I?aki Anasgasti. "Es el momento de pasar de la resistencia a la pol¨ªtica"
El candidato del PNV cree que la soberan¨ªa se ve diferente en la perspectiva de la unidad europea
I?aki Anasagasti, cabeza de lista del Partido Nacionalista Vasco (PNV) por Vizcaya, nacido en el exilio y con experiencia, a trav¨¦s de su participaci¨®n en diversas reuniones de la Internacional Democristiana, en el frente exterior, es uno de los pilares de la renovaci¨®n del nacionalismo vasco democr¨¢tico emprendida por Xabier Arzalluz tras la ruptura, hace tres a?os, con el sector encabezado por Carlos Garaikoetxea. Anasagasti declara en esta entrevista que para el nacionalismo ha llegado la hora "de hacer pol¨ªtica, y no s¨®lo resistencia".
"En la perspectiva de la unidad europea, que est¨¢ a la vuelta de la esquina, el concepto de soberan¨ªa se plantea necesariamente en t¨¦rminos diferentes a los tradicionales", seg¨²n I?aki Anasagasti. Por ello, "la idea de convertir a Euskadi en una Albania aut¨¢rquica es no s¨®lo insensata, sino anacr¨®nica". Esa perspectiva europea ha obligado al nacionalismo vasco a "abrirse a otras realidades y valores; de construir y no s¨®lo protestar o quejamos".Pregunta. Las encuestas pronostican la recuperaci¨®n por el PNV de cotas electorales similares a las alcanzadas antes de la escisi¨®n de 1986. ?Qu¨¦ influencia cree que pueden haber tenido en esa recuperaci¨®n acontecimientos como la experiencia de un Gobierno de coalici¨®n con los socialistas, el pacto de Ajuria Enea contra la violencia y el giro de su partido a partir de la Asamblea de 1988 y el famoso discurso de Arzalluz en el teatro Arriaga?
Respuesta. Somos prudentes con los sondeos. Nuestro objetivo es conseguir al menos cinco diputados, a fin de poder formar grupo parlamentario. Pero efectivamente esperamos obtener como m¨ªnimo seis esca?os, los mismos que hace tres a?os. En mi opini¨®n, el Gobierno de coalici¨®n ha tenido un efecto estabilizador, posibilitando la sustituci¨®n de la cultura de la confrontaci¨®n por la del di¨¢logo. Y creo que la sociedad vasca ha sabido apreciar eso. Pero sobre todo ha sabido apreciar lo. que en la Euskadi de hoy significa la figura del lehendakari Ardanza, un hombre que ha conseguido acreditar un estilo desdramatizador y tolerante y que ha conectado con el pa¨ªs real. El pacto de Ajuria Enea es uno de los efectos de esa cultura del di¨¢logo. Supone el acuerdo en el diagn¨®stico de la situaci¨®n del pa¨ªs y a la vez una propuesta hacia el futuro. Nuestra consigna para estas elecciones, "Es el momento", quiere significar nuestra convicci¨®n de que lo peor ha pasado y que, aunque puede haber coletazos desesperados, ETA se encuentra en las ¨²ltimas porque no hay sitio en la sociedad vasca actual para esa cultura de la negatividad, de la muerte, de la intolerancia. En ese contexto, la Asamblea de 1988, el discurso del Arriaga, la evoluci¨®n del PNV, no son sino el reflejo de los cambios producidos en la sociedad vasca y del marco europeo en que hoy se plantean nuestros problemas.
P. ?Pero cu¨¢les son los rasgos de esa evoluci¨®n? ?Significa acaso que tras el par¨¦ntesis que abri¨® la guerra civil y prolong¨® la dictadura el PNV enlaza ahora con la tradici¨®n reformista de la segunda d¨¦cada del siglo o la que apuntaba con Aguirre e Irujo durante la Rep¨²blica?
R. Es curioso que en los a?os diez hab¨ªa en el nacionalismo vasco m¨¢s inter¨¦s por los problemas europeos que en estos ¨²ltimos a?os. Se discut¨ªa de Irlanda, de Polonia, se enfrentaban aliad¨®filos y german¨®filos. A Irujo le o¨ª decir en una ocasi¨®n que m¨¢s que independientes deber¨ªamos ser interdependientes, porque eso eran las naciones modernas. Los vascos hemos mitificado lo nuestro por un reflejo de autoafirmaci¨®n frente a la negaci¨®n de nuestros derechos, de nuestra identidad. Ahora, con instituciones de autogobierno asentadas que incluyen capacidad de autofinanciaci¨®n, ha llegado el momento de pasar de la resistencia a la pol¨ªtica, de construir, de abrirnos al mundo, a los valores universales.
La Constituci¨®n
P. ?No resulta algo contradictoria esa orientaci¨®n con la negativa a reconocer la Constituci¨®n? , ?como ya ha hecho Euskadiko Ezkerra??No hay cierta contradicci¨®n entre ese discurso renovador y el hecho de que todav¨ªa hoy se siga insistiendo en las poqu¨ªsimas competencias no transferidas como si de ello dependiera el ser o no ser de Euskadi?
R. Ajuriaguerra y los dem¨¢s supervivientes de la generaci¨®n de la guerra fueron partidarios de aprobar la Constituci¨®n porque tem¨ªan que en caso contrario volvi¨¦ramos a quedar aislados, como ocurri¨® en 1930 tras el pacto de San Sebasti¨¢n, en el que no estuvo el PNV. Ahora hay un debate, ha dicho Arzalluz, que tal vez habr¨ªa que plantearse, con toda la prudencia que se quiera, la reforma de la Constituci¨®n en la perspectiva de reconsiderar el encaje definitivo de la reivindicaci¨®n nacionalista en la normalidad constitucional. En todo caso es un asunto delicado porque el asunto podr¨ªa convertirse en motivo de descalificaciones demag¨®gicas. De cualquier forma, mi impresi¨®n es que la reflexi¨®n debe partir del nuevo marco europeo, que cuestiona los conceptos cl¨¢sicos de soberan¨ªa y dem¨¢s. Los cuestiona por arriba, pero tambi¨¦n por abajo: no sabemos qu¨¦ configuraci¨®n interna puede tener la Europa del ma?ana. Tal vez sea el momento de las comunidades, no de los Estados, o al menos no de los Estados como los hemos conocido hasta ahora. El futuro est¨¢ abierto. En cuanto a las competencias, nosotros pensamos que para que se produzca una relaci¨®n arm¨®nica con el Estado es preciso establecer lazos de mutua lealtad. Tenemos la impresi¨®n de que con la excusa de la violencia el Gobierno central no estimula como debiera las inversiones en Euskadi en terrenos como las infraestructuras. Por eso seguimos reclamando m¨¢s poder econ¨®mico, mayor capacidad de intervenci¨®n sobre nuestros problemas. Queremos ser consultados antes de que en Bruselas se adopten decisiones que nos afectan. Y que los problemas se resuelvan mediante negociaci¨®n pol¨ªtica y no con recursos sistem¨¢ticos al Tribunal Constitucional.
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