino guardaespaldas sindicales, que estaban presos por secuestros extorsivos ajenos a cualquier motivaci¨®n pol¨ªtica. Una docena est¨¢n muertos o desaparecidos, lo cual constituye un episodio macabro en una tragedia de enredos.
Una comisi¨®n militar investigadora hab¨ªa recomendado conducir ante un pelot¨®n de fusilamiento a los miembros de la Junta que ocup¨® las islas Malvinas y condujo la guerra con el Reino Unido por haber "lesionado gravemente el honor de nuestras armas y da?ado profundamente la fe de la naci¨®n en su valor y eficiencia profesional". El Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas les conden¨® a prisi¨®n. Es dif¨ªcil que esta defenestraci¨®n presidencial de las pocas sentencias pronunciadas por los militares estimule la tan demandada autocr¨ªtica castrense. Al alegar ante el tribunal que lo conden¨® el orgulloso general Leopoldo Galtieri, dijo que la sociedad le deb¨ªa un desfile de homenaje. La ¨²ltima curda titul¨® su portada el matutino P¨¢gina 12. El d¨ªa de ese disparate est¨¢ hoy m¨¢s pr¨®ximo.
Los dirty warriors no cumplen la tibia cl¨¢usula del arrepentimiento requerida por la Iglesia. Reivindican con fervor lo actuado y prometen repetirlo. Si los tipos penales se definen para tutelar bienes que la sociedad considera valiosos, el indulto los desampara de forma brutal. El indultado general Ram¨®n D¨ªaz puso como ejemplo las guerras coloniales francesas y la reivindicaci¨®n de la tortura formulada por el general Massu. Su compa?ero de blanqueo, el general Luciano Benjam¨ªn Men¨¦ndez, sostuvo que s¨®lo hab¨ªa causado da?o irreparable a comunistas y que los juicios a los vencedores, impulsados por los vencidos, formaban parte de la guerra revolucionaria. Men¨¦ndez propone castigos a los jueces, a los pol¨ªticos y a los periodistas que osaron cuestionar la guerra sucia militar contra la sociedad argentina. Otro ciudadano desde ahora libre de todo reproche legal, el general Santiago Omar Riveros, defendi¨® los delitos aberrantes y atroces como actos de servicio ordenados por los comandos superiores. Ante la Junta Interamericana de Defensa, en Washington, ironiz¨®: "Las guerras subversivas no se ganan arroj¨¢ndole rosas al enemigo ni con ejemplares del C¨®digo Penal en la mano". El tambi¨¦n liberado general Adel Vilas es autor de un libro, cuya publicaci¨®n le prohibi¨® el Ej¨¦rcito, en el que presenta la tortura de los detenidos como un arma de combate, aprendida de la experiencia francesa en Indochina y Argelia. Su ¨ªdolo es el terrible coronel Trinquier.
La indulgencia con los asesinos de los setenta es una claudicaci¨®n ¨¦tica, la liberaci¨®n de quienes hace apenas meses procuraron derrocar al Gobierno constitucional, una tonter¨ªa pol¨ªtica. Uno de los oficiales de la fuerza a¨¦rea condenados por la ocupaci¨®n del aeropuerto de Buenos Aires durante el alzamiento del teniente coronel Aldo Rico, en su alegato final, amenaz¨® a los jueces y expuso su escala de valores: las constituciones son mutables, en cambio la naci¨®n es permanente. Las fuerzas armadas son a¨²n previas, porque antes de cada patria se empin¨® un guerrero. Como constituyen la naci¨®n en armas, es subversivo llamarlas hijas de la Constituci¨®n. La autoridad la ejerce quien tiene derecho a mandar y no es elegida por ninguna mayor¨ªa popular. Somos soldados de la patria, no militares de la partidocracia.
Que los indultos producir¨¢n una pacificaci¨®n de los esp¨ªritus y que las rebeliones fundamentalistas de Rico y del coronel Mohamed Al¨ª Seineld¨ªn fueron problemas internos del Ej¨¦rcito que no afectaron al sistema institucional es una ingenua expresi¨®n de deseos. El presidente de la Confederaci¨®n Nacionalista y asesor de los carapintadas, Walter Beveraggi Allende, dijo a un diario de Uruguay que "la salida de la crisis s¨®lo surgir¨¢ mediante una revoluci¨®n que tendr¨¢ una dosis de, violencia. Rico y Seineld¨ªn est¨¢n preparando ideol¨®gicamente al Ej¨¦rcito. A los civiles nos compete preparar el terreno pol¨ªtico para allanarles el camino cuando est¨¦n dadas las condiciones".
Duras palabras se han pronunciado contra la impunidad. ?stas, entre las m¨¢s categ¨®ricas: "La ¨²nica manera de cerrar para siempre las puertas de un horroroso pasado es no interfiriendo en la labor del poder judicial. La ¨²nica garant¨ªa para mirar con limpieza hacia el futuro reside en la aplicaci¨®n de la ley. Sin esas premisas, los argentinos veremos naufragar nuestros mejores ideales democr¨¢ticos, que se resisten a proteger a quienes sometieron al pa¨ªs a la m¨¢s deleznable de las tiran¨ªas. Nadie tiene el derecho a no responder por sus culpas, sea militar o civil. Nadie tiene derecho al olvido cuando se trata de delitos aberrantes que vulneran lo m¨¢s preciado de la dignidad humana. Nadie, menos el Gobierno democr¨¢tico, posee la aptitud moral para absolver encubiertamente a los ladrones, los torturadores y los homicidas ( ... ). Si la reconciliaci¨®n no se basa en la verdad, tendr¨¢ pies de barro y ser¨¢ hipocres¨ªa". Su autor, Carlos Menem, hace tres a?os, cuando el presidente todav¨ªa era Ra¨²l Alfons¨ªn, y la ley de punto final comenzaba el lento suicidio de la democracia, que ¨¦l ahora profundiza con su apurada operaci¨®n Indulgencia.
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