Un universo propio

El cient¨ªfico brit¨¢nico Stephen Hawking, premio Pr¨ªncipe de Asturias de la Concordia, concit¨® el inter¨¦s y, la atenci¨®n en Oviedo, una ciudad que ayer aglutin¨® a una muy amplia representaci¨®n de personalidades del mundo de la cultura, las finanzas, la empresa y la ciencia.Pese a su penosa enferniedad, el cient¨ªfico asegur¨®, con una enorme sonrisa, que ha tenido "la suerte de que la vida se haya desarrollado mucho mejor de lo que ¨¦l hab¨ªa pensado".

Hawking, postrado en su silla de ruedas, estuvo acompaf¨ªado permanentemente de su mujer, Jane Hawking, con quien tiene tres hijos, y de varios cuidadores. Su esposa es amante de la cultura espa?ola y de la literatura en general, a diferencia de su marido, para quien leer novelas "es perder su tiempo". "?Qu¨¦ horror, no? Ya ven, no siempre estamos de acuerdo; a veces estamos justo en las ant¨ªpodas", asegur¨® Jane. "A mi marido no lo considero un genio. En caso contrario, no podr¨ªa vivir con ¨¦l. Con frecuencia le tengo que decir que no tiene raz¨®n. ?I no tiene mucho contacto con la realidad, pero la enfermedad no le ha hecho reservado".

En una conferencia de Prensa celebrada por la ma?ana, el fisico te¨®rico manifestaba que "el hecho m¨¢s extraordinario del universo es la posibilidad de entenderlo tan .f¨¢cilmente".

"Hemos hallado las leyes m¨¢s importantes que gobiernan el universo, y es posible encontrar teorias completas que lo expliquen en los pr¨®ximos 20 a?os. Pero s¨®lo si conseguimos cerrar una serie de ecuaciones, en las que est¨¢ escrito el universo. ?ste es el mayor enigma para el que quiero recibir respuestas", manifest¨® Hawking.

El uso de la ciencia en favor del progreso o de la destrucci¨®n es una de sus preocupaciones fundamentales. "Es a causa de la ciencia que la raza humana puede vivir con dignidad, sin estar atrapada por la miseria y la enfermedad. De nosotros depende el uso que hagamos de] poder que la ciencia nos confiere".